Importaciones de uso personal: malestar entre industriales y comerciantes nacionales
Temen por el impacto en sus ventas y exigen igualdad en las reglas; afirman que la competencia será desleal porque a nivel local se pagan más impuestos que en los países de origen de los importados
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El anuncio del Gobierno de que a partir del mes próximo ampliará el límite de envíos vía courier y, además, bajará los aranceles para las importaciones de artículos de uso personal, no cayó bien entre fabricantes y comerciantes locales, que estiman que esta medida golpeará aún más sus ventas y aumentará la competencia desleal.
Una de estas reacciones fue la de Claudio Drescher, presidente de la Cámara Argentina de Indumentaria, que opinó: “Nosotros estamos en desacuerdo con todo tipo de proteccionismo y pensamos que la economía argentina tiene que estar integrada al mundo, pero estas medidas, en vez de ser modernas y generar un avance, provocan un retroceso”.
Además, Drescher comentó que es muy importante una administración del comercio inteligente. Y agregó: “No tener precios de referencia es un absurdo ya que se pueden importar prendas a cualquier valor, incluso menor al costo, porque son sobrantes que han pasado varios procesos de liquidación y no se venden. Son directamente precios de descarte, ridículos. Las empresas usan países periféricos para vender prendas inservibles, que les molestan en los depósitos, a precio vil. Entonces ocupan un espacio en el mercado con precios irreales que no corresponden”.
También en la industria nacional del juguete hicieron oir su voz de preocupación ante lo anunciado este viernes por el Gobierno. Daniel Dimare, director de Marketing de Rasti, afirmó que ya había ingresos de juguetes por esa vía (courier) y que no están en contra de la competencia y la libertad de comercio, pero con igualdad de condiciones para competir lealmente y bajo las mismas normas. “Caso contrario, cerrarán las pymes, como cerraron en los ‘90 las 180 fábricas de juguetes que había”, enfatizó
Asimismo, Dimare destacó: “Es sano que haya más libertad y competencia, siempre y cuando les cobren la misma pila de impuestos nacionales, provinciales y municipales que a las fábricas argentinas, que les exijan la certificación de Normas de Seguridad del Juguete y certificados de libres de Ftalatos [sustancias químicas sintéticas]como nos exigen a nosotros , que debemos testear y certificar cada año en cada juguete local”.
En la Fundación Protejer (textiles) indicaron que esto es un error de diagnóstico, “porque se parte de la idea de que el problema está en la producción argentina y eso no es así”. Su presidente, Luciano Galfione, subrayó: “Lo que nosotros estamos pidiendo es que nos bajen los impuestos en la misma medida que se los bajan a la importación. No estamos en oposición, sino que reclamamos que en la misma proporción en que se les facilita el ingreso a lo extranjero se nos facilite a quienes producimos localmente y generamos empleo”.
Según expresó Galfione, con este tipo de medidas, básicamente, se le da empleo a personas de otros países en detrimento de la producción nacional y no se hace nada para que el fabricante local pueda ser más competitivo. “Es verdad que la gente va a pagar menos, pero también pagaría menos si se le bajaran los impuestos a los nacionales. No estoy en desacuerdo con las importaciones, pero sí con pagar más impuestos que la persona que importa y, de esa manera, compite de forma desleal”, explicó el directivo.
“¿Por qué va a ser más barato traer ropa en un courier?”, se preguntó Galfione. Y respondió: “Sencillo. Porque no tenés que pagar tasas municipales, tarifas energéticas altas, alquileres, impuestos varios, etc. Eso produce una asimetría en perjuicio del fabricante nacional”.
En tanto, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinas (IPA), comentó que la medida tiene dos efectos para su sector: uno positivo y otro negativo. “Nosotros venimos gestionando el incremento de los courier en dólares. Por un lado es un beneficio, porque agiliza las compras de repuestos y bienes de capital que se necesitan para producir. Los 2000 dólares de límite era poco, porque estas piezas sobrepasan ese importe”, relató el directivo.
Al hablar sobre el lado negativo, Rosato dijo que eso tiene lugar cuando el courier se utiliza para el ingreso de productos terminados que fabrican las pymes de la industria nacional. “Ahí pasa directamente a jugarnos en contra. Por eso, sería importante que se aplicara solamente para la producción; es decir, para las urgencias en el ingreso de todo lo que necesitamos para fabricar. Lamentablemente, sabemos que se va a utilizar como beneficio para quienes importen productos terminados que también se fabrican aquí”, concluyó.
Por su parte, fuentes de la industria electrónica dijeron que esta ampliación del límite para ingresar vía courier y la baja de aranceles afectará más a quienes quieran ingresar teléfonos iPhone y computadoras, dos artículos que actualmente no se fabrican aquí. Sí, aclararon, podría afectar a la industria de otros celulares que sí se producen a nivel local. Pero, en ese caso, añadieron: “Ahí hay que hacer la diferenciación de que comprar esos teléfonos acá tiene la ventaja de contar con garantía, software homologado y servicio técnico, más la posibilidad de adquirirlos hasta en 18 cuotas”.
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