Emprendedores. Los diseños de tejidos clásicos vuelven para los más chicos
Pompas apostó a los sweaters tradicionales y hoy factura más de $ 200.000 al año
"A pulmón... ¡muy a pulmón!", responde María Jesús Maglione cuando se le pregunta cómo se las ingenió para echar a andar Pompas, una empresa de sweaters para chicos que supo hacerse un lugar entre grandes cadenas con una propuesta "sólo al gusto" de su fundadora.
Maglione, de 31 años, estudió para ser maestra jardinera, pero nunca llegó a ejercer esa profesión. En cambio, se encontró tejiendo sweaters para los hijos de sus amigos, que quedaron fascinados con su gusto clásico.
"Terminé de estudiar y me fui a vivir afuera para aprender inglés, pero cuando volví no me atrajo el trabajo. En 2003 tuve mi primer hijo, y ahí empecé a tejerle sweaters al viejo estilo, con guardas y colores tradicionales", recordó Maglione, que en ese entonces no encontró diseños clásicos en los locales conocidos.
La ropa llamó inmediatamente la atención de sus amigos y arrancaron las entregas a pedido.
"Ahí tuve que hacer una inversión inicial -dice, entre risas-. Pedí 300 pesos para comprar un cono de lana, fue todo muy precario. Me di cuenta de que había una oportunidad, cargué la mochila con algunos tejidos y salí con el carrito y mi hijo a vender. En el primer paseo cerré ventas en varios locales y de golpe entendí que no iba a dar abasto."
En ese momento, Maglione salió a buscar tejedoras y la tarea fue "ardua", tanto que se encontró trabajando con un taller que le daba más dolores de cabeza que satisfacciones. Las entregas no eran completas y los pedidos se multiplicaban, y en muchas ocasiones no pudo cumplir con los compradores.
"La demanda me superó; después de encargar otras búsquedas logré armar un plantel más serio. Los diseños estuvieron siempre a mi cargo, y con el tiempo fui avanzando. Igual, todo fue duro hasta que conseguí en 2007 una capitalización de 50.000 pesos que aportaron algunos familiares", sostuvo la fundadora de Pompas.
"Ahí cambió todo, porque por primera vez pude stockear producto. Hasta ese entonces yo sabía que podía crecer, pero no lograba cumplir porque no podía adelantar las colecciones", añadió.
Con capital y stock, Pompas elevó de 1500 a 4700 unidades la producción anual de sweaters entre 2006 y 2007. Para este año calcula ventas por 9000 unidades, que le permitirán facturar 250.000 pesos.
"Las proyecciones son muy buenas y cada vez voy logrando más rentabilidad. Empecé ganando dos pesos por sweater y ahora el margen crece día a día", destacó.
Maglione conservó sus primeros clientes y fue sumando nuevos en las ferias de indumentaria infantil. Hoy su marca está en más de 50 locales de todo el país y llegó recientemente a una de las principales tiendas por departamento del país.
"Quiero seguir preservando mis clientes directos. Tengo propuestas de la tienda para otra entrega, pero estoy ordenando prioridades. También tengo pedidos del exterior, pero estoy empezando a crecer y quiero hacerlo en forma inteligente", dice la empresaria.
Blanco, celeste y rosa
Las colecciones de Pompas están pensadas para chicos de 6 meses a 12 años e incluyen sweaters, cardigans y poleras. Los precios son "competitivos" frente a marcas como Cheeky o Mimo, y los colores no se alejan de la paleta clásica: blanco, celeste y rosa.
"Al principio tuve miedo de que me copiaran y mi marido me hizo ver que no se puede copiar el gusto de otro. Quizá te pueden imitar en colecciones lanzadas, pero no pueden anticiparse", confesó Maglione, que pasa tardes enteras recorriendo vidrieras para inspirarse.
"Hoy yo sigo a cargo de todo lo vinculado con el diseño, la compra de materiales y los proveedores. Para el resto cuento con la ayuda de varios talleres y seis empleados", añadió.
En la visión de la emprendedora, el mercado de indumentaria infantil está abierto para recibir más competidores. "Es posible desarrollarse con tantas firmas porque hoy compiten los estilos. Cada uno lleva su propuesta, y el gusto de los clientes es tan variado como el de los diseñadores", dijo. Y concluyó: "Yo nunca pensé que iba a estar diciendo algo así. En realidad, nunca imaginé que me iba a dedicar a esto, y hoy no cambio a Pompas por ningún trabajo del mundo."
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