La industria está muy cerca de su nivel récord de 1998
La construcción, en tanto, creció el 30% en enero por obras privadas en el interior
En junio de 1998, cuando el sector manufacturero vivía su apogeo, LA NACION titulaba "La industria crece más lento". Desde entonces la actividad comenzó a disminuir hasta el pozo de los primeros meses de 2002, posteriores a la devaluación.
La industria ya ha recuperado un 31% de la actividad respecto de su peor momento y se encuentra sólo un 7% por debajo del nivel de junio de 1998, según destacó ayer el Centro de Estudios de la Producción (CEP) de la Secretaría de Industria. "Ya no sólo ha logrado recuperarse de la crisis verificada a mediados de 2001, sino que incluso ha superado la mayor parte de la baja experimentada durante todo el ciclo recesivo", explicó el informe del CEP.
El Gobierno tiene más motivos para festejar. La construcción creció el mes pasado un 30,2% respecto de enero de 2003, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). También se mejoró en relación a diciembre último: un 4,4 por ciento.
La tendencia alcista de la construcción se sustenta, según los empresarios consultados por el Indec, no sólo por la reanudación de obras privadas y públicas que habían estado paralizadas, sino también por emprendimientos inmobiliarios destinados a viviendas en las grandes ciudades, a la inversión en complejos rurales y al desarrollo de infraestructura hotelera en centros turísticos. Obras públicas, especialmente viales en el interior y en los accesos a la Capital Federal, continúan dando impulso al sector.
Las obras, no obstante, están un 17% por debajo de su mejor nivel, alcanzado en el último cuatrimestre de 1997. El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Eduardo Baglietto, se mostró confiado en que la recuperación continuará: "Hay inversión privada porque el costo es bajo y hay una demanda insatisfecha. Hay un movimiento fuerte en el interior por la agricultura y esto provoca un movimiento notable, sobre todo en Córdoba y Rosario. En Buenos Aires también se ve. La obra pública, que quizá no se ve tanto, está en marcha, especialmente en viviendas. Ahora están licitándose rutas y están a punto de salir los planes Crema (para reparar caminos con financiamiento del Banco Mundial)".
En la industria también prevalece el optimismo. "Estamos cerca del nivel de 1998, pero está situación es mejor porque las fábricas tienen mejor rentabilidad", comentó el codirector del Programa de Estudios de Economía Aplicada de la Universidad Católica Argentina (UCA), Rodrigo Pérez Graziani. "Es por el tipo de cambio. Hay costos que se licuaron (en términos de dólares) con la devaluación, como la mano de obra o algunos insumos nacionales", agregó el economista.
La coyuntura actual, según Pérez Graziani, se explica por una "buena" política de precios del Banco Central, el escenario internacional favorable, con buenos precios para los productos argentinos y tasas de interés bajas, y las expectativas positivas que despertó el nuevo gobierno y que se tradujo en más consumo. "La devaluación no es buena ni mala, sino que deja ganadores y perdedores, como los importadores", opinó el analista.
La industria proveedora de la construcción está recuperándose, pero no al mismo ritmo que requieren las obras, según Baglietto. El mes pasado aumentaron un 36,4% interanual las ventas de asfalto, un 17,1% las de ladrillos huecos, un 6,6% las de hierro redondo para hormigón y un 4,5% las de cemento. Bajaron las ventas de pinturas (-7,6%) y pisos y revestimientos cerámicos (-5,5 por ciento).
Un 82,6% de los constructores consultados por el Indec no prevé cambios en el ritmo de las obras públicas, frente a un 15,2% que anticipa mejoras. En el ámbito privado, un 56,6% no predice modificaciones en la actividad y un 26,7% espera que continúe la mejoría.