En sintonía con el G-20, el Gobierno espera un contexto financiero global más predecible y con movimientos graduales
En un encuentro global, como fue la tercera reunión del G-20 en Buenos Aires, sólo un tema logró sintetizar los problemas internacionales con la incertidumbre local: el dólar. En el Gobierno confían en que los ruidos financieros mundiales -a los que se sumaron "errores propios" del oficialismo- que derivaron en una corrida cambiaria seguirán generando coletazos, pero que los mismos serán menos complejos de contener.
De cara al futuro, el Gobierno y las principales autoridades económicas de las principales potencias mundiales confían que el escenario internacional será más predecible y con movimientos más graduales, según señaló ayer en conferencia de prensa el presidente del Banco Central (BCRA), Luis Caputo, en el cierre del encuentro. Acompañado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, repasaron los principales puntos del consenso sellado. Ante la crisis argentina, Caputo recibió en estos días el apoyo de los presidentes de los bancos centrales de los EE.UU., la Unión Europea (el BCE), Gran Bretaña y Brasil.
El comunicado consensuado entre los países presentes destacó que se trató de un problema global, pero con un mayor impacto en países más frágiles, como lo es la Argentina. "Si bien muchas economías emergentes se encuentran ahora mejor preparadas para ajustarse a las cambiantes condiciones externas, aún enfrentan desafíos tales como la volatilidad de los mercados y la reversión de flujos de capital", escribieron los más de 40 funcionarios de primer nivel presentes en el país.
"El escenario es el que esencialmente el mercado conoce", afirmó Caputo en la conferencia de prensa sobre las perspectivas en los cambios de las tasas en los Estados Unidos y su impacto en los flujos de capitales a nivel global, pero sobre todo en los mercados emergentes como la Argentina. Ese tema, y la guerra comercial que comenzó Donald Trump dominaron la agenda de la discusión del G20 en estos días. Steven Mnunchin, secretario del Tesoro de los EE.UU. negó ayer una guerra de monedas, un monstruo público que había despertado Trump esta semana tras criticar a la FED.
"Es muy predecible. No va a haber ninguna sorpresa, sino una política gradual", afirmó Caputo tras una pregunta sobre si los presidentes de los diferentes bancos centrales presentes en el país habían hablado acerca de una posible coordinación ante las subas de tasas de la Reserva Federal y su impacto. En ese sentido, Caputo describió un escenario de aumento de tasas de interés a futuro, teniendo en cuenta que el desempleo de EE.UU. es el más bajo en las últimas seis décadas y no hay presión sobre los salarios. Dijo que esa situación es similar a la que vive hoy la Unión Europea (UE).
"Hay mucha conciencia de que si algo de esto no fluye como efectivamente parece va a tener sus consecuencias en los mercados emergentes", advirtió Caputo, que destacó el diálogo en ese sentido con sus pares de diferentes países. El presidente del BCRA describió al mercado cambiario argentino como un mercado "en calma".
"Creemos que justamente, tras la volatilidad que hemos sufrido, hubo un gran apoyo internacional, y tanto el paquete que se negoció con el Fondo Monetario Internacional, tanto en tamaño como en estructura, muestra una excelente predisposición no sólo del Fondo sino también el respaldo de los países miembros", esgrimió.
Caputo reconoció que hubo "ciertas turbulencias" en la Argentina desde fines de abril pasado como consecuencia de la mayor volatilidad internacional por el aumento de la tasa de interés de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años por arriba del 3 por ciento. Sin embargo, señaló que el impacto en el país respondió también a "algún error propio".
El presidente de la entidad agregó luego: "Esta nueva administración del Banco Central ha tomado las que creímos eran las medidas necesarias para contener la excesiva volatilidad. Ahora lo que nos ocupa como es controlar la inflación, porque esa excesiva volatilidad en ese mercado (el de cambios) repercute en los precios", admitió.
En la conferencia de prensa, tanto Dujovne como Caputo repasaron los principales puntos consensuados al final de estos dos días de discusiones con los más de 40 ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales presentes en Buenos Aires. Como marca la norma habitual de estos encuentros ni en sus monólogos ni ante las preguntas se corrieron del discurso plasmado en el comunicado final.
No obstante, sólo se animaron a correrse un poco de la letra oficial cuando la Argentina y la política económica local entró en juego con los periodistas argentinos. Esto ocurrió en el caso de Dujovne cuando consultaron cómo podía conjugarse los firmado por el país en el comunicado del G20 en materia fiscal (que siempre debe orientarse al crecimiento del PBI) con el ajuste impulsado por el Gobierno.
"La política fiscal que estamos llevando adelante es la necesaria para promover el crecimiento", retrucó Dujovne. "Dado el cambio internacional, esta es la política fiscal que la Argentina necesita para tener un crecimiento sólido. Si no tuviéramos el apoyo de la comunidad financiera, expresada en el paquete del FMI, la Argentina tendría que haber buscado una política fiscal mucho más contractiva para converger automáticamente al superávit. Esta es la política fiscal para este momento y para lograr que la Argentina pueda lograr un crecimiento sólido", afirmó el ministro de Hacienda.
Tal como lo había hecho Mauricio Macri unas horas antes frente al plenario de delegados, Dujovne también destacó el apoyo internacional que la Argentina encontró luego de la crisis cambiaria que enfrentó y tras el acuerdo firmado con el Fondo. "El apoyo a la Argentina es fenomenal. Hay excelente diálogo con todos y muy buenas charlas sobre la coyuntura de hoy en el mundo. Hay apoyo total".
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