Los hoteles aún no advierten las ventajas de la devaluación
"¿Nos van a llevar a la Plaza de Mayo? ¿No es muy peligroso?", pregunta una turista japonesa a su guía en la recepción del hotel Sheraton de Buenos Aires. Desde el otro lado del mundo, ella había visto por televisión las imágenes de una Argentina convulsionada.
La sensación de inseguridad que transmite el país es la razón principal de las cancelaciones de reservas de hotel que se dan día tras día. Varios congresos se suspendieron a último momento, algunos cruceros no hacen más escala en Buenos Aires y muchos turistas prefieren otros destinos.
En enero de 2001 el hotel Alvear vendió 4000 noches a pasajeros de cruceros. Para igual mes de este año, se reservaron 2200 noches, a pesar de que en el último año aumentó un 50 por ciento la cantidad de barcos que llegan al país, según informó a La Nación María Laura Matta, encargada de Relaciones Institucionales del establecimiento.
"El año pasado se veían pasar muchos grupos de turistas por los corredores y ahora está desierto. Es un horror", cuenta Mónica desde su puesto de venta de ropa de cuero en la galería comercial del Sheraton.
"Los pasajeros me preguntan todo el tiempo si pueden salir", dice Claudio, portero del Hilton de Puerto Madero. Con las grandes estructuras de metal y vidrio a sus espaldas, aconseja a los turistas sobre cómo moverse en la ciudad. "Algunos estuvieron en medio de las manifestaciones y se asustaron muchísimo", recuerda.
Según datos de la Federación de Hoteles, se estima que este mes hubo una ocupación hotelera en todo el país del 65%, mientras que en enero de 2001 fue del 70%. El consultor en hotelería Arturo García Rosa baraja cifras menores para la ciudad de Buenos Aires: los hoteles cinco estrellas tuvieron este mes una ocupación de entre el 35 y el 45%. En el mismo mes del último año la ocupación era del 58%, similar a la de 2000, mientras que en 1999 era del 70%.
Después de la devaluación
La medida del Gobierno de devaluar la moneda debería influir positivamente en el sector hotelero, que cobra sus tarifas en dólares y tiene la mayoría de sus costos en pesos. Además, el nuevo tipo de cambio mejora la capacidad de compra de los extranjeros, lo que debería aumentar la cantidad de turistas.
"Los hoteles argentinos se vuelven más competitivos porque la composición de insumos importados es muy pequeña y el costo más importante es en salarios y servicios, que se mantienen en pesos", explicó García Rosa a La Nación .
La mayoría de los hoteles decidió mantener sus precios en dólares, con algunos ajustes, de manera que aumentaron en pesos. Algunos hacen excepciones a los turistas argentinos, cobrándoles con el cambio uno a uno.
El hotel Sheraton tiene una tarifa promedio de 220 dólares la noche. Después del 11 de septiembre de 2001, cuando sucedieron los atentados en Estados Unidos, la empresa decidió bajar un 10% las tarifas. Luego de la devaluación, el 6 del actual, el hotel bajó un 10% más todos los precios, según cifras proporcionadas por Laura Cánepa, directora de Relaciones Públicas de la empresa.
El hotel Emperador conserva sus precios en pesos, lo que significa una baja en dólares. En enero tuvo una ocupación del 57%, informó el gerente general, Pablo D´Onofrio.
Los precios de los encuentros que se hacen en los hoteles y de sus restaurantes siguen en pesos porque apuntan al público local. Por ejemplo, un café en el Sheraton valía 4 dólares antes de la devaluación; ahora, 2,40.
"Las autoridades deberían impulsar una política de comunicación que demuestre que en Buenos Aires se puede salir a la calle", dice García Rosa, que viajó hace una semana a Estados Unidos y vió cómo la televisión muestra a la par la guerra en Afganistán y los disturbios en la Argentina. "Esto no es Kandahar y hay que demostrarlo", reclama.
"El presidente Duhalde está prestando especial atención al tema de la imagen nacional en el exterior como incentivo para el turismo", comenta Oscar Ghezzi, titular de la Federación de Hoteles.
Turismo en las embajadas
El secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, anunció que el Gobierno apostará fuerte al turismo, segundo generador de divisas del país y el sector con mayor capacidad de recuperación en tiempos de crisis. En 2001 visitaron la Argentina tres millones de extranjeros, lo que significó una entrada de 2800 millones de dólares.
Scioli reconoció, en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, el daño que han causado al sector del turismo los hechos de violencia y las protestas sociales que están sucediendo en el país. A su vez, explicó que la devaluación del peso "hace más competitiva a la Argentina desde el punto de vista del turismo".
Germán Peña, subsecretario del área desde el 9 del actual, dijo que se tomó la decisión de ubicar a una persona del sector turístico en las embajadas argentinas en el exterior para colaborar en la promoción.
"El turismo es la única actividad que puede aytudar a revertir rápidamente la situación económica de la Argentina", afirma.
Los beneficios de la devaluación todavía no se reflejan, porque el problema de la mala imagen en el exterior contrarresta sus efectos. En un pedido que se extiende entre los operadores hoteleros, María Laura, del Alvear, suplica: "¡Que la CNN deje de mostrar las manifestaciones en la Argentina!"
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