Los fondos que quedaron en el corralón son $ 8145 millones
Los ahorros atrapados cayeron a la mitad en los últimos 45 días por el Canje II
La última opción para retirar los depósitos atrapados en el corralón surtió el efecto esperado por los bancos. Poco más del 50% de esos ahorros -$ 8146 millones actualizados por el coeficiente de estabilización de referencia (CER)- fue desprogramado; y otra cifra casi idéntica -$ 8143 millones, más el CER- no fue tocada por sus titulares, a la espera de una resolución de sus amparos.
Para el Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) la operatoria resultó un éxito, según insistieron ayer funcionarios de ambos organismos. Consideran la desprogramación, al menos en público, como un caso cerrado.
"Quienes dejaron sus depósitos reprogramados es porque confían en una resolución favorable de sus amparos o porque apuestan a que el CER les reporte un buen beneficio mientras cobran las cuotas de la reprogramación", indicó a LA NACION una fuente del Palacio de Hacienda.
La fuga de depósitos generada por los amparos desde enero de 2002, aun después de sancionada la ley "antigoteo", superó los $ 13.000 millones, según los últimos datos oficiales del BCRA. Si todos los ahorros correspondieran a depositantes con planteos judiciales, el costo rondaría los US$ 2850 millones.
Las evaluaciones parciales de los fondos que siguen dentro del corralón parecen confirmar la fuerte injerencia de los amparos. "Los depósitos más grandes son los que siguen dentro del corralón. Son personas que tenían más que ganar en la Justicia que con las propuestas de desprogramación que había y la caída en las tasas de interés", argumentó una fuente del Banco Central.
El Gobierno fijó el 8 de abril pasado un plazo para liberar los depósitos del corralón que vencía 15 días después, pero que luego se prorrogó hasta el viernes pasado, pese a las versiones que circularon sobre una nueva prórroga.
Así, de los $ 81.500 millones que quedaron dentro del corralito y, luego, del corralón, sólo sigue reprogramada menos de la décima parte.
A la salida por amparos también se sumó el Canje I por títulos públicos -que absorbió unos $ 7725 millones-, el Canje II con bonos y letras bancarias, y la nueva oferta, con la liberación inmediata o con la apertura previa de un plazo fijo por 90 o 120 días, como máximo, pero que permitió acortar en 18 meses su plazo de reintegro original.
Las tasas de interés que ofrecieron los bancos para promover la desprogramación no reflejaron, sin embargo, una suba. Tras un repunte en las primeras semanas, las tasas siguieron en franca caída. A 30 días, en pesos, ya bajó al 11,5 por ciento.
Definen la compensación
Más allá del corralón, los bancos también se concentran en la suerte que podría tener en el Congreso la compensación a la que aspiran por los perjuicios que les generó la indexación asimétrica por el CVS y el CER, y el pago de los amparos al tipo de cambio real.
Ayer, los diputados más cercanos al presidente Néstor Kirchner, integrantes del Grupo Talcahuano, se reunieron con el titular del BCRA, Alfonso Prat-Gay, para avanzar en esos planteos, según informaron allegados al encuentro. Los legisladores estimaron que la compensación rondaría los $ 6000 millones -que corresponderían en partes iguales a las bancas pública y privada-, y analizaron el planteo de inmunidad que reclama el ente monetario para encarar la reestructuración del sistema.
Prat-Gay admitió además su disconformidad con la inminente creación de la Unidad de Reestructuración del Sistema Financiero, aunque también señaló que esa iniciativa, en la práctica, resultaría "inocua", coincidieron los informantes.
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