US$50.000 millones. Fiat Chrysler negocia una megafusión con el grupo Peugeot
Después de que Fiat Chrysler retirara su oferta para fusionarse con Renault , el fabricante de autos italo-estadounidense ahora está en negociaciones para asociarse con Peugeot , otra compañía francesa, fusión que crearía el cuarto grupo mundial del sector.
Ambos grupos, que juntos dan trabajo a 400.000 personas en todo el mundo, confirmaron hoy las negociaciones en curso. El anuncio fue recibido con optimismo por los inversores y PSA ganaba más de un 6% en la bolsa de París, mientras que Fiat Chrysler Automobiles (FCA) se disparaba más de un 9% en Milán.
Las negociaciones llegan pocos meses después del fracaso de la fusión de Fiat Chrysler y Renault, líder francés en la industria automotriz..
En dos comunicados distintos, tanto Fiat Chrysler como PSA se limitaron a confirmar las "negociaciones en curso" para crear "uno de los principales grupos automovilísticos mundiales". Una fuente cercana a las conversaciones indicó a la agencia AFP que se trataría de una fusión entre iguales, aunque habría otras opciones sobre la mesa.
El presidente de PSA, Carlos Tavares, se convertiría en director general del nuevo grupo, cuyo consejo de administración estaría presidido por el director de Fiat Chrysler (FCA), John Elkann, heredero de la dinastía Agnelli.
Sin embargo no hay garantías de que las negociaciones lleguen a buen puerto, indicó otra fuente al diario The Wall Street Journal. La entidad fusionada estaría valuada en unos US$50.000 millones (unos 45.000 millones de euros).
La fusión permitiría tener el tamaño necesario para enfrentarse a los gigantes del automóvil. El nuevo grupo sería el cuarto mundial en número de vehículos vendidos, por detrás del grupo alemán Volkswagen, la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y la compañía japonesa Toyota.
PSA vendió 3,9 millones de autos el año pasado y facturó 74.000 millones de euros. FCA vendió por su parte 4,8 millones de vehículos y facturó 110.000 millones de euros.
Juntos comercializarían las marcas Alfa Romeo, Chrysler, Citroën, Dodge, DS, Jeep, Lancia, Maserati, Opel, Peugeot y Vauxhall. "Es un giro notable para PSA, que en 2012 estuvo a punto de morir", dijo Michael Hewson, un analista de CMC Markets.
En esa época el fabricante logró evitar la quiebra gracias a la entrada en el capital del Estado francés y del chino Dongfeng junto a la familia Peugeot, accionista de referencia.
Grupos complementarios
La fusión permitiría al grupo francés volver al mercado estadounidense, donde FCA, a través de sus marcas Jeep y Dodge RAM, tiene una cuota de mercado importante. "Tanto el grupo FCA como PSA necesitan una alianza", comentó el martes el secretario general del sindicato Fim-Cisl, Marco Bentivogli, a la agencia italiana AGI, y reveló que ya hubo contactos en otras ocasiones.
Por su parte Patrick Michel, secretario general para PSA del sindicato francés FO, se mostró prudente. "Sigo siendo precavido pero veo muchas ventajas. Esto permitirá a PSA tener un tamaño más importante frente a los grandes como Toyota o Volkswagen y a Fiat acceder a una tecnología para respetar las futuras normas de emisión de CO2", indicó el sindicalista.
Sin embargo el camino a la fusión no será fácil, sobre todo por la presencia del Estado francés, que tiene participación en el capital de PSA a través del banco público de inversiones Bpifrance, propietario de cerca de un 12%.
El ministerio francés de Economía y Finanzas advirtió el miércoles que "sigue atentamente" las negociaciones y dijo que el gobierno estará "particularmente atento" a las consecuencias industriales de la fusión.
La reacción del gobierno italiano fue más distante y el ministro italiano de Desarrollo, Stefano Patuanelli, se limitó a asegurar que se trata de una operación en curso y es mejor "no hacer declaraciones".
La fusión que no fue con Renault
En junio pasado, Fiat Chrysler anunció que retiraba su oferta de US$35.000 millones para fusionarse con su rival Renault, después de que el gobierno de Francia buscó retrasar una votación del directorio de la empresa sobre el acuerdo.
FCA, Renault y el Estado francés -dueño del 15% de las acciones de la segunda- habían estado entrampados en conversaciones sobre la oferta de la firma ítalo-estadounidense. Francia había acogido con satisfacción la fusión, con la condición de que garantizase los empleos y las plantas domésticas de Renault.
Analistas habían advertido de las complicaciones, incluida la alianza existente entre Renault y la japonesa Nissan, el rol del Estado francés como el mayor accionista de Renault y la posible oposición de políticos y trabajadores a eventuales despidos.