Hay señales que impiden afirmar que la corrida ya terminó
La pérdida de reservas y la alta tasa de interés son puntos a tener en cuenta
Desde fines de abril vivimos en un continuo de suba del dólar y aceleración inflacionaria. En el medio hubo cambios de autoridades del Banco Central (BCRA), modificación de estrategias monetarias y utilización de distintos instrumentos. La pregunta es: ¿se puede decir que la corrida contra el peso ya pasó?
Hay tres cuestiones que no son sostenibles. Perder reservas continuamente, tener una tasa de interés alta durante mucho tiempo y depreciar la moneda sistemáticamente. Por ello, no podemos afirmar que la corrida ya terminó.
Para estabilizar el tipo de cambio debe ayudar el contexto externo. El país depende del humor de los mercados internacionales. Esto se puede medir con el riesgo país, hoy en 720 puntos básicos. Debería descender a un nivel de 600/650 puntos (o menos) para dar algo de tranquilidad.
Un nuevo condimento de esta crisis de confianza es la evolución de los depósitos en dólares del sector privado, que cayeron US$1376 millones desde el 27 de agosto, desde US$28.580 millones hasta US$27.204 millones el 7 de este mes. Sin embargo, la caída no es significativa (4,8%). En septiembre de 2017 los depósitos en dólares eran de 24.277 millones (promedio). Estamos 12% arriba de ese punto.
Pese a la elevada inflación y la suba del dólar, los depósitos a plazo en pesos (privados) continúan creciendo. De $621.000 millones promedio en enero pasado subieron a $758.140 millones en septiembre. Esto quiere decir que no hay huida de depósitos a plazo en pesos a compra de dólares (significativa). Con lo que la corrida es cambiaria, no bancaria.
Esta crisis se distingue de las anteriores, ya que no hay descalce de moneda. Los más endeudados no son familias y empresas, sino el sector público. Y tampoco hay ruptura masiva de contratos, ya que no hay una ley de convertibilidad.
Los problemas del balance del BCRA se licuaron. Al inicio de año estábamos en un sendero insostenible y explosivo. En dólares, entre base monetaria (más Lebac, Leliq y pases) llegó a US$126.240 millones. Hoy equivalen a poco más de US$54.000 millones. Por ahora, ha cerrado el grifo de emisión de pesos, ya que el BCRA no emite más para financiar al fisco y redujo a cero la emisión para comprar divisas. Solo emite para pagar interés de Lebac.
Si se llega a un nuevo acuerdo con el FMI, sería deseable darle mayor libertad y "poder de fuego" para intervenir en el mercado de cambios. En la Argentina, la demanda del dólar es por refugio. Por eso aumenta la demanda cuando sube el precio de la divisa norteamericana. Con intervenciones aisladas y de poco volumen ya se demostró que la oferta privada no aparece en las pizarras. El BCRA, si se compromete con un rango, podría evitar que con poco volumen lo corran y que tengamos saltos disruptivos en la cotización del dólar.
El autor es economista y miembro del Centro de Estudios Económicos del Sur
Amílcar Collante