Inteligencia artificial: cómo la tecnología puede cambiar la forma en que vivimos y convivimos
En un evento organizado por LA NACION, referentes de la temática, emprendedores y directivos de empresas compartieron su visión sobre los avances y los cambios que se dan en el mundo laboral
"El auto que se maneja solo en la película Minority Report hoy se transforma en realidad gracias a Tesla y a los sistemas de self-driving. La computadora que entendía lo que decía un humano en 2001: Odisea del espacio, hoy se puede ver simplemente en sistemas como Alexa. La máquina que reconocía la cara de un humano en Volver al Futuro II, hacía en la ficción lo que ahora hacen todo el tiempo nuestros smartphones", contó Martín Migoya. Con esos ejemplos, el CEO y uno de los cuatro fundadores de la firma argentina de software Globant, que ya cuenta con más de 7800 empleados en todo el mundo, dio inicio a la primera edición del evento sobre Inteligencia Artificial organizado por LA NACION.
Lejos de alarmar a los asistentes, el emprendedor los llamó a dejar de lado la idea del enfrentamiento mostrado en la saga de películas Terminator, en la que están en lucha la inteligencia artificial, Skynet, y la especie humana. Y contó por qué en Globant prefieren hablar de una "inteligencia aumentada". "No existe evidencia de que una sola máquina pueda cubrir todas las dimensiones de la inteligencia", argumentó el emprendedor. Y expresó: "Creo en un futuro de cooperación entre la inteligencia artificial y el humano".
Varios especialistas expusieron en el evento sus ideas sobre el rol que tomará la nueva tecnología en el mediano plazo. En un panel moderado por Carla Quiroga, periodista de LA NACION, compartieron sus puntos de vista Viviana Cotik, científica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigadora del procesamiento del Lenguaje Natural; Marcela Riccillo, especialista en inteligencia artificial y robótica; y Marcelo Rinesi, Data Scientist freelance.
Al hablar de educación, el caso de Tomás Volpe se destaca a nivel nacional. Junto a sus compañeros de la Escuela Técnica N°4 de Brigada Aérea ubicada en El Palomar, en la provincia de Buenos Aires, creó Urvosev: un separador de residuos basado en inteligencia artificial que permite identificar y enviar cada cosa al tacho que corresponde.
Pero ¿qué sucede cuando determinadas innovaciones se introducen en los ambientes de trabajo? Martina Rua, periodista especializada en temas de innovación, hizo una presentación especial en la que mostró cuáles son los últimos avances de la inteligencia artificial y describió cómo debe posicionarse el hombre ante estos. Para eso, aseveró que el trabajo en la inteligencia emocional será fundamental en el caso de los profesionales que quieran complementar sus tareas con lo logrado por los diferentes avances tecnológicos.
En esta línea, Alejandro Melamed, director general de Humanize Consulting, ratificó lo dicho por Rua y aclaró que "a medida que la tecnología avanza, lo humano es cada vez más importante". El especialista en recursos humanos contó que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, cuando una empresa contrataba a sus colaboradores a partir de lo que indicaba su currículum vitae, ahora se tenderá a contratar por los valores y por lo que "esa persona pueda hacer" y no por lo que ya hizo.
Esta adaptación a la convivencia entre el hombre y la tecnología también se puede dar desde el punto de vista de la inclusión. Ignacio Peña, CEO de Surfing Tsunamis, explicó cómo estos avances pueden impulsar el desarrollo de nuevos sectores, como los servicios financieros digitales o la movilidad digital, para potenciar el crecimiento del producto bruto interno local y así, reducir el índice de pobreza, que supera el 30%.
Por otro lado, Eduardo Orteu, CEO de la empresa Chat-Tonic, contó cómo, con Unicef, creó un bot para concientizar a adolescentes sobre la problemática del sexting. Ya sea Fabi, en Brasil, o Nati, en la Argentina, se trata de un chatbot que cuenta cómo su novio la extorsionó con un video erótico y cómo hizo para atravesar este proceso.
"Uno de los grandes problemas que tienen los jóvenes es que no saben cómo lidiar con esto. El 70% de los usuarios dijo no haber hablado de esto en el colegio", destacó Orteu, quien se encuentra trabajando con la Fundación Luminis, institución argentina especializada en formación docente, para que distintos maestros puedan usar el chatbot como herramienta.
El encuentro sobre inteligencia artificial también tuvo su espacio para las organizaciones que ya implementan estas tecnologías. En un panel moderado por José Del Rio, secretario general de Redacción del diario, Agustín Beccar Varela, gerente General de Walmart en la Argentina; Silvana Jachevasky, gerente de Marketing Digital de la firma de servicios financieros Naranja; y Luis Paolini, gerente de Innovación de Novartis contaron, en primera persona, cómo llevan adelante los proyectos de innovación y digitalización.
De manera remota, participó del panel Marco Bressan, chief Data Scientist de Satellogic y uno de los argentinos más reconocidos en la materia a nivel internacional. El especialista hizo hincapié en el ritmo de avance de la tecnología. "La forma en que programábamos hace 5 años no es la misma que utilizamos hoy", ejemplificó. Y llamó tanto a las empresas como a los profesionales a capacitarse y a aprender de manera constante.
Del Rio también moderó un panel protagonizado por los principales negocios nacidos e impulsados a partir de la inteligencia artificial. Sebastián Álvarez, country manager para la Argentina de The NotCompany (NotCO); Leandro Harillo, socio fundador de Binit e IDIoT; Alan Daitch, fundador de Digodat; y Luciano Ordoñez, fundador de 7Puentes, contaron cómo implementan la tecnología en sus propuestas de negocio.
El cierre del evento estuvo a cargo de Guibert Englebienne, cofundador y CTO de Globant. Lejos de los prejuicios que ven a la tecnología como algo frío y distante del ser humano, Englebienne explicó que hay una nueva mirada y que el desafío consiste en hacer que estas nuevas herramientas les permitan a las empresas humanizarse.
En Globant, ante el crecimiento de la nómina y por el miedo de perder la cultura emprendedora que caracterizó su manera de trabajar desde los comienzos, los fundadores decidieron implementar un sistema que les permita a los empleados valorarse y reconocerse entre sí.
"Empezamos a generar una tonelada de información que podía alimentar a una organización más inteligente, emocional y humana, para expandir nuestra capacidad de conectarnos y sentirnos parte", destacó Englebienne, quien reconoció que, gracias a ese software, pudo conocer a "jugadores claves" que tal vez, de otra manera no habría conocido. "El poder de la inteligencia artificial a través de la digitalización de emociones es hacer visible lo invisible", concluyó.