Las empresas del sector lamentan el impacto negativo del escándalo de los seguros, pero se entusiasman con la desregulación
Para los referentes de la industria, se dañó la reputación del rubro, pero dicen que sirvió para desregular y generar nueva competencia; reclamos para terminar con “la industria del juicio” y la ilusión por el RIGI; la litigiosidad por riesgos de trabajo tuvo un costo de US$400 millones el año pasado
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Los principales jugadores del mercado de seguros se reunieron por primera vez después del escándalo que sacudió a la opinión pública y que abrió un expediente judicial en el que se investiga al expresidente Alberto Fernández. En el Coloquio del Centro de Investigaciones para el desarrollo del Seguro (Cedis) se evitó hablar directamente del “Caso Nación Seguros”. Se lo reemplazó por el eufemismo “temas de mala prensa” que dañan la reputación de un sector al que la anulación del decreto de la gestión anterior lo ilusiona con poder competir por contratos del Estado, al mismo tiempo que espera cambios en “la industria del juicio” y aguarda por un repunte de la actividad económica.
“Antes, la gente creía que afanábamos; después de Nación Seguros ahora también creen que somos coimeros”, resumió uno de los más grandes jugadores de la industria del seguro en el país, que recalcó que “no hay que meter a todos en la misma bolsa”.
En paralelo, otro representante del sector relativizó el escándalo de presunta corrupción porque consideró que “eso fue cosa del Estado y no del [sector] privado”.
De esta manera, ambas visiones coincidieron en el cambio que provocó el estallido de la investigación judicial: la desregulación. Hace una semana el Gobierno derogó el decreto que había sido firmado por la gestión de Fernández y obligaba a la Administración Pública a firmar todos sus contratos con Nación Seguros. En consecuencia, una de las dos referencias del sector asegurador celebró esa medida, porque abrirá la competencia. En esa misma línea, el representante de uno de los jugadores más grandes del mercado admitió que tendrá “cautela” a la hora de competir en licitaciones estatales. De hecho, esgrimieron que, tal como está la situación, sólo las aseguradoras de “gran volumen” podrían presentarse.
El punto de la reputación para las compañías de seguros ha sido mencionado varias veces durante el Coloquio del Cedis. Lo consideraron como algo clave para vehiculizar los cambios en litigiosidad o judicialización de las disputas entre los particulares y las aseguradoras. “La industria del juicio”, en palabras del superintendente de Seguros de la Nación, Guillermo Plate. Según cifras brindadas por el gerente general de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, Fernando Pérez, la litigiosidad tuvo un costo de US$400 millones el año pasado.
Mientras las compañías resaltaron su capacidad de solvencia, hicieron hincapié en las dificultades del sistema: los juicios y la inflación. A propósito de los litigios, el presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros (Aacs), Gustavo Trías, enumeró que, por año, las empresas enfrentan 200.000 juicios por accidentes de tránsito. Cerca del 1% no logra acuerdos entre las partes ni mediaciones, por lo tanto, exigen el desarrollo del juicio completo. “Ese costo multiplica por cinco lo que hay que pagarle al damnificado, pero sólo el 42% le llega a él. Todo lo demás cubre otras cosas”, detalló.
En paralelo, la presidenta de la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (Uart), Mara Bettiol, indicó que la Argentina tiene una tasa de siniestros casi igual a Chile o a España, pero la tasa de judicialización de los casos es “entre 13 y 20 veces más grande”.
Trías agregó que el promedio de los juicios se extienden por 66 meses. Es decir, más de cinco años. Durante ese tiempo, “la inflación corre y nunca se sabe cuánto se va a terminar pagando”, explicó.
A propósito de las variables de la economía, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, dijo presente: “El equilibrio fiscal llegó para quedarse”. Además, el funcionario afirmó que la inflación bajó más rápido que lo que la mayoría esperaba y alentó al sector privado a invertir. Utilizó la expresión de “agrandar la torta”.
Otro de los puntos sobre los que hablaron los referentes en los pasillos del coloquio fue la reunión de las compañías con el ministro de Economía, Luis Caputo, algo que no ha tenido demasiados precedentes en los últimos años. “El ministro estaba muy, pero muy entusiasmado”, aseguró uno de los asistentes, en relación con la baja de la inflación. Los aseguradores la describen como “el cáncer del mercado”, ya que le quita previsibilidad al país y complica las proyecciones sobre el valor de los bienes a asegurar, entre otras dificultades.
Luego de la baja de la inflación, apareció la observación sobre el nivel de actividad de la economía. “Somos el auxilio de la actividad; si todo cae, nosotros también”, sintetizó uno de los expositores del Coloquio.
En ese sentido, el CEO del Grupo Sancor Seguros, Alejandro Simón, dijo que la caída en los seguros por empleados registrados fue más notoria en el rubro de la construcción, con números rojos de entre 20% y 30%, y agregó que los seguros de autos comenzaron a mostrar números positivos “en los últimos dos meses”.
Mismo entusiasmo genera el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Uno de los representantes de las compañías aseguradoras habló de “la esperanza” que generan esas inversiones, dado que cada proyecto necesitará seguros y, además de las licitaciones públicas, el sector privado también abrirá nuevas oportunidades para el mercado.
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