Mercado de arte. Los británicos alzan la voz
Preocupadas por los efectos de la unidad europea, las firmas inglesas se unieron para el lobby.
La unidad europea, quién lo duda, es algo que está muy bien. Pero a la hora de la verdad, que en el campo económico siempre es la hora del bolsillo, se suelen oír voces, muchas veces airadas, que defienden intereses por sobre principios. En este marco, el más refinado mundo del mercado del arte no ha quedado ajeno de este hecho.
Mientras los "commissaires-prisseurs" franceses se vienen oponiendo con éxito a las actividades de las subastadoras internacionales en tierra gala, los británicos cierran filas contra la introducción en su mercado del "droit de suite", o pago de derechos a los artistas y sus herederos por las reventas de sus obras.
Prestos a defender su amenazada porción del negocio, las principales empresas británicas del sector, entre ellas las cuatro grandes casas de subastas londinenses (Sotheby´s, Christie´s, Phillips y Bonhams) se unieron en 1996 creando la British Art Market Federation. La entidad, hoy presidida por Peter Brooke, ex ministro del gabinete de la señora Thatcher, encargó a la Market Tracking International un exhaustivo análisis del mercado británico del arte, con conclusiones sorprendentes.
En 1996, el volumen de este mercado fue de 3,7 billones de dólares, movilizados por 10.200 empresas que ocuparon a 40.000 personas. El 30% de ese volumen fue producido por las sedes londinenses de las cuatro empresas de subastas. Las ventas de galerías y anticuarios representaron 2,26 billones de dólares, y un adicional de 391 millones fue generado por diversos tipos de servicios complementarios.
Estas cifras convierten al mercado británico en el más importante de Europa, y sólo precedido a escala global por el norteamericano. El mercado francés registró en 1995 operaciones por 1,2 billón de dólares. Los restantes países europeos no cuentan con mediciones confiables, pero sus montos son comparativamente poco significativos.
Una estimación del informe señala que el gobierno británico percibió, en 1996, 731 millones de dólares en concepto de ingresos fiscales del mercado del arte. Y aunque no es fácil precisar su monto, también hace referencia a los ingresos que los operadores de este mercado generan en el rubro hotelería del Reino Unido.
La parte dramática del informe comienza cuando señala que el impuesto al valor agregado, del 2,5%, ya ha provocado una caída del 40% en la importación de las obras de arte que optan por Londres para su comercialización. La amenaza que a este respecto significa el que el resto de los países de la comunidad europea apliquen este impuesto con tasas que van desde el 5 al 25% ha puesto a los dealers británicos al borde del ataque de nervios.
A la luz de este panorama, hoy se aprecia la sagacidad de las dos grandes casas de subastas, Christie´s y Sotheby´s, que hace ya una treintena de años comenzaron su propio proceso de globalización. Comprender los beneficios de esta dispersión geográfica en procura de las mejores condiciones fiscales para un negocio tan sensible como el del arte puede llevarnos a entender por qué una de estas dos empresas ya ha colocado algunas fichas, en este lejano rincón del tablero de juego que es Buenos Aires.
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