Fuerte aumento en el costo del financiamiento del Gobierno
El Gobierno debió validar tasas del 63% y 68,75% anual y una tercera de inflación más 27,2 puntos para captar del mercado interno, mediante la emisión de nuevas Letras, los pesos que le permitan refinanciar parte del vencimiento que enfrenta el viernes de otros títulos de deuda de corto plazo en igual moneda emitidos este año y que necesitaba diferir.
Fue al cabo de una licitación por la que tomó $58.260 millones, un ingreso con el que cubre el 62% del pago por $95.000 millones que debe realizar en 72 horas, mediante tres instrumentos: dos de deuda de muy corto plazo (una Letras Capitalizable –Lecap- y otra que ajusta por CER –Lecer- a vencer en apenas 3 meses) y otra Lecap que caducará en 217 días, es decir, hacia el cierre de febrero del año próximo.
La baja demanda, tomando en cuenta que el Gobierno se había planteado captar al menos $76.000 millones, disparó las tasas, ya que el Ministerio de Hacienda terminó aceptando casi el total de los 3182 pedidos de suscripción que le llegaron y se quedó sin margen para administrar el costo final del endeudamiento.
"El problema que empieza a quedar muy en evidencia es que hay un marcado recelo del inversor por tomar exposición a determinados plazos. Eso obliga al Gobierno a ser menos selectivo y tiene sus costos", explicó el analista Leonardo Chialva, de Delphos Investment.
El grueso de la colocación la realizó con la Lecap en pesos que vence el 30 de agosto, que paga al inversor un interés del 4,25% mensual: adjudicó $45.287 millones (aportó el 77% de los recursos). Dicho título se vendió a $979 por cada lámina nominal de $1000 lo que representa una tasa nominal anual del 62,92% y una efectiva del 79,39% anual.
La Letra ajustable por CER aportó el único dato bueno que dejó la licitación: adjudicó apenas $2509 millones por la escasa demanda, lo que anticipa que el mercado espera un marcado descenso de la inflación en los próximos meses. Por esa misma razón buscó asegurarse por precio el rendimiento que no le daría el indexador, lo que hizo que se coloque a $1050 por lámina por cada $1000 nominales colocados (fue la reapertura de un título ya emitido antes) y definió su costo en el 27,29%+CER (30,22%+CER efectivo).
Por último, de la Lecap larga (que vence el 20 de febrero de 2020) adjudicó $10.462 millones, que fueron vendidos a $910,10 por cada lámina de $1000, lo que supone una tasa del 68,75% nominal anual (del 74,22% la efectiva).
Se trata de niveles de tasa que superan en 2, 10,4 y 28 puntos a las pactadas en las últimas colocaciones similares, algunos de ellas realizadas incluso cuando el Banco Central (BCRA) aún se ilusionaba con que los aumentos de la tasa de referencia (que alcanzó un máximo del 74% a comienzos de mes) podrían controlar al dólar y ni se había anunciado que podría usar reservas –de ser necesario- para lograr ese objetivo.
Esto muestra que contar con el financiamiento local, necesario para complementar el obtenido del FMI mediante un acuerdo (para cubrir vencimientos externos, básicamente), le resulta cada vez más caro, tanto que ya no sólo anula los beneficios de haber logrado un crédito externo más barato sino que conspira contra el objetivo de ordenar los números fiscales, ya que los gastos relacionados con los intereses de la deuda ya se llevan $1 de cada $5 del presupuesto, es decir, representan el 20% de las erogaciones, cuando eran sólo el 8,8% en 2016.
El sostenido encarecimiento del endeudamiento interno es una mala noticia para el Gobierno, que, hasta ahora, había cumplido con creces sus objetivos al refinanciar un 83% de los vencimientos de deuda interna en dólares (Letes) o pesos (Lecap, Lecer y las nuevas Lelink) que enfrentó durante el año, muy por encima de lo que le demanda el acuerdo con el FMI.
Sin embargo, como en muchos casos lo hizo reduciendo plazos, eso no indica que haya aliviado mucho el calendario de vencimientos del año. De hecho, le quedan por afrontar 13 vencimientos de Letras del Tesoro por US$11.500 millones, otros 4 por el equivalente a US$1202 millones en las nuevas Letras ajustables al valor del dólar (Lelilk) y 6 más de deuda en pesos de corto plazo también emitida este año por algo más de $550.000 millones.
Eso quiere decir que queda un cargado cronograma de vencimientos y con fechas que pasarán a estar ya totalmente contaminadas por los vaivenes del proceso electoral.
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