Jon Azua: "La competitividad debe ser un medio para mejorar la calidad de vida"
Uno de los padres de la transformación del País Vasco asegura que los cambios deben basarse en el largo plazo, la sustentabilidad y la innovación
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Jon Azua, uno de los padres de la transformación productiva del País Vasco, modelo observado de cerca por el Gobierno, pronuncia palabras que ya se escuchan en los eventos oficiales. "Para nosotros, no había buenas o malas industrias, sino maneras buenas o malas de hacer las cosas", estimó el investigador del Instituto de Estrategia y Competitividad de Harvard.
Azua afirma que la reconversión vasca de los años 80 se basó en el largo plazo, la sustentabilidad, la internacionalización, clusters en lugar de sectores, la inversión en innovación productiva y la mejora de la competitividad. Pero, fundamentalmente, todo nació de la necesidad de una reinvención.
"La competitividad debe ser un medio para mejorar la calidad de vida de las personas", aclaró el ex funcionario vasco, miembro del Consejo Asesor de Competitividad del World Economic Forum y profesor en Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad, que hace unos días pasó por la Argentina.
-¿Cuál es la clave del plan productivo del País Vasco?
-Que nos apropiamos de nuestro futuro. Hicimos una estrategia de largo plazo y con continuidad, integrando de forma progresiva al conjunto de actores implicados, que hoy luego de 40 años sigue adelante. Esta estrategia tuvo dos componentes claves: aumentar la competitividad y la internacionalización de las empresas vascas, construyendo sobre las capacidades industriales existentes. Los factores de éxito fueron visión integral, liderazgo constante, pensar a largo plazo y evitar los atajos, reinversión permanente y un fuerte anclaje institucional, con un objetivo último: aumentar el bienestar de los ciudadanos.
¿Cómo fue la reconversión industrial en los años 80?
-Este proceso de transformación fue posible gracias a dos cosas: primero, al impulso de medidas sociales, económicas activas sobre la base productiva en una nueva concepción de la política industrial con orientación hacia el largo plazo, desde la coopetencia [sic] público-privada y, segundo, una fuerte red de bienestar social. Nunca perdimos de vista que la competitividad tenía que ser un medio para mejorar la calidad de vida de las personas. Competitividad en solidaridad fue nuestro reclamo. La estrategia global de largo plazo exigía tres cuestiones prácticas por acometer. Primero, reinventar, fortalecer y añadir valor a nuestras industrias básicas, en una nueva orientación clusterizada. Segundo, una acción transformadora de empresas en dificultades o crisis, con énfasis en la reorientación estratégica y laboral. Tercero, promover y atraer nuevas inversiones, con medidas extraordinarias y nuevos instrumentos ad hoc. La "clusterización" como factor de competitividad fue el nuevo esquema de transformación.
-¿Cómo trabajaron con sindicatos y empresarios? ¿Fue gradual?
-Incluimos a todos con vocación de una coalición amplia, si bien cada uno jugó su propio rol. Por supuesto que hubo disidencias y hasta incredulidad. Los empresarios tuvieron que aprender a moverse en un escenario nuevo, los sindicatos estaban escépticos o abiertamente en contra. Fuimos sumando a los diferentes agentes gradualmente, mientras lográbamos mostrar resultados poco a poco
- Hoy la Argentina tiene una baja inversión en I+D. ¿Qué hizo el País Vasco en su transformación?
-Modernizamos el tejido industrial mediante la promoción de actividades de I+D en las empresas, el desarrollo de programas de formación de investigadores, la diversificación empresarial y la industrial, y por supuesto, reinventando una política tecnológica propia, dotando de medios a nuevas generaciones de Centros Tecnológicos desde el impulso conjunto Industria-Educación. Esta política industrial nos permitió crear un ecosistema científico productivo, con un fortísimo apoyo público y orientado a las demandas de la producción. Hoy, el País Vasco es un centro de competitividad y una de las regiones europeas más innovadoras, un gran laboratorio de ideas; la I+D es el 34% del gasto público y el 45% del gasto empresarial.
-¿Qué son los clusters?
-Es la concentración geográfica de empresas o industrias interrelacionadas, focalizada en el binomio economía-territorio. Rompe el concepto sectorial y amplía los espacios naturales de actividad económica. En el País Vasco crearon una red de centros tecnológicos que, en vez de funcionar bajo un esquema de transferencia, innova en base a la demanda de las empresas. Además, redefinieron su sistema de formación profesional para orientar la oferta laboral hacia las necesidades del sector privado y del empleo del futuro.
-¿Cómo se trabajó la internacionalización de las empresas?
-Creando un fuerte anclaje institucional, repensando las cadenas de valor en las que debíamos participar, su nicho de intensidad especializada y el rol a jugar en cada una de ellas.
-¿Qué sectores se eligieron?
-La estrategia fue contra corriente a lo que se pensaba hace 40 años. Era un contexto de debate de industria o servicios, donde claramente la industria era vista como el pasado y los servicios como el futuro. Lo normal era "elegir sectores ganadores", en un contexto de gobierno versus empresas. Pero para nosotros no había buenas o malas industrias, sino maneras buenas o malas de hacer las cosas, y el camino definitivamente era el de la cooperación público-privada, la redefinición de modelos de negocio, crear un marco para toda actividad económica y la interacción manufactura-servicios-tecnología, en procesos de cocreación de valor. Dimos prioridad a lo que teníamos.
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