Los años de crecimiento desenfrenado le pueden pasar la cuenta a la Liga Premier
La Liga Premier de Inglaterra se ha convertido en las últimas dos décadas en una de las asociaciones deportivas más prominentes y opulentas del mundo. Sin embargo, en momentos en que la temporada acaba de concluir, el método que usó para llegar allí —una combinación de capitalismo deportivo con un mínimo de regulación— empieza a parecer un punto de debilidad.
La máxima categoría del fútbol inglés agrupa a los 20 mejores clubes del país, incluyendo íconos como el Liverpool, el Arsenal y el tricampeón Manchester United, que ayer perdió 2 a 0 contra el FC Barcelona en la final de la Liga de Campeones. A medida que ganaba prestigio con una mezcla de ingresos televisivos, aumentos en los precios de las entradas y una base de seguidores fieles y cada vez más internacionales, la Liga Premier se convirtió en un símbolo de estatus para los multimillonarios de todo el mundo. Estos pagaban enormes sumas para comprar clubes e iniciaron una guerra de salarios para conseguir a los mejores jugadores. Las empresas hacían fila para estampar sus marcas en los uniformes de los equipos o, en el caso del gigante bancario Barclays PLC, la liga entera. Se estima que sus equipos generan 1500 millones de libras esterlinas, unos US$ 2400 millones al año por derechos televisivos, entradas, patrocinios y venta de productos.
Ahora, en medio de la profunda recesión del Reino Unido, la liga debe batallar con la caída en los precios de los boletos, las dificultades de las empresas patrocinadoras y los problemas financieros de los dueños de los equipos. La federación inglesa no controla quién compra o vende los clubes de la Liga Premier ni impone límites a los salarios de los jugadores. Algunos dueños hicieron grandes apuestas durante los tiempos de la bonanza del crédito, comprando tanto clubes como jugadores caros. Los analistas temen que los dueños que gastaron mucho ahora serán vapuleados por la crisis y se verán obligados a hacer grandes recortes.
Algunos hinchas están furiosos porque los dueños de sus equipos acumularon tanta deuda. Liverpool, por ejemplo, fue comprado en 2007 por los estadounidenses Tom Hicks y George Gillett en un acuerdo apalancado. "Fueron todos préstamos, préstamos, préstamos, promesas, promesas, promesas", dice Mike Nicks, el jefe de un grupo de hinchas de Caldicot, Gales.
Stefan Szymanski, economista de la Universidad de la Ciudad, de Londres, calcula que los ingresos totales generados por los 20 clubes de la liga caerán la próxima temporada en entre 5% y 10%, el primer declive desde que la liga fue creada en 1992. Por otro lado, un puñado de clubes está buscando nuevos dueños como consecuencia de la crisis financiera. La Liga Premier no divulga cifras de ingresos colectivos. Un vocero remitió preguntas acerca de las finanzas de los clubes a las mismas entidades.
La Liga Premier puede contar con un lucrativo flujo de ingresos televisivos. En febrero, los derechos televisivos en el Reino Unido para las temporadas de 2010 a 2013 fueron vendidos en US$ 2850 millones a la cadena British Sky Broadcasting Group PLC —parte de la cual es propiedad de News Corp., la casa editorial de The Wall Street Journal— y Setanta Sports Holdings Ltd. La liga ahora se dispone a iniciar una nueva ronda de negociaciones con las empresas que poseen sus derechos internacionales. No se sabe si la economía afectará la calidad del juego en la Liga Premier. Las finanzas de otros campeonatos de fútbol también se han visto afectadas y es poco probable que puedan quitarles a sus jugadores estrella. Aunque sus salarios totales probablemente bajarán, recalca Szymanski, los clubes ingleses podrían ahorrar dinero con planteles más chicos.
La recaudación en los estadios también podría caer la próxima temporada por primera vez. Todos los clubes de la Liga Premier, salvo tres, planean congelar o rebajar los precios de sus entradas anuales para la temporada 2009-2010.
En promedio, los clubes ingleses gastan un poco más del 60% de sus ingresos en sus jugadores, según la firma de contabilidad Deloitte, frente a un 44% en 1992, lo que representó aproximadamente US$ 1600 millones la última temporada. La caída de los ingresos la próxima temporada presionaría aún más a los atribulados dueños. Liverpool, por ejemplo, tiene una gran deuda que vencerá a mediados de este año. Sin embargo, no todos concuerdan con las sombrías proyecciones para la próxima temporada. "Debido a que los ingresos televisivos domésticos e internacionales están asegurados por tres años y los patrocinadores firman contratos de varios años, clubes como Liverpool verán alzas en ingresos pese a que los precios de los boletos sigan iguales", afirmó Hicks.
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