La Reserva Federal se prepara para subir la tasa
Es conocida la importancia que en la macro global tiene la tasa que periódicamente fija la Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos. En efecto, su valor no sólo permite determinar la etapa del ciclo monetario en la cual se halla la primera economía mundial, sino que, además, actúa como referencia para los costos financieros de la deuda de todos los países; tanto la soberana como la privada.
Dicho esto, la pregunta que se plantean los analistas es si estará próxima una suba de la tasa. A este respecto, debe recordarse que el último ajuste fue en diciembre pasado cuando su valor pasó de 0,25% a 0,50%, primer alza que se registraba desde la Gran Recesión de 2008-2009. Como consecuencia de este cambio de política, a partir de comienzos de 2016, en cada una de las reuniones de la Fed se analizaron en detalle sus respectivos "comunicados de prensa" en busca de indicios acerca de cuándo continuaría el proceso de suba.
Si bien a la fecha aún no se han producido cambios, lo cierto es que recientemente se han profundizado las señales que aumentan la probabilidad de un próximo ajuste. Las mismas pueden encontrarse en las últimas minutas de las reuniones de la autoridad monetaria, así como también en las recientes presentaciones de sus autoridades: la tasa de crecimiento se ha fortalecido, el mercado laboral sigue firme con un nivel prácticamente de pleno empleo, la inflación -con tendencia levemente creciente- se va acercando al objetivo del 2% y los indicadores de consumo y producción son positivos. Todo indica, pues, que se está muy cerca del objetivo de la Fed; esto es: lograr un escenario de pleno empleo con estabilidad de precios.
Votación a favor
A lo anterior se le suma que, en la última reunión, tres de los diez miembros votaron por primera vez a favor de una inmediata suba de la tasa: asimismo, el resto de sus colegas afirmaron que "han aumentado considerablemente los argumentos a favor de aumentar la tasa" y que tal acción debería "ocurrir muy pronto". Para ello, la Fed tendrá en cuenta la evolución de los principales indicadores macroeconómicos (en especial los de empleo, inflación, crecimiento y productividad) y seguirá a raja tabla su ya anunciada estrategia de una suba gradual.
En síntesis, la autoridad monetaria de Estados Unidos mantiene la visión positiva de la economía en general y del empleo y los precios en particular. Lo que añadió en esta oportunidad es lo que estaba esperando el mercado. Esto es: de mantenerse las condiciones internas y externas, la suba está próxima. En consecuencia, todo indicaría que -después de las elecciones de noviembre, en la que compiten Donald Trump y Hillary Clinton- se produciría un nuevo ajuste. Si -tal como creemos- tal fuera el caso, la tasa de referencia alcanzaría para fin de año un nivel de 0,75%.
El autor es economista
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