Hoteles. Por qué en junio puede empezar una nueva etapa para el sector
China se convirtió en la gran esperanza para la industria hotelera, que vio cómo de un día para el otro su negocio prácticamente desaparecía. En el gigante asiático se encuentra el origen de su crisis, pero también la luz de esperanza para el sector , ya que al estar varios meses adelantada al resto del mundo en la evolución de la pandemia, ahora muestra un alentador repunte de la industria turística.
"Hoy estamos enfrentando el peor momento, pero a partir de junio confiamos que vamos a entrar en una nueva etapa en la Argentina. Ya lo estamos viviendo en China, donde los hoteles reabrieron en marzo y en abril ya mostraron niveles de ocupación del 25% y hasta el 40% en el caso de las propuestas más económicas. Ahora en China hay tres tipos de demanda. Los viajes de negocios que siempre vuelven cuando se retoma la actividad comercial. La gente que viaja a visitar y reencontrarse con sus familias, después del confinamiento. Y también vemos algo más sorprendente que es la reaparición del turismo. La gente quiere viajar después de estar confinada seis o siete semanas en su departamento".
La optimista lectura está a cargo de Patrick Mendes, el CEO para América del Sur del grupo Accor, el mayor operador de hoteles de la región, presente en la Argentina con una docena de establecimientos de la marcas Pullman, Sofitel, M Gallery, Mercure, Novotel e Ibis. Sus operaciones locales además incluyen un último hotel Ibis Style, que abrió sus puertas sobre la calle Florida hace un par de meses, apenas unos días antes de la implementación de la cuarentena.
En diálogo con LA NACION desde San Pablo, Mendes -un ejecutivo francés que hace ocho años está al frente de los negocios de Accor para toda la región- reconoce la inédita crisis que enfrenta la industria pero se muestra confiado en la capacidad de resiliencia del sector.
"El turismo va a volver, diferente, pero va a volver. En la industria ya vivimos otras grandes crisis, como fue la epidemia del Sars o, más atrás en el tiempo, el atentado a las Torres Gemelas, y siempre el negocio vuelve. Seguramente de entrada no a va a ser igual. Hasta que aparezca la vacuna o desaparezca el Covid-19 vamos a ver un turismo más doméstico, con la gente planificando sus vacaciones en forma diferente", asegura el ejecutivo.
-¿Qué va a pasar con el negocio hotelero? ¿Se va a acelerar la concentración?
-En este tipo de crisis solo sobreviven los más fuertes y muchos jugadores van a quedar en el camino. En la industria hotelera la caja es crítica y nosotros tenemos la suerte de habernos desprendido de muchos activos en los últimos años y así la crisis nos encontró con 2500 millones de euros en cash, lo que asegura que la operación siga viva. En este contexto, los más chicos van a sufrir más, pero a nosotros la pandemia nos encuentra muy sólidos y atentos ante las oportunidades que aparezcan para crecer con franquicias y management de otros hoteles. Con la última crisis, logramos duplicar nuestra presencia en la región.
-¿Cómo estaba el negocio en la Argentina y la región previo a la pandemia?
-Es muy difícil y ahora estamos en la peor etapa, con la mayoría de nuestros hoteles cerrados y los que siguen operando lo hacen con muy baja ocupación. Pero tuvimos la suerte de que al estar como grupo en 110 países en todo el mundo, ya estábamos un poco preparados para la llegada de este tsunami. Hasta el 10 de marzo estábamos con números muy buenos en la región, creciendo a una tasa del 9% frente al mismo período del año pasado y en el caso de la Argentina la tasa de crecimiento era un poco más alta. Pero a partir del 15 de marzo perdimos el 90% de nuestro volumen de negocios. No fue una sorpresa, porque sabíamos lo que estaba pasando en otros mercados pero igual fue muy súbito.
-¿Hoy tienen hoteles abiertos en la Argentina?
