Las presiones políticas no conmueven a Fernández
"Mire, yo voy a ser franco: aunque sabemos que este es un año político, no vamos a hacer nada que no sea lo que está presupuestado y programado".
¿Cómo recibirán estas palabras de Roque Fernández los pesos pesados del justicialismo que hasta hace pocas horas estuvieron en Pinamar hablando de tácticas electorales y soñando con un aumento del gasto social?
Durante una conversación telefónica que mantuvo con La Nación, el ministro de Economía entregó esa frase, que constituye toda una definición para los meses por venir, sin que su hablar pausado, desprovisto de emotividad , se alterara en lo más mínimo.
Y fue aún más allá, como si los aires riojanos de Nonogasta, donde fue el único ministro que compartió parte del fin de semana con el Presidente Menem, lo hubiesen afirmado en sus convicciones"Yo creo que si algo ha cambiado en la Argentina en el aspecto de asignación de recursos, es que hacer un manejo austero del presupuesto, controlar las finanzas públicas y mantener la estabilidad rinde políticamente".
En el presupuesto político de Fernández no entra un posible mal resultado para el oficialismo en las elecciones de octubre, aunque admitió que "el desempleo es el gran enemigo a vencer, por encima de la situación fiscal".
-¿Cómo explica que mientras usted habla de bajar la desocupación en dos puntos, elPresidente afirme que el desempleo caerá en cuatro puntos?
-Yo me estoy manejando a partir de un cálculo que hicimos cuando proyectamos el presupuesto. Allí hablamos de un crecimiento del 5% del Producto Bruto Interno y se considera, aproximadamente, que cada 2,5% de incremento en el PBI cae un punto el desempleo. De allí mi hipótesis de trabajo de una reducción de dos puntos en la desocupación.
El Presidente maneja, aparte de esto, posibilidades de un mejor mercado laboral, mayor flexibilización y mejores expectativas del empresariado, con todo lo cual se puede pensar que el desempleo caerá otros dos puntos. Lo importante es que el Presidente no piensa, cuando hace sus cálculos, en desequilibrar las cuentas públicas sino en profundizar las reformas estructurales. Cada punto de desempleo que querramos bajar implica la creación de 100 mil puestos de trabajo.
El ministro, quien habló con La Nación desde su casa de fin de semana en Campo Chico, Escobar, descartó de plano la posible creación de algún nuevo impuesto. "Somos optimistas en mejorar el sistema que tenemos, para que en un futuro podamos disminuir los impuestos, no aumentarlos.
-El año último cerró con sobresaltos en materia fiscal. Cómo está la situación ahora?
-Durante el primer trimestre vamos a notar, positivamente, el control que haremos en el sector agropecuario, donde tuvimos bastante dificultad para controlar la evasión. Ahora, se ha instrumentado un nuevo sistema, que consiste en registrar a través del el pago desde el exportador a la acopiadora.
Concretamente, actuaremos sobre la cadena de comercialización e intermediación, donde normalmente se producen todas las operaciones en negro, cosa que ahora ya no ocurrirá, porque las operaciones quedarán registradas. Por otra parte, estamos observando internamente en la DGI un mayor índice de cumplimiento, lo cual ya está teniendo su efecto.
-¿Descarta, entonces, que pueda haber problemas para cumplir las metas pactadas con el FMI, como ya ocurrió recientemente?
-Mire, estamos bastante bien. Casualmente, la semana pasada tuve una reunión preliminar con el representante del Fondo en la Argentina, porque ellos estaban muy preocupados por el fallo de la Corte que Fernández admitió que el fallo de la Corte Suprema de Justicia que reconoció deudas por movilidad que involucran a cerca de 70 mi jubilados lo llenó de inquietud, aunque luego, al repasar detenidamente la sentencia, se tranquilizó.
"Tanto nosotros como la gente del Fondo Monetario Internacional estábamos preocupados por el fallo de la Corte, que, además, a mi me sorprendió, porque tenía expectativas de que iba a salir en favor nuestro y el tema no nos iba a costar plata.
-Pero al final les costará plata.
-Si, lamentablemente. Y vamos a tener que pagar. Pero fuimos sorprendidos agradablemente apenas nos pusimos a estudiar el fallo en su aspecto doctrinario y conceptual. El fallo es, realmente, un hallazgo fenomenal.
El ministro destacó que el pronunciamiento de la Corte aporta algo que "estaba faltando en la Argentina, ya que incorpora todo lo que hace a la situación que generan los juicios contra el Estado, ya que si el Poder Judicial mandaba pagar con plata que el Estado no tenía y lo obligaba a que se apartara del orden presupuestario normal generaba un caos de incertidumbre que no era posible administrar racionalmente. Pagaremos lo que podamos este año y otra parte estará contemplada cuando hagamos el presupuesto para 1998.
