Solemos enterarnos por los medios de comunicación de estafas económicas en perjuicio del público inversor, efectuadas por falsos intermediarios (como el conocido caso Madoff) que con promesas de altos rendimientos captan el ahorro de la gente que deposita su dinero y su confianza en ellos sin tener conocimiento de si realmente se encuentran autorizados para realizar operaciones en el mercado de capitales.
La Comisión Nacional de Valores (CNV) comenzó a mediados de 2007 a trabajar juntamente con representantes del sector en la implementación de nuevas acciones para proteger al público inversor, con el objetivo de establecer pautas que deben seguir los intermediarios entre sí y en su relación con los inversores para dotar de máxima transparencia a las operaciones que realizan.
Nació, entonces, la idea de la adopción de un código de protección al inversor y, para eso, se tuvieron en cuenta las iniciativas adoptadas en países con vasta experiencia en la materia, y fue así como se elaboró un proyecto de pautas mínimas que debe contener un código único de buenas prácticas, transparencia y protección al inversor, que incluya aspectos tales como ámbito de aplicación, principios generales, conductas especialmente exigidas, conductas prohibidas, régimen de sanciones aplicables y derechos y responsabilidad del cliente
En una primera etapa, la CNV publicó en su página web (www.cnv.gov.ar) una serie de sugerencias dirigidas a todos aquellos que quieren efectuar una inversión en valores negociables que constituyen la base del código de protección al inversor.
En él, se aconseja verificar que el intermediario con el cual se efectúa la operación se encuentre autorizado para operar valores negociables con oferta pública, ya que invertir su dinero o valores negociables en una entidad no autorizada por la CNV depara un alto riesgo de pérdida del capital.
También propone asegurarse la recepción trimestral del resumen del estado de su cuenta comitente, que su intermediario está obligado a abrir en la Caja de Valores S.A., que es la entidad depositaria de sus valores negociables. Caso contrario, se le deberá requerir una impresión de éste y verificar que sus datos se encuentren actualizados.
Se debe controlar atentamente el convenio de apertura de cuenta antes de firmarlo y verificar que los datos sean los correctos. Contar con un recibo por la entrega de valores es otro resguardo importante. Si tiene dudas, es esencial que no firme ni entregue dinero.
Deberá prestarse especial atención si le ofrecen atractivos rendimientos que están muy por encima de los normales de mercado.
Antes de concretar cualquier operación, es indispensable asegurarse de comprender correctamente la operatoria financiera en la que va a invertir su dinero. Para asesoramiento, nunca dude en consultar y realizar todas las preguntas que sean necesarias a su intermediario o bien a la CNV.
La Comisión Nacional de Valores ,junto con las bolsas, mercados y demás entidades que hacen al quehacer bursátil, están trabajando activamente para que cada vez más personas conozcan y accedan al mercado de capitales para invertir en activos que, a su vez, generan un efecto multiplicador en la economía real.
En la reunión que realizamos juntos el 5 de abril, dimos el primer paso cuando dimos a conocer en forma conjunta los resultados del trabajo iniciado en 2007 y cuyos lineamientos generales he comentado y que se refleja en la adopción por parte de todas las entidades presentes en la reunión de códigos de protección al inversor.
La crisis global, de la que no es ajena nuestro país, nos deja como enseñanza que los organismos reguladores deben redoblar esfuerzos para dotar de mayor transparencia y reglas claras a los mercados de capitales.
Por tal motivo, la elaboración del código de protección al inversor constituye un paso trascendente para que cada vez más personas confíen e inviertan en el mercado de capitales local.
Asimismo, debemos evolucionar hacia estándares más elevados que mejoren la calidad y transparencia de las inversiones y que, de esa manera, otorguen mayores seguridades.
La democratización del acceso al mercado de capitales también es una condición para que el ahorro de nuestros ciudadanos se transforme en mayor inversión, producción y empleo en el futuro.
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