-Tenemos cinco abiertos, albergando a la gente que está haciendo la cuarentena o a extranjeros que están esperando que se reabran las fronteras para volver a su país. El que tiene más ocupación que es el Ibis de Congreso que funciona casi como una extensión de un hospital por la alta demanda médica.
-¿Hasta cuándo se va a mantener esta situación?
-Confiamos que en la Argentina se abrirá una nueva etapa a partir de junio, con la reaparición de una demanda, similar a lo que pasó en China. A futuro vemos la vuelta de un turismo más doméstico, con la gente recorriendo el país, visitando Mendoza o Bariloche en auto. Lo importante será ir venciendo el miedo de la gente y para lograrlo ya estamos implementando un nuevo protocolo de seguridad que está siendo certificado por la agencia internacional Bureau Veritas. La idea es tranquilizar al turista y que sepa que hospedarse en un hotel de Accor será algo más seguro incluso que quedarse en su casa, porque los controles serán más rígidos.
-¿En qué consiste este nuevo protocolo?
-A nivel corporativo definimos 150 nuevos protocolos, que estarán operativos en todo el mundo a partir del 1 de junio. Y en la Argentina ya los estamos implementando, con un mayor distanciamiento en nuestros hoteles, una higienización más regular de los baños, cambios en los sistemas de filtrado de climatización y un límite de ocupación de hasta el 50% de las habitaciones.
-¿Y cómo impacta la implementación de los nuevos controles en los costos operativos?
-Evidentemente los costos operativos van a subir, pero en la mayoría de los casos se trata de procesos manuales y con los actuales niveles de ocupación tenemos disponible la mano de obra. Lo importante es que al trabajar con el nuevo sistema todos vamos a estar más seguros, y vamos a poder tranquilizar a los viajeros.
-¿Cuando cree que el negocio va a volver a la normalidad o por lo menos se va a vivir una situación parecida a la que tenía antes de la pandemia?
-Para abordar estos temas quiero ser muy humilde y muy prudente. En el último tiempo vimos a mucho Nostradamus improvisado haciendo pronósticos que después no se cumplieron. En lo que sí nos podemos fijar es lo que pasó con el negocio hotelero en China, y los datos no paran de sorprendernos. Igual hay que tener en cuenta que China tuvo un confinamiento muy duro y después la salida fue muy ordenada y controlada. Si en la región logramos implementar este tipo de comportamiento y se cumplen las nuevas normas de sociabilización, estamos seguros que vamos a salir más rápido.
-¿Tienen algún tipo de proyección de plazos?
-Nuestra proyección es que vamos a terminar en la región con un volumen que va a ser el 40 o 50% del que teníamos en 2019. Y para llegar a este número no hay que perder de vista que el grupo había tenido un muy buen comienzo del año, pero en el segundo trimestre que estamos cursando la caída del volumen ronda el 90 por ciento. A partir del tercer trimestre vemos una recuperación, pero calculamos que superar toda esta crisis nos va a llevar entre 15 y 18 meses. Recién en el último trimestre de 2021 vamos a alcanzar los números que teníamos en el último trimestre de 2019.
–¿Qué va a pasar con las inversiones en la Argentina?
–En la Argentina teníamos una decena de hoteles en desarrollo para abrir y los proyectos se van a retomar. Lo único que puede pasar es que haya un retraso, de entre tres y seis meses. Los inversores y socios que participan en proyectos hoteleros no lo hacen pensando en los próximos tres o cuatro años, sino invirtiendo a 30 o 40 años. Y una demora de unos meses no es algo dramático en esta industria, porque es raro que un hotel se entregue en fecha. Hoy tenemos doce hoteles en operaciones en la Argentina y no vamos a cerrar ninguno.
–¿Hay margen para hacer compras?
–¿Por qué no? En el últimos tiempo concretamos compras en la región, como fue el grupo Atton en Chile. Igual creemos que este tipo de operaciones son más difíciles y que las mayores oportunidades van a estar en crecer sumando franquicias y tomando la operación de otros hoteles.