Para aliviar la pobreza. Fomentan un mayor uso del microcrédito
Habrá $ 400 millones para esos proyectos
Los microcréditos para pequeñas actividades productivas movieron en los últimos dos años, según se estima, unos 300 millones de pesos. Y la expectativa es que esa herramienta -que se presenta como una fuerte alternativa para ayudar a aliviar la pobreza- crezca y acerque a los emprendedores varios millones de pesos más.
Frente a ese potencial, en la Secretaría de Políticas Sociales consideran que es tiempo de fijar un esquema de regulación a cargo de un organismo existente -que sería el Banco Central- o de una nueva entidad, que sería una superintendencia dependiente del Ministerio de Desarrollo Social.
Ambas opciones están en estudio, según dijo el secretario del área, Daniel Arroyo, en una entrevista con LA NACION. La secretaría tendrá disponibles $ 400 millones para microcréditos, entre los que se incluye el dinero del Fondo de Capital Social (Foncap), que presta a instituciones civiles que, a su vez, se dedican a financiar emprendimientos sociales.
Ese dinero, especificó Arroyo, se usará en un 50% para recapitalizar proyectos que ya recibieron ayuda; 25% se destinará a cadenas productivas, y el otro 25% a nuevas actividades.
Una de las opciones es acercar a los bancos al segmento de la economía social que potencialmente calificaría para pequeños créditos, pero, por ahora, parece difícil que esa opción se concrete, según admitió Arroyo.
Las entidades que agrupan a los bancos integran -junto con el Gobierno y otras asociaciones- el comité creado en el país para promover políticas en el contexto del Año del Microcrédito declarado por Naciones Unidas.
En el caso de lograr la participación de la banca comercial, puntualizó Arroyo, el Gobierno estaría dispuesto a integrar un fondo de garantía y a subsidiar la tasa de interés, de tal forma de reducir el riesgo tomado por las instituciones financieras, que muchas veces se ven con dificultades para convencer a sus casas matrices de hacer negocios orientados a estratos sociales bajos y medios bajos que, por lo general, se mueven en la economía informal.
En la opinión del funcionario, la tasa de los microcréditos no debería superar un 8% anual real.
Entre agosto de 2003 y agosto pasado, las líneas de crédito para el desarrollo local y la economía social del Plan Manos a la Obra llegaron a poco más de $ 220 millones, con 44.140 unidades productivas financiadas, en las que trabajan 474.843 personas.
Según Arroyo, si se suma lo que, según se estima, otorgan por su cuenta cientos de ONG, se llega a un monto que supera los $ 300 millones.
El objetivo de la Secretaría de Políticas Sociales que conduce Arroyo es llegar a fines de este año con un millón de personas y 600.000 emprendimientos con el proyecto.
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