Cartera de consumo. La banca se enojó con el BCRA por un tope al crédito
Revisan la medida lanzada hace ocho días
La batería de medidas "para estimular el crédito" que lanzó la semana pasada el Banco Central (BCRA) está bajo fuego. Al menos, en su capítulo destinado a reglamentar los préstamos al consumo.
Para los banqueros, más allá de sus pretensiones, el plan oficial de retoques normativos en la práctica contradice sus enunciados. Es decir, en vez de "incentivar" el desembolso de fondos, en los hechos ni más ni menos que "lo restringe".
La imputación aparece en una carta que el dueño y presidente de Banco Macro, Jorge Brito, remitió el pasado lunes a esa entidad en su carácter de jefe de los banqueros privados nacionales agrupados en Adeba. La crítica apunta al corazón de la comunicación A 4972, en particular a la parte del texto que habla de la graduación del crédito aplicable a clientes de consumo y avanza en la aplicación de "límites máximos a otorgar" cuando, hasta la aparición de esta circular, no existían topes.
"Se estableció que el crédito al que accede un individuo no puede superar 30% de su ingreso en el mismo banco o el 50% del que acredite en todo el sistema y penaliza a los que excedan esos márgenes con lo que, en vez de avanzar en una política contracíclica como dicen, actuaron procíclicamente achicando la oferta de crédito", dijo un banquero consultado por LA NACION.
La norma desconoce que los bancos no cuentan con información generalizada respecto de los compromisos de pago que sus clientes puedan tener con otras entidades, lo que les niega toda posibilidad de chequear si cumplen o violan esa obligación, como ahora se les pide.
El malestar ante la normativa fue generalizado y provocó a comienzos de semana una ríspida reunión entre banqueros y funcionarios del BCRA, en la sede de esa entidad. Allí, los banqueros pidieron que se "suspenda la medida", en consonancia con lo que solicitaba el escrito girado a Martín Redrado por Brito que reclamaba -además- que se los consulte.
El generalizado reclamo abrió un proceso de revisión de la medida que, según averiguó LA NACION, arrojaría resultados en cuestión de horas. Después de todo, el BCRA no quiere tener abierto un conflicto con los banqueros locales y, menos aún, mientras se desarrollan las Jornadas Monetarias que desde pasado mañana lo tienen como sede.
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