Falacias y verdades sobre el sistema
Pierden los bancos y los ahorristas
No llame al médico, para su tranquilidad, le cuento que ni Ud. es daltónico ni tiene tendencia a sufrir de ilusión óptica, lo que Ud. depositó eran dólares "contantes y sonantes".
Le explico qué sucede. El Gobierno decidió salir de la convertibilidad a pesar de que más del 70% de los argentinos no quería abandonarla y que el Banco Central tenía dólares necesarios (82% del total de sus pasivos financieros) para enfrentar exitosamente y con comodidad cualquier corrida cambiaria. Esto implicó generar dos grandes grupos de perdedores. El primero, los sectores de bajos ingresos que gastan la mayor parte de ellos en alimentos, ropa y medicamentos que son bienes cuyos precios suben junto al dólar. Los segundos son los deudores que, confiando en la promesa de mantener el valor de peso igual a un dólar que hicieron nuestros legisladores cuando aprobaron la ley de convertibilidad, tomaron crédito en la moneda estadounidense.
Cuando Ud. depositó sus US$ 100, el banco guardó 16 dólares en el Banco Central y otros US$ 5 en su caja de la sucursal para atender eventuales retiros de los ahorristas. El resto se lo prestó a alguien que demandaba endeudarse en dólares. Por supuesto, cuando se devaluó, los que tomaron esos créditos vieron subir fuertemente sus pasivos en términos de sus ingresos y le reclamaron al Gobierno. Este "generosamente" decidió según el tipo de deuda y hasta US$ 100.000 en su origen, "pesificarlas" a $ 1 por US$ 1, compensándolo desde el Estado con la plata de los contribuyentes. Pero los restantes deudores, personas, empresas y provincias que tenían pasivos mayores en la moneda estadounidense también presentaron sus quejas. Por lo tanto, se decidió "pesificárselos" a $ 1,2; pero los bancos recibirán un bono del Estado por la diferencia hasta $ 1,4 (otra vez a costa de los que pagan impuestos). Por otro lado, parte de la plata que Ud. depositó se la prestaron al gobierno nacional que ahora dice que no lo puede devolver y es probable que la pesifiquen a $ 1,4.
Conclusión, a Ud. el banco le debe US$ 100 pero la entidad solamente tiene los US$ 5 que guardó en su sucursal y con las cuales enfrentó los primeros retiros de esos US$ 500 que autorizó inicialmente el Gobierno. Cuando se le acabaron le pidió al Banco Central que le devolviera los otros US$ 16 que depositó en él, pero la autoridad monetaria no se lo quiere devolver en dólares (con suerte lo hará en pesos a $ 1,4); porque los necesita para financiar al Gobierno o a alguna institución financiera en problemas. Por eso, ahora la devolución de esos US$ 500 se hacen en pesos y a $ 1,4 por dólar.
Por lo tanto, el Gobierno decidió que los US$ 100 que el banco invirtió, con suerte, hoy valen $ 1,4 por dólar y quizá nada si se los prestó al Estado nacional. Por ende, ahora entiende por qué no están sus US$ 100; por que el Gobierno se dedicó a hacer "distribucionismo" con ellos o a malgastárselo. La gran pregunta es quién paga la diferencia entre lo que Ud. depositó y lo que le quedó como contrapartida al banco (con suerte US$ 78) luego de que el Gobierno lo obligó a "pesificar" sus préstamos. La respuesta es obvia, Ud. deberá resignarse a recibir $ 1,4 por dólar que depositó y a perder más del 20% de sus ahorros medidos en dólares a precio de mercado.
Todos ponen
Tanto Ud. como el banco son los que pagarán las consecuencias de los desmanejos del Gobierno y el Central. ¿El banco es también una víctima? Sí. ¿Quién confiará en el sistema financiero argentino de aquí en más? Nadie, por lo que habrá poco volumen de depósitos que manejar. ¿Quién tomará un crédito en dólares? Nadie, porque sin estabilidad monetaria y cambiaria el riesgo es altísimo. ¿Entonces, de que van a vivir los bancos? La misma pregunta se están haciendo los banqueros. Lamentablemente, por salvar a algunos bancos, van a destruir al conjunto de las entidades del sistema financiero.
El autor es economista y director gerente de Exante.