Eventos corporativos: cómo ser fiel a tu marca
Se acerca la temporada alta de fiestas y reuniones antes del fin de año, y está más claro que nunca que la creatividad, la innovación y el impacto son los ingredientes que definen el éxito (o el fracaso) de esto que ya se convirtió en uno de los puntos más importantes en la estrategia de comunicación de cualquier marca: sus eventos.
Para interactuar con audiencias internas y externas, afianzar la imagen y la red de contactos, los eventos funcionan como el gran punto de conexión entre las múltiples redes de interés de una compañía; por eso, buscan apoyarse en un mensaje que provoque respuestas, acciones y, ante todo, emoción.
Una historia para recordar
Más allá del catering y la ambientación –ya dos clásicos que nunca dejan de ser valorados–, junto con la presencia cada vez más protagónica de los desarrollos tecnológicos, el factor disruptivo es el verdadero rey. Y para lograr ese feeling de una experiencia única e inolvidable, se necesita un conjunto de "commodities" que deben estar a disposición para ser incorporados y perfectamente alineados al diseño y la ejecución de los eventos modernos, como sucede en los lugares que supieron posicionarse en la punta de esta tendencia. En Cubo al Río, por ejemplo, la fórmula incluye un enorme montacargas –2,60 x 5,85 metros y capacidad para 5 toneladas– que es capaz de hacer llegar virtualmente cualquier cosa hasta el segundo nivel; camarines; cocheras privadas; seguridad; y hasta facilidades para personas con discapacidades. Como a la hora de mejorar la experiencia del asistente y "dejar huella" (o multiplicar posteos) la tecnología se perfila como el arma más poderosa, aquí la banda ancha puede llegar hasta los 600 megas, permitiendo transmisiones en vivo a todo el mundo y, por supuesto, libre participación de redes sociales y apps que continúan siendo la herramienta por excelencia para reforzar la fidelización y la interacción antes, durante y después del momento.
Y la tercera característica distintiva de los eventos de los tiempos que corren es que, en Cubo al Río, todas las posibilidades están disponibles, valga la redundancia. No hay paquetes cerrados de música, iluminación, menú ni nada, de modo que cada quien puede armar todo a su manera. Porque cada detalle de un evento es en definitiva una estrategia de imagen, y el objetivo final es lograr ese resultado deseado por todas las marcas para sus fiestas, haber creado una historia memorable.
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