El contagio de la crisis local a otros países de la región se agravó ayer y volvió sobre los mercados argentinos como un huracán. El dólar cerró con su valor más alto desde que se devaluó el peso en enero pasado: $ 3,75 para la venta en las pizarras libres y $ 3,63 en la operatoria por cuenta y orden del Banco Central (BCRA).
Los mercados brasileños también vivieron su peor semana desde la devaluación, decidida en 1999. El riesgo país creció a 1724 puntos y se estabilizó como el segundo más alto del mundo, detrás del argentino; el real cayó a 2,84 por dólar, su nivel más bajo en sus ocho años de vida, y la Bolsa de San Pablo se derrumbó otro 4,69 por ciento.
El peso uruguayo fue el único de la región que se mantuvo tras la caída de anteayer; en cambio, sí lo hicieron las monedas de Chile y de México. Sin embargo, el Banco Central oriental comunicó anoche oficialmente la intervención del Banco Montevideo (BM) y desplazó de su dirección al grupo argentino Velox. La medida también alcanzó a la Caja Obrera, adquirida por el BM pero cuya fusión no había sido autorizada aún.
En el Banco Central argentino (BCRA), en tanto, se agravaron los dos conflictos que lo mantienen en vilo desde hace semanas. Mario Blejer fijó su renuncia para dentro de 10 días y se desató la puja por el nombramiento de su sucesor, mientras que las reservas bajaron ayer a US$ 9801 millones.
