Luis Alberto Moreno: "Cuando hay mucha desigualdad, es muy fácil tomar el camino populista"
Luis Alberto Moreno está feliz. Se jubiló hace seis semanas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), después de haber presidido el organismo durante 15 años, y está aprovechando el tiempo libre para estar con su madre, sus hijos y nietos. "Estoy haciendo cosas que hace mucho tiempo no hacía. Me voy a quedar en estas condiciones por un tiempo, mientras pienso qué quiero hacer", indicó el directivo nacionalizado colombiano, de 67 años, a quien muchos en su país lo ven ingresando en la política.
Mientras tanto, Moreno también participa de foros y expone sobre su punto de vista acerca del comercio regional y el impacto que ya tiene en América Latina la aceleración tecnológica y el crecimiento de China. Ayer lo hizo en el Bloomberg New Economy Forum 2020, que se está llevando adelante hasta pasado mañana.
En una entrevista con LA NACION, el ejecutivo indicó que "llama la atención" que la Argentina no haya avanzado en materia económica en los últimos 60 años, e hizo hincapié sobre los peligros que genera en la política la creciente desigualdad.
–Ayer le tocó disertar en el foro y habló sobre la importancia de dónde se van a situar las cadenas de valor. ¿Qué significa eso?
–Hay una enorme discusión de muchas empresas de pensar cómo encuentran la resiliencia dentro de esas cadenas de valor, que provienen de distintos lugares. Todo eso se está replanteando y hay una enorme oportunidad para América Latina, no solo de que profundicemos nuestra propia integración regional, cosa que la mayoría de los latinoamericanos acogen mayoritariamente, sino también de pensar en toda la logística y la apertura que tiene que haber para conseguir que muchas de estas cadenas de valor empiecen a situarse mucho más cerca de los principales mercados.
–¿Por qué América Latina nunca pudo integrarse en el comercio?
–Lamentablemente ha primado más la política que la realidades económicas. Nuestras economías, por su tamaño, tienen que crecer en la medida que su comercio exterior tenga un peso importante dentro del PBI. Para que eso pase en el mundo de hoy, tienen que tener una economía más abierta. Lamentablemente, cuando se entra en toda esta discusión política, entramos en problemas. También nos falta integración física: todavía tenemos que pagar un altísimo impuesto de manera figurativa por el alto costo del transporte de nuestros productos de un país al otro. Toda esa integración nos hace mucha falta para poder acelerar nuestra integración económica.
–Pareciera que la integración de la Alianza del Pacífico funcionó muy bien, con Chile, Perú, Colombia y México.
–Es cierto que ha funcionado muy bien, pero ha sido mucho más una integración por la vía de la inversión de capitales que por la vía del comercio, que entre los países de la Alianza escasamente llega al 5% del comercio total de esos países. Ese es justamente el tema que tenemos que encontrar, no es fácil, porque América Latina es un gran productor de recursos naturales.
–Usted dijo hace poco que veía un gran deterioro en la política de la región, que se manifiesta en la polarización, las prácticas corruptas y el populismo...
–Lamentablemente creo que es en la política en general, en todo el mundo, y América Latina no es la excepción, sobre todo porque nosotros durante años hemos tenido enormes niveles de desigualdad. Seguimos siendo la región del mundo con mayor desigualdad y cuando hay mucha desigualdad, es muy fácil tomar el camino populista, sea de centro, derecha o izquierda, que básicamente lo único que consigue es hacer mucho más difícil los consensos. Cuando salgamos de esta situación de Covid, nos vamos a encontrar con retos enormes en América Latina y tendremos que pensar muy seriamente en cómo lograr consensos mínimos. Hay que encontrar la manera de trabajar desde el centro. El arte de gobernar muchas veces es oír las opiniones de los otros y, sin duda, estos temas serán centrales para el futuro de América Latina en los años por venir.
–¿Cómo ve la situación de la Argentina?
–Para mí la Argentina es un país fascinante y maravilloso, tiene la gente más talentosa que conozco de América Latina y muchos recursos naturales. Sin embargo, tiene esta paradoja de que durante 60 años la economía tuvo vaivenes, pero no ha logrado encontrar el camino para avanzar, y es algo que a uno le llama la atención.
–¿Por qué hace 60 años no encontramos un rumbo? Dénos un mirada de afuera.
–La mirada la tienen que encontrar los argentinos y yo no soy quién para decir cuál debe ser. Lo único que veo es una profunda admiración por lo que es la Argentina. Cuando uno mira la historia, se encuentra que el país con mejores indicadores de desarrollo humano justamente fue la Argentina, mucho más adelantado que el resto de América Latina. Espero que tengan la capacidad de ir construyendo consensos, de encontrar el camino del medio que les sirve a todos. Es lo que todos tenemos que trabajar.
–Cuando dejó la presidencia del BID, se habló mucho sobre su sucesor. ¿Cree que se apresuraron en el organismo en elegir el nuevo presidente, antes de que fueran las elecciones presidenciales en Estados Unidos?
–Lo que pasó fue una decisión de los accionistas, que por supuesto hay que acoger, y yo simplemente me propuse que a partir del día que salí del BID, no voy a comentar lo que pase en el banco. Solo espero que tenga mucho éxito, por el bien del banco y de la región.
–¿Cómo puede ayudar a América Latina organizar foros que incluyan a las economías asiáticas?
–No toda América Latina está conectada con los países de Asia. Una tercera parte del comercio de la Argentina está yendo a China y es básicamente soja y unos productos básicos. La gran oportunidad está en el comercio, y toda la conectividad entre las dos regiones para nosotros es importante. En ese orden de ideas, el coronavirus ha acelerado la revolución digital. En América Latina empieza a haber empresas tipo Mercado Libre que están mostrando un crecimiento exponencial. Por otro lado, es bien importante que acojamos la discusión de lo que significa esto en la región, porque independientemente de que hemos visto enormes avances, esto puede generar muchísima división en el interior de nuestra sociedad, porque hay mucha gente que no tiene acceso a la banda ancha, por ejemplo.
–¿Cómo ve la relación de América Latina con China en el contexto de tensión con Estados Unidos?
–No hay duda de que en este momento hay una tensión entre China y Estados Unidos muy profunda en todos los campos: tecnología y redes digitales, temas comerciales, de derechos humanos. Esto nos pone en el medio, pero también es una enorme oportunidad de lograr un gran acuerdo en temas de comercio. En esta revolución digital no podemos ser espectadores, como fuimos, por ejemplo, en la revolución industrial, que permitió que Europa y otros países se pudieran desarrollar de la manera en la que se desarrollaron.
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