-Hablando de fallos, qué opina de la intención de promover un juicio político contra el juez Julio García Martínez, quien declaró la inconstitucionalidad de los decretos de flexibilización laboral?
-El juicio político es un instrumento contemplado en el funcionamiento de las instituciones y se puede recurrir a él cuando se considere que un magistrado no actuó correctamente.
-¿Pero eso no genera un clima de inseguridad jurídica? -No, no lo creo. En la Argentina la Justicia funciona bien.
"Internamente, Cavallo hace daño"
Roque Fernández no cree que los ataques de Domingo Cavallo a hombres del Gobierno afecten la imagen del país en el exterior al punto de que puedan reconsiderarse eventuales inversiones, pero está convencido de que las reiteradas declaraciones de su antecesor causan daño internamente, ya que generan confusión.
"Afuera por supuesto se enteran de toda esta cuestión, pero, a la hora de evaluar la situación del país, miran los indicadores y ven que se sigue controlando la inflación, que hay crecimiento y que estamos luchando para tener equilibrio fiscal y una mejor situación socioeconómica. Y eso es lo que cuenta. En cambio, aquí el tema genera confusión en la ciudadanía y demanda que funcionarios que tendrían que estar metidos de lleno en cuestiones técnicas tengan que estar continuamente realizando informes o peleando por denuncias vacías de contenido.
-Usted se había mantenido bastante al margen de la pelea de Cavallo con gente del Gobierno. ¿Por qué se metió ahora, justo cuando la cuestión se ha recalentado tanto?
-Porque me parece una ridiculez que Cavallo ande diciendo por ahí las cosas que ha dicho del Presidente. No puede ser que a un hombre como Menem, que ha liderado y apoyado la puesta en marcha de una de las reformas estructurales más importantes del siglo, se lo califique como un individuo que compra buzones. Con un Presidente se puede estar de acuerdo o no, pero no hay que olvidar que es la imagen del país. Se puede debatir con él, pero siempre respetando la institución que representa.
-Usted cree que Cavallo le faltó el respeto a Menem.
-Yo pienso que sí.
Hacen falta 450 mil empleos
Para que se cumpla la promesa presidencial de una rebaja de cuatro puntos en promedio enla desocupación a nivel nacional en 1997 sería necesario crear desde ahora y hasta octubre próximo alrededor de 450.000 puestos de trabajo.
Además, no debería modificarse respecto de octubre último la denominada tasa de actividad, es decir, el porcentaje de la población total que se encuentra en le mercado de trabajo, según surge del análisis de las cifras de la Secretaría de Programación Económica.
Más población activa Pero la tendencia de los últimos años ha sido precisamente la inversa, y la población económicamente activa creció más que la población total.
El proceso se debió a la mayor participación de mujeres y adolescentes -en la mayoría de los casos- en el mercado laboral.
Se trata de personas que antes declaraban no estar interesadas en trabajar y ahora sí lo están.
Malos antecedentes Otro antecedente en contra de las promesas presidenciales es que en los últimos años es difícil encontrar antecedentes de un crecimiento semejante en la ocupación.
Sólo entre octubre de 1990 y el mismo mes de 1991 -es decir en pleno boom de consumo de la convertibilidad- creció en 373.000 el número de ocupados.
Entre junio de 1991 el número de personas con un puesto avanzó en 277.000.
Pero entre octubre de 1991 y octubre de 1992, los ocupados aumentaron en sólo en 275.000.
Y se trató de años con auge del consumo y un incremento del PBI muy superior al 5 por ciento previsto para 1997.
Además, hay claras señales de que por entonces cada punto de incremento de la actividad económica generaba muchos más puestos de trabajo que ahora.
Con todo, si se cumple la promesa del presidente Menem, diferente a la del ministro de Economía Roque Fernández que sólo pronosticó un 1% de crecimineto, todavía quedarán más de 1.800.000 desocupados, es decir unos 247.000 menos que en octubre último.
Pero es difícil que si la economía crea 450.000 puestos por año no aumente la tasa de actividad.
Eso fue lo que pasó con la convertibilidad, en particular a partir de 1992.
En ese momento, aumentaba el empleo y también la desocupación.
La razón era que se incorporaban al mercado de trabajo muchas personas que antes no intentaban trabajar y muchas no habían tenido éxito.
El crecimiento de la población activa fue entonces muy superior al de la población total, y en menor medida influyó también la inmigración de países limítrofes.
Sería razonable prever que con los niveles más o menos altos de la tasa de actividad, no haya nuevos saltos muy importantes.
Pero las estadísticas de los últimos años demuestran que nada fue más difícil de prever tanto de parte los especialistas del Gobierno, como para los del sector privado, que la tasa de actividad.
