La falta de efectivo provocó en los argentinos un forzado cambio de hábitos
La gente compra menos comida, viaja poco en taxi y con cuenta corriente, y demora la decisión de tomarse vacaciones
"Nunca vi una malaria como ésta", dice Juan Aunchayna mientras conduce su taxi por el tránsito porteño. Hace 28 años que maneja y un año que se sumó al radiotaxi Premium por cuestiones de seguridad. Para él, el trabajo decayó considerablemente: "Antes hacía 120 pesos por día, y ahora estoy haciendo menos de 90, el viaje promedio ha ido decayendo de 6 o 7 pesos a unos 3 pesos ahora".
La gente toma menos taxis, y si lo hace con frecuencia elige abrir una cuenta corriente para no pagar en efectivo. En la empresa de radiotaxis Taxi Ya, una de las más antiguas de Buenos Aires, existía el sistema de cuentas corrientes antes del 3 de diciembre, pero en las últimas semanas aumentó considerablemente el número de interesados en abrir estas cuentas, a un ritmo de 50 por semana.
Ema Cerquetella, de 50 años, tiene cuatro hijos varones que estudian y la ayudan en la panadería Sportsman, de Barrio Norte. Allí trabajan 12 personas; en los últimos meses despidió a dos y por el momento mantiene los que tiene. "Pero no por mucho tiempo más."
Cuenta que han perdido muchos clientes y que por el momento se siguen manejando con efectivo. "Bajaron notablemente los gastos, la gente hacía compras de factura y comidas por un promedio de 6 a 8 pesos y ahora no gasta más de 2 o 3 pesos."
Osvaldo Cruz, de 50 años, uno de los dueños del bar San Nicolás, ubicado en la zona de Tribunales, está en el negocio desde hace 18 años y nunca vio una crisis como la actual. "Las ventas cayeron entre un 45 y un 50% en estas dos semanas, y antes estaban superdeprimidas. Tengo 18 años de bar, pero crisis como ésta no vi nunca. Hemos perdido varios clientes, y siempre tenemos mucha gente al mediodía, pero ahora ya sólo se toman un café y no comen, porque no tienen efectivo. De un ticket de 7 u 8 pesos bajamos a 2 o 3 pesos por consumición."
Diego Acosta, de 33 años, encargado del local de Paraná al 800 de Gourmet, casa de delivery de empanadas, asegura que, si bien mantienen la cantidad de pedidos, la gente ahora hace compras por menos dinero. "Siempre son menos de 10 pesos; además es notable la merma de gente que circula por el barrio; notamos que bajó la actividad y en el último año también quedamos menos empleados: éramos diez y ahora somos siete", cuenta.
Para Ramón Morales, encargado de la verdulería y uno de los tres socios del mercadito La Fe, las últimas dos semanas fueron "horribles". "La gente no tiene efectivo, vienen de las oficinas y gastan cada vez menos; un cliente que antes gastaba 10 pesos en comida y bebida ahora se lleva sólo un yogur. Dejaron de comprar gaseosas, frutas, carnes y otras cosas que antes llevaban a sus casas." Morales dice que él y sus socios de la carnicería y el almacén soportarán hasta que puedan. "Pero lo que más duele de esta situación es restringir los gastos y decirles que no a mis hijos de 10 y 8 años."
La llegada del verano hace pensar en otra clase de viajes: las vacaciones. Y será una dura prueba para las empresas de transporte de mediana y larga distancia, que ya sufren la caída de hasta el 50% en su actividad.
Karina Bareiro, de la empresa Río de la Plata, asegura que "hay mucha menos demanda que el año pasado, casi la mitad.La gente no maneja efectivo y pide mucho el sistema de tarjetas de débito". También bajó la demanda de pasajes a destinos clásicos de la clase media, como Santa Teresita, San Clemente y Mar de Ajó.
En Plusmar aseguran que hay menores ventas, pero son optimistas sobre la temporada de verano. Desde la ventanilla de la empresa en Retiro, Hernán Rivadeneira estimó que "la gente está tan cansada de toda esta situación que quiere despejarse y por eso viaja a pesar de lo que está pasando".
Por su parte, en la agencia Anel Turismo, sus dueños, Andrea Gil y Elvio Santa Cruz, dicen que hay "una baja total en la actividad" y que, para captar clientes, están lanzando promociones con hasta un 15% de descuento.
Carlos Iturriaga, director de ventas de ATI Viajes, explica que "las tarifas para esta temporada están aproximadamente un 15% más bajas que el último verano. Aunque las reservas vienen demoradas debido a la incertidumbre que vive la gente, esperamos que la próxima semana, previa a las fiestas, lleguemos al punto máximo de ventas".
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