Inversiones en pesos: con la incertidumbre se agudiza el cortoplacismo
Con sus decisiones, los ahorristas parecen estar por estos días ratificando un mensaje general al resto de los agentes económicos: creen quela macro argentina aún tiene demasiadas cuestiones por definir.
Por lo mismo buscan, al invertir en pesos, que esas apuestas sean de muy corto plazo o tengan la opción, en breve, de ser desarmables "por las dudas"
El nivel de incertidumbre queda a la vista cuando se observa que el plazo promedio a que se pactan hoy los depósitos bancarios no transaccionales en pesos ya es menor a los 59 días, lo que supone el menor período promedio en casi 18 años. Superaba los 70 días hace un año y estaba por encima de los 66 días al comenzar 2020.
Además, entre el 75 y 90% de las ofertas que se presentan para comprar títulos de deuda oficial en pesos, en la subastas que periódicamente realiza el Gobierno en busca de financiamiento, lo hacen a los instrumentos que se emiten a los menores plazo. Solo aceptan estirarlos cuando el emisor (Estado) les ofrece algún tipo de garantía (cobertura contra una posible devaluación o la inflación) o ventaja normativa (como el bono a 2 años que suscriben los bancos porque lo pueden usar para integrar los encajes cobrando).
El fenómeno no es novedoso en una economía que se ha caracterizado en los últimos años por su volatilidad y el cambio persistente de algunas reglas, incluso algunas básicas. Pero vuelve a alcanzar dimensiones que no mostraba desde los tiempos de la que aún hoy es recordada como la última gran crisis argentina: la del 2001/02, dato revelador del grado de incertidumbre instalado.
Incluso llega en momentos en que los plazos fijos en pesos, pese a haber mostrado una reacción favorable al reacomodamiento de tasas que dispuso el Banco Central (BCRA) tras conocerse el muy alto dato de inflación de octubre (subió la mínima del 34 al 37% nominal anual), acumulan tres meses en retroceso y cuando el Gobierno apenas logra su meta de conseguir financiamiento de mercado al menos 10% superior al monto de la deuda que le vence, aunque haciendo jugar a los organismos públicos con excedentes de liquidez un rol cada vez más importante en las licitaciones.
Un fenómeno que no es novedosos pero suma perjuicios a la economía
Para los analistas, la afiatada tendencia al cortoplacismo que acompaña desde hace años a las inversiones pactadas en pesos se exacerbó en los últimos meses al comprobar los agentes económicos que lo que temían se volvió realidad. Aluden así al efecto que en las expectativas tuvo el índice de inflación general del 3,8% que reportó el Indec para octubre.
"La tendencia de incorporar en el portafolio activos de menor plazo está relacionada al temor a que se abra una brecha entre las tasas de interés pasivas que se ofrecen y las tasas de inflación y devaluación esperadas. En un escenario de estas características, el comportamiento del ahorrista o inversor tiende a ser más defensivo", explica el economista Fernando Baer, de la consultora Quantum Finanzas.
"La agudización del fenómeno responde a una combinación de factores. Lo que más influyó fue la aceleración que se empezó a mostrar la inflación en los últimos meses y las expectativas de esos registros se mantengan altos o sean aún mayores en los meses que siguen", coincide Julia Segoviano, analista de EconViews.
La tasa mínima y homogénea del 37% anual (ningún banco ofrece más) que remunera una colocación a plazo a 30 días minorista implica un rendimiento mensual del 3,08% que no solo es marcadamente inferior al último dato oficial de inflación sino que está por dejado de la inflación que el mercado proyecta para el próximo semestre (va del 3,3 al 4,1% mensual según el último REM). Si la imposición es mayorista (mayor a 1 millón) la simetría es mucho mayor ya que la tasa para ellos es del 34% nominal anual, lo que supone un rendimiento del 2,8% mensual.
La posibilidad de estar ahorrando a pérdida es muy concreta y, frente a ella, los depositantes e inversores parecen estar buscando asegurarse tener a mano la posibilidad de desarmar esas colocaciones, si hallaran sustitutos u otras opciones para volcar sus pesos.
Para Segoviano, las decisiones de ahorro en pesos están condicionadas por la "inercia preocupante" que muestra la inflación. "Ya está en alza y ni siquiera comenzó -o apenas lo hizo parcialmente- el descongelamiento de los precios regulados", sostiene.
Según la analista una inflación en alza provoca que se vayan acortando " los plazos de todos los contratos" en general, lo que hace que el fenómeno cortoplacista se generalice e impacte sobre la muy golpeada tasa de inversión. Además recuerda que una pérdida de atractivo en las colocaciones en pesos "deja latente presiones cambiarias".
Baer acota que en circunstancias como las actuales los inversores "no solo acortan plazos de sus colocaciones sino que buscan mejorar la calidad de los instrumentos por los que apuestan" y subraya que este cortoplacismo creciente implica un problema para el Gobierno que ha definido como propósito para el año entrante tomar "más financiamiento del mercado". "Ya se nota que, para no tener que validar tasas más altas, debió aumentar oferta de instrumentos en pesos indexados: más del 60% de las emisiones de 2020 están atadas al CER", recuerda.
En el BCRA, aunque esperan que el dato de noviembre (por conocerse el martes) esté debajo del de octubre, no desconocen que la tasa pasiva en pesos quedó bajo presión en relación con las expectativas inflacionarias. De allí que se hayan comenzado a analizar alternativas aunque sin escapar del plan de coordinación de tasas que llevan adelante con el Ministerio de Economía.
Según los economistas de la consultora Analytica, esa posibilidad existe si el BCRA aumenta la porción de encajes que le permita hace a los bancos con activos remunerados. "Así ayudaría al Tesoro a lograr financiamiento y a tasas más baratas, ya que generará demanda de títulos públicos por cuestiones normativas, mejoraría los balances de los bancos y podría disponer en contrapartida una suba en la tasa de plazos fijos haciendo de este modo más efectivos los mecanismos de transmisión de política monetaria", intuyen. ¿Será lo que intentarán?
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