Ese indicador no se cansó de dar sorpresas y de marcar récord tras récord.
Es decir, no sólo es necesario que se creen empleos como nunca en los últimos años para que se cumpla la promesa del presidente.
Además, es necesario que la tasa de actividad no crezca.
Un nuevo salto de importancia haría que aún con 450.000 ocupados más el Gobierno exhiba una tasa de desocupación como mínimo idéntica a la de 1996, pero con un número de desocupados superior a los 2.047.000 de octubre último.
Crecen los contratados por tiempos fijos
El empleo creció durante el mes de octubre un 0,8% respecto de septiembre, según un relevamiento realizado por el consultor Ernesto Kritz, de la empresa Mora y Araujo Noguera y Asociados, para el ministerio de Trabajo. Según el trabajo, que contempla encuestas a 210 empresas de Capital Federal y los partidos del conurbano, el empleo creció, desde diciembre de 1995, sólo un 1%.
Pero, lo que los resultados de esta encuesta y las anteriores demuestran es que, mes a mes, crece la cantidad de contratados por tiempo fijo, pero baja el número de trabajadores efectivos en las empresas. Hoy, el personal con contratos temporales representa el 11,5% de la dotación total;hacia marzo de este año, esa proporción era del 6,1%.
Esa situación se traduce también en la existencia de una alta tasa de rotación. Por cada 100 empleados, se registró un promedio de 2,98 entradas, y de 2,18 salidas.
La mayor variación se dio en el caso de los contratos por período de prueba. Concretamente, el incremento respecto de septiembre fue del 18,6%, mientras que los contratos con plazo determinado crecieron un 9,4%. En este ítem se incluyen las denominadas modalidades promovidas, que son contratos orientados a determinados segmentos de la población con bajas o nulas cargas patronales, y sin costos indemnizatorios.
A contramarcha de esa evolución, las contrataciones definitivas de personal se redujeron en un 0,2%, y las del personal provenientes de agencias, en un 0,9%.
Irregularidad
Lo cierto es que, si se miran los trabajos anteriores, el aumento de contratos a prueba no se refleja luego en la cantidad de trabajadores estables, como podría esperarse. Entre diciembre de 1995 y octubre de 1996, el número de empleados en estas condiciones aumentó un 265 por ciento. En el mismo tiempo, los trabajadores con una relación estable disminuyeron en un 5%.
El sector de la economía en el que se vio una mayor recuperación es el de la construcción. Después de un período de estancamiento, los contratos en esa actividad se incrementaron en el 4,9%. La ocupación de personal creció también en los comercios, restaurantes y hoteles (1,5%), en la prestación de servicios generales (1,5%) y en el transporte y comunicaciones (0,1%). En cambio, las contrataciones cayeron en el área de servicios de electricidad, agua y gas y en el de servicios financieros.
En tanto, el avance de la ocupación fue mayor en empresas con planteles de entre 50 y 199 empleados (1,1%), seguidas por las de entre 10 y 49 empleados (0,8%). En las unidades más grandes, fue del 0,6%.
Por otra parte, la encuesta revela que se trabajó en el mes un promedio de 203 horas, algo por debajo del promedio del período abril-septiembre, que fue de 213 horas. La explicación de este hecho se encuentra sobre todo en la reducción de las horas extras, que tuvieron un promedio de 25,3 en el semestre mencionado, y que fueron 18,7 en octubre.
Modalidades
El creciente uso de las modalidades promovidas marca una progresiva sustitución de trabajadores estables por temporarios, que se ubican en una franja algo marginal del mercado, porque dejan de percibir beneficios que de otra forma sí tendrían.
Además, se sabe que estas contrataciones son, en muchos casos, objeto de abusos, y es por eso que la lucha contra el trabajo en negro, tal como fue planteada en los últimos tiempos, contempla un capítulo especial para verificar si las modalidades son usadas con los objetivos para las que fueron creadas, y si no se extienden en el tiempo más allá de lo permitido.
Por otro lado, la situación deviene en otra realidad que detectan las encuestas: existe en la gente una sensación de temor por la pérdida del puesto laboral, alentado también por la alta tasa de desocupación.
Pero hay aún otros factores. Recientemente, la asesora del ministerio de Economía, Carola Pessino, reconoció que el salario promedio baja en la Argentina a un ritmo del 5% cada año, y los ingresos son por lo general más bajos, justamente, para los trabajadores temporarios o a prueba.
Para los especialistas, sólo una reforma profunda en las normas podrá revertir la situación. De hecho, coinciden en señalar que, si se concretan cambios provisorios (como los que propone el dictamen de diputados al pretender disponer una emergencia ocupacional), sólo se generará una ampliación de la franja de trabajadores que se encuentran en la periferia del mundo laboral.
