La crisis / La intención de Boudou de acercarse al fondo. Interés en el FMI por iniciar un diálogo formal con el país
Pero aclaran que la Argentina deberá someterse al mismo relacionamiento que las otras naciones
WASHINGTON.- El anunciado regreso de la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI) generó expectativa en medios locales. "Naturalmente, estamos interesados en una profundización del diálogo con la Argentina", dijeron a LA NACION voceros del organismo, al comentar las expresiones oficiales en el sentido de que el gobierno de Cristina Kirchner ahora sí quiere acercarse a la entidad, pero con la declarada condición de que "no se entrometa".
"Como ya se ha dicho, el FMI está trabajando con todos los países miembros en el contexto de la crisis global" y, en ese contexto, le "interesa, naturalmente, una profundización de su diálogo con la Argentina", explicaron las mismas fuentes. Anunciada por el ministro de Economía, Amado Boudou, la decisión de abrir la puerta al FMI, tras más de dos años de tenerla cerrada, genera expectativas al habilitar en los próximos días la primera reunión formal en mucho tiempo de autoridades argentinas con directivos de la entidad.
"Obviamente, hay una expectativa" por el hecho de que, por primera vez, el director del Hemisferio Occidental del organismo, el chileno Nicolás Eyzaguirre, dialogue de modo oficial con el ministro de Economía, dijeron a LA NACION fuentes locales.
Del lado del FMI parece haber no sólo interés sino también la mejor voluntad. Pero nada que implique alteraciones al esquema habitual de relación que el organismo mantiene con sus países socios.
Fuentes locales admiten que en el nivel técnico "hay conversaciones habituales" entre el organismo y funcionarios argentinos. Pero que esos contactos hasta ahora "no han incluido" propuesta ni pedido formal alguno del Gobierno para abrir paso a las revisiones estadísticas que el FMI aplica a los países que, como la Argentina, son miembros de la entidad. "Hay interés en ver qué dice el ministro", se indicó.
Desde una mirada internacional más amplia, el anuncio de Boudou parece coincidir en la línea de uno de los pocos puntos argumentales que, sobre la economía argentina, expresó hasta ahora quien será la nueva embajadora del gobierno de Barack Obama en Buenos Aires, la abogada Vilma Martínez. "Como embajadora, alentaré al gobierno argentino" a asumir acciones que permitan "su retorno al mercado financiero internacional de capitales y que mejoren la capacidad de atraer inversiones directas extranjeras" delineó semanas atrás Martínez.
La enviada de Obama habló así en su audiencia de confirmación en el Senado, oportunidad en que se le requirió opinión sobre la deuda argentina y su relación con organismos internacionales. Por aquel entonces, la posibilidad de retornar al FMI era un rumor no confirmado. Y no fue materia específica de la embajadora.
Sed de financiamiento
Pero sus cautos conceptos -los únicos que, oficialmente, se conocen de ella desde que la Casa Blanca la propuso como representante en la Argentina- parecen ir en línea con la intención que aquí se ve tras el anuncio ministerial: la necesidad de retornar al mercado de capitales. En medios locales no cabe duda de que el paso anunciado por el gobierno argentino responde a su "creciente necesidad" de apelar a fuentes de financiamiento, una vez que se cerró el grifo que, con intereses financieros de carga, le había abierto el gobierno del venezolano Hugo Chávez.
Y si bien tampoco parece haber dudas de que el FMI "accederá" a algún tipo de acuerdo para concretar "alguna forma de diálogo" que soslaye las -hasta ahora- insalvables incertidumbres sobre las estadísticas oficiales de la era Kirchner, sí las hay sobre el esquema con el que podrían concretarse esas conversaciones.
"De aceptar condiciones de la Argentina, el Fondo Monetario Internacional se arriesga a sentar un precedente que luego pese en su relación con los demás países socios", opinó el profesor Riordan Roett, de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad John Hopkins. "El FMI es una entidad con reglas para todos los socios. Lo que uno desearía ver es que el gobierno argentino se tome sus compromisos internacionales en serio", añadió.
Otros, en cambio, apuntan al limitado alcance de un diálogo formal o de "compromiso" con el organismo. "Todo intento de acercamiento con el FMI no tiene mucho sentido si no va acompañado de tres puntos vitales para la credibilidad" de intenciones del Gobierno, dijo Peter Haakim, presidente del Inter American Dialogue (IAD). "Primero, que la Argentina se comprometa a mejorar sus estadísticas; segundo, que busque una solución con el Club de París (grupo de países al que se les dejó de pagar la deuda en 2001), y tercero, que anuncie una solución para los tenedores de deuda que quedaron fuera del acuerdo (de 2005)", enumeró.
En la misma línea apuntó Mauricio Cárdenas, de la Brookings Institution. "El gobierno argentino se está volviendo pragmático. Necesita recursos y sabe que el camino para obtenerlos en el mercado de capitales es regresar al FMI", apuntó.
"Pero cualquier intento de diálogo o acercamiento no irá muy lejos si el país no recupera la credibilidad perdida en materia de información oficial. Hoy resulta muy difícil creer en los datos que informa el gobierno argentino", concluyó.
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