Las acciones exportadoras fueron las ganadoras
Los tenedores de bonos argentinos y depositantes del sistema financiero local vivieron otra semana de angustia frente a la incertidumbre que generan los próximos pasos del Gobierno frente a la crisis.
Los inversores en bonos vieron sus tenencias lateralizadas -en las plazas externas- debido a las escasas certezas acerca de que el Gobierno podrá cumplir con sus obligaciones de deuda, lo cual mantuvo en vilo al mercado hasta el viernes a última hora frente a un fuerte vencimiento de Letras del Tesoro. Esto derivó en que los precios de los bonos argentinos en las plazas externas no se movieran, y el riesgo país se mantuvo lateralizado por encima de los 4100 puntos, a similitud del viernes anterior.
En el mercado local los bonos se movieron en alza tras la contracción de la oferta de títulos luego del canje. Claramente, no hay arbitraje entre el mercado local y el mercado externo debido al control de cambios instaurado hace dos semanas.
Por su parte, desde el 3 de diciembre los depositantes acumularon US$ 1800 millones en cajas de ahorro y cuentas corrientes. La acumulación de recursos desde el inicio de la inmovilización de los depósitos pone aún más nervioso al sistema financiero en vista de la escasa liquidez.
Sólo salió indemne el mercado accionario, que sigue representando una alternativa de protección patrimonial frente a cualquiera que sea el desenlace de la economía argentina.
El Merval terminó la semana en los 252 puntos tras una fuerte toma de ganancias de más del 7% en los primeros días, provocada por los anuncios de la supresión de los programas de competitividad. La recuperación se generó de la mano de las acciones exportadoras, que compensaron la nueva baja de los papeles de los bancos y las utilities. Estas últimas especies fueron afectadas por el escenario de mayor caída del PBI que se avecina.
Dentro de las acciones exportadoras, nuevamente Siderca -esta vez junto con Atanor- lideró la suba semanal con el 11% de apreciación. En tanto, Perez Companc subió 6%, rezagada ante los movimientos en el precio del petróleo.
En el mostrador de las pérdidas, las entidades financieras retrocedieron. Banco Francés y Grupo Financiero Galicia cedieron 9 y 10%, respectivamente. El Bansud, Suquía y Santander bajaron 4% en promedio. Tampoco las empresas privatizadas muestran ser protectivas del patrimonio, ya que Telecom perdió 3% y TGS mermó 5 por ciento.
El entorno para el accionar de la economía real se hace cada vez más dificultoso ante la virtual desaparición del crédito financiero, y con él se sigue desdibujando la certidumbre.
Cabe esperar una resolución política que devuelva al menos la esperanza de un retorno de la confianza y, en esa línea, las expectativas estarían centradas en un fuerte apoyo de la oposición para destrabar el presupuesto 2002 y de esa manera dar luz a un nuevo desembolso del FMI.