Diferencias para medir los nuevos empleos
¿Cómo evaluar la realidad de la creación de nuevos empleos en el país? Cuando el Gobierno difundió la tasa de desocupación correspondiente al relevamiento del mes de octubre, anunció también que se habían generado, desde mayo, 199.000 puestos de trabajo, mientras que los trabajadores demandantes se habían incrementado en un número de 202.000.
La consistencia de estos datos fue luego criticada, ya que no responden a estimaciones directas del Inder, sino que se siguen de la observación de la "tasa extendida" que elabora la Secretaría de Programación Económica, al intentar establecer qué ocurre más allá de los centros urbanos que considera la encuesta permanente de hogares.
Un reciente estudio de la Fundación Cristal, que preside el ex titular de la cartera de Trabajo, Enrique Rodríguez, propone trasladar de una forma distinta los datos obtenidos por la encuesta hacia "el resto del país". El informe, elaborado por el investigador Alejandro Lamadrid, observa que el organismo, al hacer sus estimaciones, pretende llevar las tasas de actividad y de desocupación de los 24 primeros centros relevados (sin tomar en cuenta el Gran Buenos Aires) a los no considerados por el Indec.
De esta manera, según se señala, se incluye en este segundo grupo a las ciudades que fueron incorporadas a la encuesta en octubre de 1995: Mar del Plata, Río Cuarto y Concordia. En los dos primeros casos, se observa que tanto la tasa de actividad como la de desocupación son mayores que en los otros 24 centros urbanos. En la ciudad entrerriana, si bien el índice de actividad es menor, no ocurre lo mismo con el desempleo.
Menos puestos nuevos
Al observar estos datos, el estudio utiliza el mismo mecanismo que la secretaría, pero aplicando al resto urbano las tasas de actividad de 27 aglomerados del interior y las tasas de desocupación de 28 centros.
Es así como los resultados que se obtienen varían respecto de los números que difundió el Gobierno. Concretamente, se indica que se habrían creado 159.000 nuevos puestos de trabajo, en lugar de 199.000, y que se habrían sumado al grupo de quienes buscan empleo 213.000 personas, y no 202.000 como se dijo.
El informe destaca que, más allá de la cantidad de puestos creados, ya es importante el hecho de que se revierta una situación que se venía dando desde mayo de 1993: la caída de la generación de empleos. Pero se advierte que los puestos creados parecen ser de baja productividad, porque el número de subocupados, demandantes y no demandantes, llega a su máximo histórico.
Por otra parte, mientras la estimación oficial señala que la población desocupada creció entre octubre de 1995 y octubre último en 88.000 personas, para la fundación, ese número es de 135.000.
También se estima que la población ocupada creció menos en ese período: el dato de la secretaría habla de 194.000 trabajadores más, y el del estudio privado, de 148.000 nuevos puestos, una generación insuficiente si se considera el incremento de la población económicamente activa, que representa 282.000 personas más respecto de un año atrás.
Se considera que el ritmo de crecimiento actual del empleo respecto de la suba del PBI -una relación estimada en un 0,25-, es muy baja. Pero además, es relativa y dependiente de otros varios factores, si se tiene en cuenta que los distintos componentes del producto hacen su aporte a la creación de empleos en formas disímiles. El dinamismo del sector exportador, por caso, contribuye en una menor medida que la reactivación en otras áreas de la economía.
Chaco, campaña contra la explotación
RESISTENCIA.- El delegado regional de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (Uatre), José Antonio Voytenco anunció que en el Chaco existen aproximadamente cinco mil trabajadores en negro y "una gran mayoría trabajan en condiciones infrahumanas" con lo que quedaría demostrado, según afirmó Voytenco, que aún perdura la esclavitud en el trabajo rural.
El dirigente al anunciar que se realizará una intensa campaña con las autoridades provinciales y nacionales para blanquear a los trabajadores dijo que "no queremos trabajar contra el empresario rural porque él es quien brinda trabajo. Sólo queremos que no existan en el Chaco trabajadores de primera y de segunda".
Pésimas condiciones En ese sentido señaló que hace poco denunció ante la justicia las condiciones en que trabajan los obreros del bosque. "Vivían bajo plásticos que consiguieron por allí y las colocaron sobre las ramas. Así trabajaban y vivían en condiciones prácticamente de esclavitud no solo por un magro salario sino también porque no tenían cobertura social ni ninguna otra protección".
El dirigente agregó que el desafío "es de todos, de empresarios y trabajadores, para lograr dignificar al trabajador rural y su familia y así pueda gozar de todos los beneficios previsionales que le asisten".
En ese sentido Voytenco considera que la acción para lograr un adecuado marco para los trabajadores del campo "comenzará con una acción conjunta con el gobierno provincial para lograr, paulatinamente, la dignificación que todavía no se alcanzó."
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