Japón lanza un salvavidas a los exportadores
TOKIO—El gobierno japonés intervino con fuerza en el mercado cambiario, ayudando a los exportadores en los precisos momentos en que muchos de ellos anuncian resultados decepcionantes y planean trasladar su producción al exterior.
Se cree que el monto de yenes que utilizada para moderar el alza de la moneda es un récord para una jornada. Aunque el ministro de Finanzas, Jun Azumi, se abstuvo de hacer comentarios sobre la cantidad de dinero empleada en la intervención del lunes, los operadores dijeron que el gobierno probablemente vendió alrededor de 7 billones de yenes (US$92.310 millones), una cifra mucho mayor de los 4,5 billones de yenes vendidos en la última intervención el 4 de agosto.
La intervención inicialmente hizo subir el dólar hasta 5%, a su máximo nivel desde la gestión de agosto. Pero el yen recuperó rápidamente parte de sus pérdidas, conforme los exportadores japoneses y otros inversionistas aprovecharon la caída pronunciada como una oportunidad de compra.
El marcado descenso del yen fue recibido con especial beneplácito al producirse a fin de mes, cuando muchos exportadores japoneses necesitan comprar yenes para cerrar transacciones. La intervención rápidamente les dio más yenes a cambio de sus dólares, disparando la divisa estadounidense hasta 79,55 yenes, desde un mínimo de 75,31 al que había caído previamente en el día.
Los analistas, no obstante, advierten que si el gobierno encabezado por el primer ministro Yoshihiko Noda quiere impedir la amenaza de una renovada fortaleza del yen, tendrá que seguir gastando a manos llenas. De todos modos, Japón seguirá cautivo de fuerzas que, en su mayor parte, no puede controlar. El yen, considerada una moneda de refugio, podría volver a dispararse en respuesta a un recrudecimiento de la crisis de la deuda europea o un relajamiento de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que le restaría atractivo a las inversiones en dólares, dicen los operadores.
Los inversionistas a menudo compran yenes cuando los mercados financieros globales están turbulentos. El gran superávit de cuenta corriente de Japón y la persistente deflación convierten la moneda en un refugio a pesar de los problemas fiscales de Japón.
El gobierno de Noda encararía mayores dolores de cabeza de los que ya tiene si no logra darle a la economía japonesa, dominada por las exportaciones, más que un respiro fugaz frente a la fortaleza del yen. Un Parlamento dividido ha demorado la respuesta al terremoto, tsunami y accidente del reactor nuclear del 11 de marzo.
La fortaleza de la moneda japonesa encarece el precio de los electrónicos, televisores y otros bienes japoneses en los mercados internacionales y disminuye las ganancias repatriadas a Japón.
Las recientes alzas de la moneda han amenazado el rápido progreso que han hecho las compañías del país para recuperarse tras los desastres de marzo. También ha nublado los pronósticos de ganancias, que ya se habían moderado ante la desaceleración en EE.UU., China y Europa.
Las principales automotrices y firmas tecnológicas de Japón reaccionaron con cautela a la intervención cambiaria, reflejando escepticismo de que se traducirá en beneficios de largo plazo.
Si bien la medida fue "extremadamente positiva", la intervención por sí sola no puede encauzar el mercado, dijo Makoto Kubo, vicepresidente ejecutivo del conglomerado de electrónicos Toshiba Corp.
Los anuncios de ganancias de otras empresas dan una idea del daño provocado por la apreciación del yen. TDK Corp., fabricante de materiales de grabación y componentes electrónicos, informó que reducirá en alrededor de 12% su plantilla global, en parte debido a la fortaleza del yen.
Al hablar tras la intervención en los mercados, Noda manifestó que la iniciativa tenía como fin "impedir que se materializaran los riesgos para la economía japonesa".
El primer ministro ha señalado que las medidas que el gobierno anunció recientemente para ayudar a las firmas perjudicadas por el yen fuerte buscan impedir que la industria japonesa se "vacíe por dentro" conforme se traslada la producción al exterior.
Sin embargo, es improbable que se desvanezca el atractivo de fabricar en el extranjero. Panasonic Corp. ofreció un recordatorio de esa dinámica, sugiriendo que todavía prefiere invertir sus yenes en el exterior para evitar pérdidas cambiarias. "Es extremadamente difícil hacer nuevas inversiones empresariales en Japón ahora", reconoció el director financiero Makoto Uenoyama.
Andrew Monahan
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