La crisis cambió los hábitos de consumo
El 57,6% de los ciudadanos dice que la desocupación y la falta de trabajo afectó su capacidad de consumo en los últimos seis meses, según una encuesta de la consultora especializada en consumo masivo AC Nielsen. El 47,8% le echó la culpa al aumento de los impuestos, el 36,9% a la reducción de salarios, el 14,5% a la caída de las ventas en su negocio, el 13,7% al aumento de los combustibles y los servicios y el 5,4% al crecimiento de su familia, según los datos presentados ayer por el director de marketing de AC Nielsen, Amílcar Pérez, en el Salón Internacional de la Alimentación (SIAL) del Mercosur, que finaliza hoy en la Rural.
La recesión, que en el primer semestre de 2001 cumplió tres años, impulsó modificaciones en el consumo. El 52,7% optó por comprar en comercios más económicos y el 50,2% empezó a elegir ofertas. "Esta conducta se da especialmente en los niveles bajos y en las mujeres", señaló Pérez.
El 37,3% de los consumidores ahora busca aprovechar mejor el dinero, el 28,3% compra menos alimentos, el 19% sale menos, el 14,6% decidió dejar de irse de vacaciones y el 13% contrajo su gasto en servicios.
Aquellos que debieron mudarse a comercios más económicos incluso volvieron al almacén de barrio, que fían a sus clientes conocidos. "También hay bajos precios por la evasión impositiva", admitió Pérez.
Los consumidores del canal tradicional optan por un local cercano porque carecen de auto y cuentan con menos tiempo libre. Además, en el almacén reciben asesoramiento del comerciante. "Es muy divertido elegir uno, pero si no entendés es mejor que te aconseje el carnicero o el verdulero", reflexionó el consultor.
A pesar de que los supermercados crecieron el año último sólo en ventas de alimentos frescos (3,2%), este segmento del mercado sigue dominada por el almacén: carnes (55,6%), verduras (64,3%), frutas (64,6%) y pastas frescas (36,6%).
Nueve de cada diez personas que habitualmente compra en hipermercados también adquiere productos en otros formatos de comercio. Entre ellos figuran las tiendas de descuento, competidora de los autoservicios y de los almacenes. "Están en zonas densamente pobladas, se orientan a las clases media y baja, con locales de 200 a 400 metros cuadrados y los clientes compran en ellos cinco veces por semana", describió Pérez, en alusión al formato que ya conquistó el 3% de la facturación del comercio minorista nacional y cuenta con grandes oportunidades en el interior.
"¡Atención los autoservicios orientales!", alertó Pérez. Los 1200 locales de alrededor de 600 metros cuadrados atendidos por familias chinas o coreanas avanzan con una política de precios, entrega a domicilio, extensos horarios de atención y proximidad al cliente. AC Nielsen comparó una canasta de 18 productos de un supermercado con la misma de un autoservicio asiático y descubrió que este último ofrecía precios ligeramente inferiores: 37,67 pesos contra 37,89.
El 74 por ciento de los encuestados mira los folletos de los súper y compra algún producto en función de ello. El 37 por ciento se toma el trabajo de comparar precios de varios supermercados y escoge lo más barato de cada uno de ellos.