Se anunció la fusión de ABRA y Adeba. Los banqueros, en busca de recuperar el lobby perdido
Unificaron su representación en una cámara; aún discuten sus estatutos
Los banqueros anunciaron formalmente ayer la constitución de una nueva cámara que los representará en breve y con la que esperan recuperar la capacidad de lobby perdida en los últimos años.
Se trata de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), una entidad que surge de la fusión de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) y la Asociación de Bancos de la República Argentina (ABRA) y representará a más de 70 bancos con actuación en el país.
De esta manera, los hombres del sector desandan el camino que empezaron a recorrer 26 años atrás, cuando siguiendo los dictados del marco legal existente entonces se dividieron en nacionales (Adeba) y extranjeros (ABRA). Pero el acelerado proceso de transferencia de bancos de capital nacional a manos extranjeras vivido en los últimos meses los obligó ahora a dejar de lado las camisetas, los antagonismos y algunos resentimientos para iniciar una nueva vida en común "más acorde con los tiempos que corren", se sinceró ayer uno de ellos.
El ambiente elegido para dar la novedad fue la denominada Noche de los Banqueros que para festejar el fin de año tradicionalmente convoca ABRA. En esta ocasión, la capacidad de la sede bancaria (que será puesta en venta en los próximos meses) fue rebasada por la presencia de representantes de casi todos los bancos que están alcanzados por la fusión, economistas, operadores y funcionarios, entre quienes se destacó la presencia del viceministro de Economía, Pablo Guidotti, y el titular del Banco Central (BCRA), Pedro Pou.
Entre copas y gestos de aprobación, el anuncio fue formulado por los jefes de ABRA, Julio Gómez, y Adeba, Eduardo Escasany, que ahora pasará a ser el primer presidente de la nueva cámara y tendrá un mandato de dos años no renovable. La satisfacción con la que los banqueros recibieron el anuncio está relacionada también con el ahorro que el matrimonio entre las entidades les permitirá hacer el año próximo.
Según las primeras estimaciones, los bancos afiliados a ABA pagarán hasta un 30% menos de lo que desembolsaban hasta hoy para mantener con vida a las dos cámaras. De hecho, ABA nace con un presupuesto anual que no superará los 4 millones, contra los 6 que insumían en gastos Adeba y ABRA.
"Es más lo que nos une que lo que nos divide", dijo Gómez, mientras que Escasany destacó la fusión. Por otra parte, y en lo que se interpretó como una invitación para ampliar la base de sustentación de la nueva cámara, Gómez (que será presidente honorario de ABA) recordó que "hace ochenta años, el primer presidente de ABRA fue un titular del Banco Provincia", la entidad ahora sostiene a la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la Argentina (Abappra), tercera cámara en discordia.
Si bien faltan aún cumplir diversos pasos formales y legales, la primera señal clara del camino común por transitar será la realización durante 1999 de una única convención de bancos, por concretarse en julio.
Más allá de los acuerdos y las formas elegidas para evitar conflictos (se amplía a 20 el número de integrantes de la comisión directiva, se crean dos direcciones ejecutivas, etc.) aún resta discutir la letra chica del entendimiento, algo que no parece tarea fácil. Algunos pugnan por que se estipule que la presidencia recaiga necesariamente en la persona de un banquero argentino, otros pretenden que no se regule nada al respecto.
La fusión sincera, además, el proceso de concentración que no sólo vive el sector, sino toda la economía. La demostración más cabal es que el poderoso Grupo de los Ocho, expresión más acabada del establisment local, queda ahora reducido a seis integrantes.
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