Hay empresarios que adoran a Moreno
En los sectores que se benefician con las prohibiciones de importación surgen defensores del inclasificable funcionario.
Es más común conocer quejas empresariales sobre el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pero el polémico funcionario y sus controvertidas medidas también tienen sus defensores.
Por ejemplo, la reciente prohibición de importaciones, que según los defensores de Moreno no existen, tienen a algunos sectores como beneficiarios. Pese a que la medida no es para proteger fábricas sino para evitar la salida de divisas, los industriales que no necesitan muchos insumos importados, están de parabienes.
La provisión de carrocerías para ómnibus y colectivos es un caso y el de la impresión de libros otro. Los empresarios que son sus clientes dicen que ambos están desbordados por la demanda que les agrega la prohibición de importar y por lo tanto subieron los precios y estiraron los plazos de entrega.
De invertir para aumentar la capacidad de producción, nada. Y es lógico. En primer lugar, porque probablemente si quisieran poder atender más rápidop la demanda, deberían comprar maquinaria o partes y piezas extranjeras. Es decir, importar, que está prácticamente prohibido. Y, finalmente ¿Cuánto durará esta medida que los favorece si algunas de sus partes no están ni siquiera escritas y dependen del humor y las proyecciones de Moreno?
Pero, por ahora, las importaciones de carrocerías desde Brasil desaparecieron. Formalmente no están prohibidas, pero los clientes dicen que no se las permiten.
Entonces todo lo que demandaban en el mayor socio del Mercosur ahora deben comprarlo aquí, junto a lo que ya encargaban aquí. "Ya nos empezaron a decir que van a aumentar los precios y que no los apuremos con los plazos de entrega", dijo uno de los clientes.
Algo parecido pasa con los libros. Hace rato que Moreno, acicateado por empresas del sector, comenzó a exigir que se remplace por local la producción que se trae de fuera. Y ahora, dicen en algunas editoriales, directamente prohibió la entrada de volúmenes del exterior. Incluso, por ejemplo, de productos de Uruguay, que al igual que Brasil, pertenece al Mercosur.
Las editoriales que comenzaron a encargar en el país lo que hacían fuera se encontraron con el mismo problema: la capacidad instalada no es suficiente, les dicen, los plazos de entrega se alargan y los precios pueden subir.
En el caso de los libros, la consecuencia podría ser un aumento de los precios a los consumidores, lo que, por supuesto, no es nada bueno. Probablemente si se trsata de libros de texto, tal vez las editoriales vuelvan a encontrarse con Moreno, quien previsiblemente podría exigirles que absorban los mayores costos para evitar quejas de los consumidores y "titulares en los diarios".
En el caso de ómnibus y colectivos el ajuste sobre el sector empresarios es más sencillo:_ el Gobierno formalmente regula las tarifas. Ya quitó el subisdio al gas oil a la larga distancia y habrá que ver si lo ajusta en el caso de la corta distancia.
Mientras tanto, ya autorizó un aumento de salarios que sumaría más a los aumentos de costos.
Es entendible que se quejen de Moreno en los sectores ajustados, editoriales y empresas de transporte. Y es lógico también que los beneficiados, como carroceros e imprenteros estén de lo más agradecidos y que hasta haya alguno que diga que no es cierto que hay importaciones prohibidas.
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