Las perspectivas empeoran
Los operadores económicos y hasta una buena parte de la opinión pública parecen haberse resignado a que el Gobierno confiscará los ahorros acumulados por los afiliados a las AFJP y dará por terminado el régimen de capitalización. Muchos parecen incluso comportarse como si ya hubiera ocurrido, aunque aún falta la media sanción del proyecto de ley en el Senado. La oposición parece haber abandonado la batalla. La oposición que se opone, porque los socialistas de Binner se pasaron del lado de los Kirchner esta vez y dicen que custodiarán el destino de los fondos. No explican cómo, porque el proyecto que apoyan deja en completa libertad a los oficialismos de turno para hacer lo que quieran con los aportes, incluso dilapidarlos. Los controles que los socialistas prometen son una fantasía y sería ingenuo pensar que ellos ingenuamente no lo saben.
Algunos empresarios con buena llegada al Gobierno se esperanzan con que los recursos jubilatorios les serán facilitados en la forma de créditos de fomento. Todo ello es posible, según la letra del proyecto. Por ello es cuando menos curiosa la posición de legisladores progresistas, como Claudio Lozano, que siguen con su discurso en favor de los jubilados y en contra de las compañías, mientras apoyan un proyecto que permite confiscar a los trabajadores para subsidiar a empresas allegadas al poder.
Pero en algunos círculos financieros circulan informes que indican que el gobierno del matrimonio Kirchner habría hecho un enorme daño por muy poco dinero. "Líquido no obtendrán del capital acumulado más de 8000 millones de pesos; los más optimistas dicen 10.000 millones. En cualquier caso, es lo que se pierde en un mes de fuga de depósitos por pánico: ¿valía la pena hacer tan tremendo daño por tan poco dinero?", razona un economista vinculado con el sector.
"Las tasas de interés no se han disparado más porque todavía existen las AFJP, que siguen haciendo depósitos. Pero en poco tiempo no estarán y desaparecerá un inversor institucional que estuvo contribuyendo a la estabilidad del sistema financiero", explica otro especialista.
¿Y la gente?
"¿Qué va a pasar con la gente? Se pierden más de 10.000 empleos directos, y después están los indirectos, la gente que prestaba servicios tercerizados a las AFJP, y en el sector bancario habrá menos actividad en el área de fideicomisos, por ejemplo. Con menos actividad en el mercado de capitales va a hacer falta menos gente", razona un banquero. Aun con el zarpazo, el Gobierno estaría lejos de solucionar sus problemas financieros. "Además, en Estados Unidos pueden decidir el embargo de 500 millones de dólares de la capitalización, lo que sentaría un precedente muy peligroso que permitiría pensar en futuros embargos a empresas que tengan participación estatal", dice el banquero.