Las mil maneras del trueque
FORMOSA.- Julio Toledo hace 25 años que trabaja en el rubro comercial de pinturas. Siempre cumplió con el fisco hasta que la recesión afectó sus intereses y se encontró con una deuda impositiva de 40.000 pesos. Pactó con la Dirección de Rentas ingresar en la moratoria, que acepta el pago en especie y del monto adeudado ya cubrió 6500 pesos. Es el propietario de Pinturería Julio y convino con la provincia la entrega de partidas de pinceles, rodillos y unos 2000 litros de pintura que se destinaron a una escuela del interior.
"Vale la pena este sistema porque las ventas cayeron un 50% y, al no haber circulante, no podemos cumplir con el fisco. A mí me enseñaron que a las deudas hay que pagarlas, por eso acepté esta propuesta", dijo a La Nación . "Esto -agregó- significa un alivio para mí, porque al ser moroso no podía obtener el certificado de libre deuda que permitía que participara de las licitaciones del Estado, y además porque no quiero exponerme a embargos, y mucho menos a ser señalado como un violador de las obligaciones comerciales."
Pagar con piedras y arena
Río Colorado es el comercio dedicado a la venta de materiales de construcción del que es propietario Antonio Radyna, un hombre de 55 años, que, con orgullo, acredita haber nacido "comerciante porque mi padre, que vino de Polonia a la Argentina cuando tenía 28 años, tenía un negocio de ramos generales donde me formé y me crié en la actividad de los negocios".
Considera positivo lo que denomina "trueque" al interpretar que "nos permite blanquear nuestra relación con el fisco". Radyna tiene una deuda con de 50.000 pesos, que comenzó a pagar con piedras y arena que destina -junto con otros materiales- a escuelas y centros de salud.
Sin embargo, tiene una queja por plantear:"La provincia nos exige que paguemos lo que debemos, con aplicación de intereses, punitorios y actualizaciones. Pero no actúa del mismo modo, como tampoco la Nación, con las deudas que mantienen con los proveedores de contratistas".
De todos modos, está conforme con la metodología. "Por lo menos nos dan la oportunidad de que nos pongamos al día. No queremos ser morosos, pero la realidad nos obliga. ¿Cómo vamos a pagar con dinero si no recaudamos ni para el sustento doméstico por la recesión? Prefiero pagar así, no soy hombre de andar debiendo", dice.