Malcorra relativizó un posible acuerdo con EE.UU.
WASHINGTON.- La canciller Susana Malcorra aclaró ayer que "no hay nada concreto" sobre un posible acuerdo de libre comercio entre la Argentina y Estados Unidos o entre el Mercosur y ese país, al que calificó como "una idea aspiracional".
Malcorra fijó de esa manera la posición oficial de la Argentina luego de que el ministro de la Producción, Francisco Cabrera , dijera en una reunión con empresarios, anteayer en esta ciudad, que el país aspira a tener un tratado comercial con Estados Unidos.
"La referencia al tratado de libre comercio con Estados Unidos es una señal inicial, aspiracional, a que podemos avanzar en ese sentido", aclaró la jefa del Palacio San Martín, quien agregó que siempre sería dentro del Mercosur.
Pese a estos vaivenes discursivos, el viaje de Cabrera por Estados Unidos tuvo un resultado positivo, según quienes participaron de él. "Luna de miel". Así definió un empresario argentino el status actual de la relación entre la Argentina y EE.UU., que posiblemente continúe en este idilio si las elecciones en este país las gana la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton. La percepción es casi uniforme en el sector público, empresarial y en los círculos académicos en Washington: el inicio del gobierno de Mauricio Macri significó un punto de quiebre respecto de los problemas iniciados luego de la explosión de la convertibilidad, pero particularmente desde 2005. Y si bien todo lo que rodea al candidato republicano Donald Trump es incierto (sus ideas y su probable equipo), nadie espera que haya un cambio violento en este tema si todas las encuestas están equivocadas y el excéntrico empresario vence a Hillary.
La frase más repetida en estos días es el asombro por el ritmo de las reformas económicas del gobierno de Macri en sus primeros 10 meses en el poder.
Lejos de los cuestionamientos domésticos, aquí los funcionarios, empresarios y académicos valoran la salida del cepo, el arreglo con los holdouts, el reconocimiento y el inicio de la baja de la inflación, la normalización de las estadísticas oficiales, la regularización del comercio exterior, la revisión del artículo IV del FMI y la predisposición al diálogo.
En el campo de los desafíos aparecen las dudas en torno del crecimiento económico, el déficit fiscal, la falta de marcos regulatorios claros y la cuestión de la propiedad intelectual en general y de las patentes en particular.
La sensación de agrado es tan fuerte que inclusive supera el fuerte sentimiento negativo que predomina en la campaña electoral norteamericana en torno del libre comercio, por parte de los dos candidatos principales.
Es que, como comentó a LA NACION un experimentado funcionario de Washington, en la campaña se pueden decir muchas cosas radicalizadas, pero luego en EE.UU. naturalmente quien asume la presidencia tiende a adoptar posiciones más moderadas, en el centro del pensamiento.
Por esta razón, es posible que el entusiasmo en torno de cualquier nuevo acuerdo de libre comercio permanezca congelado hasta que el sucesor de Barack Obama logre que se supere el enojo de una parte de la ciudadanía hacia la globalización que este país ha exportado al mundo y con la cual consolidó su poder económico. En cualquier caso, el reconocimiento hacia Macri surge de los dos partidos.
"La Argentina muestra que la democracia funciona y que es una historia exitosa", señaló Dan Fisk, ejecutivo del Instituto Internacional Republicano.
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