Entró en convocatoria el tercer operador de cable
Es Supercanal, del grupo Vila; la decisión fue disparada por una deuda de US$ 500 millones y una pelea entre los socios
La tercera empresa de televisión por cable del país, Supercanal, se presentó ayer en convocatoria de acreedores en el Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 20, de la Capital Federal.
El abultado pasivo, que ronda los US$ 500 millones, y algunas divergencias entre los accionistas -el grupo Uno, de la familia Vila, el grupo Clarín a través de Multicanal y el grupo Mas Canosa- empujaron a la firma a buscar una protección judicial para intentar refinanciar su deuda.
Supercanal, por medio de un comunicado, no se molestó en ocultar las diferencias entre sus socios, especialmente con el grupo Clarín. "El directorio adoptó la medida como acción de último recurso luego de que -por desacuerdo entre los socios- fracasaran otras alternativas para disminuir el pasivo y detener el creciente costo financiero de su deuda. Las otras opciones (venta, incorporación de socio extranjero, reestructuración de la deuda y aumento de capital) fueron sucesivamente bloqueadas por una de las partes, que asumió simultáneamente el rol de socio y comprador natural del holding". El mismo titular del grupo Uno, Daniel Vila, en conferencia de prensa anoche en Mendoza, dijo: "Se agotaron las instancias posibles por culpa de Multicanal". Otra fuente cercana a Vila agregó: "Se opusieron a cuanto plan de salvataje planteaba la compañía. Si no, no se entiende cómo empresas como Alpargatas o Comercial del Plata pudieron reestructurarse sin llegar al concurso", agregó el informante.
Vila, agregó que su socio llegó a impugnar un aumento de capital de Supercanal de $ 85 millones, aprobado en una asamblea de accionistas.
Alto endeudamiento
Consultada, una fuente de Clarín rechazó de plano esta acusación y aclaró que nunca tuvieron participación en el gerenciamiento de Supercanal. Al mismo tiempo, al multimedio porteño no le agradaría ser partícipe de una empresa en convocatoria de acreedores.
Para su crecimiento, Supercanal tomó el mismo camino de todas las empresas de televisión por cable: contrajo un alto endeudamiento con el objeto de comprar pequeñas firmas del interior.
"La compañía quedó atrapada por el endeudamiento", le dijo Vila, a La Nación cuando en mayo de 1999 no pagó US$ 17 millones de intereses de un bono de hasta US$ 300 millones, justamente emitido para saldar parte de un crédito pilotado por ING Barings de US$ 500 millones. Asimismo, un grupo de bancos le prestó otros US$ 200 millones.
Venta frustrada
Daniel Vila creyó haber encontrado una salida a la delicada situación financiera de Supercanal en dos ocasiones. Primero, con el fondo de inversión Newbridge firmó un precontrato para cederle un porcentaje de la compañía, haciéndose cargo este último de parte del pasivo. El preacuerdo no llegó a cristalizarse por una diferencia de precio final.
A fines del año último apareció otro potencial comprador: el operador de televisión por cable norteamericano UIH, que comenzó a estudiar los números de la compañía con una auditoría, para luego desistir.
En ambos casos, el grupo Clarín, vía su propia empresa de cable, Multicanal, había manifestado su intención de quedarse con su 20% en Supercanal. Mientras tanto, los Vila se vieron involucrados en la caída del Banco de Mendoza. Con su inversora ITD tenían un 2 por ciento de Magna, la sociedad que a su vez controlaba el 28 por ciento de la entidad. Supercanal aseguró que su convocatoria de acreedores no alterará el normal funcionamiento de la empresa, ni la prestación del servicio, ni la programación anunciada a sus abonados. Sus otros negocios (diario Uno, radio Nihuil, Canal 7 de Mendoza, un porcentaje minoritario en el multimedio rosarino La Capital y otros negocios en telefonía pública) no se verán afectados.