Más obra públika: la inversión creció pero se cayeron grandes proyectos
El Gobierno avanzó con la creación de infraestructura, entre sospechas de sobreprecios y anuncios ambiciosos retrasados o frustrados
El tai chi chuan es un arte marcial chino que se practica a partir de rutinas de movimientos lentos. Sin embargo, esas formas suelen intercalar de repente algunos puñetazos rápidos, como latigazos, cuya fuerza va de los pies hasta las manos como un tirabuzón. La inversión china en la Argentina también se movía a ritmo parsimonioso, haciendo caso omiso a las falsas promesas de US$ 20.000 millones en 2004, y de un momento a otro lanzó el zarpazo.
En 2010, China pasó de ser el 29° inversor extranjero en el país a ubicarse posiblemente como el tercero. Dos petroleras estatales chinas, Cnooc y Sinopec, desembolsaron US$ 9000 millones, más que los 213 millones acumulados históricamente hasta 2009. Esta semana la tendencia se consolidó con la compra que Pan American Energy (50% de Cnooc y otro tanto de los Bulgheroni) hicieron de los activos locales de la norteamericana Esso.
La inversión de la segunda economía del mundo, cuyo Partido Comunista ha abrazado el capitalismo, ha despertado tanta polémica en Africa que allí se habla del neocolonialismo chino. En América latina, donde en 2010 China invirtió tanto (cerca de US$ 30.000 millones) como todo lo acumulado hasta 2009, sus capitales despiertan recelo entre los funcionarios, según los cables del Departamento de Estado estadounidense revelados por el sitio Wikileaks. Por ejemplo, el cónsul brasileño en Shanghai, Marcos Caramuru de Paiva, advirtió: "Los inversores chinos piensan que América latina y Africa son lo mismo. No entienden ni intentan entender las regulaciones locales. La estrategia de China es muy clara: está haciendo todo lo posible por controlar el suministro de materias primas". El agregado comercial de Colombia en Pekín, Alejandro Ossa, reconoció que su país "recela de los motivos de China y de sus poco estrictos estándares laborales y medioambientales".
En el gobierno argentino, en cambio, comentan a LA NACION que este país no es Africa y que aquí los inversores chinos deberán respetar las normas locales. Lejos de rechazar que se sienten a la mesa de los negocios argentinos, la consideran necesaria en los de hidrocarburos, donde se perdió el autoabastecimiento, o el de minería, aunque abogan por el proyecto que la presidenta Cristina Kirchner enviará al Congreso para limitar la extranjerización de la tierra.
El próximo gran salto adelante de China puede llegar a darlo otra petrolera estatal, Sinochem,
Fue el gobierno que alguna vez prometió un tren bala para unir las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, y un gasoducto que recorrería 10.000 kilómetros desde Venezuela hasta la Argentina para plasmar la hermandad energética de la región. Fue el mismo gobierno que completó la postergada autopista Rosario-Córdoba y el que recientemente, tras 37 años de marchas y contramarchas, inauguró el tramo final de la hidroeléctrica Yacyretá.
La obra pública en la gestión kirchnerista, desde 2003 hasta la actualidad, es una moneda de dos caras: de un lado subyacen anuncios lanzados al vacío, plazos postergados y sospechas de sobreprecio y corrupción; del otro, un crecimiento constante de este gasto sobre el PBI y la finalización de algunos hitos en materia energética, de vialidad y construcción.
El gasto en obra pública, que incluye la inversión real directa (ejecutada por el gobierno nacional) y las transferencias de capital (ejecutadas por provincias, municipios, empresas públicas, entes y empresas privadas), pasó de $ 2147 millones en 2003 a 44.952 millones en 2010, inflación mediante. La participación sobre el PBI pasó de 0,6% al inicio de la gestión a 2,9% el año pasado, según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), con base en datos del Ministerio de Economía. "El Gobierno levantó la inversión en obras públicas desde valores muy bajos en 2003 y se ha mantenido. Veo un comportamiento de relativa estabilidad por la decisión de sostener el crecimiento de las obras para que vaya en línea con el crecimiento económico", opina el director del Iaraf, Nadín Argañaraz.
El silencio reinó días atrás en un salón continuo al despacho del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, cuando LA NACION preguntó por la suerte del anunciado Gasoducto del Sur que uniría Venezuela con la Argentina. Un conjunto de asesores de distintas áreas se habían reunido junto con el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión de la cartera, Roberto Baratta, para detallar los logros de la gestión.
Poco quedó del entusiasmo con que el entonces presidente, Néstor Kirchner, y su par venezolano, Hugo Chávez, analizaban el trazado. Sí encontraron más argumentos para explicar la postergación del Gasoducto del Noreste (GNEA), que está en danza desde 2003. Hace un mes, la presidenta Cristina Kirchner anunció la apertura de la licitación de la obra. "Hay cuestiones que no dependen de nosotros y no se pueden modificar, como los tiempos de Bolivia, que tenía que garantizar el suministro, eso demoró el GNEA", explicó Baratta. El continuo recambio de ministros en el país que preside Evo Morales y la falta de certezas sobre disponibilidad y precios del gas fueron postergando el proyecto, según Planificación.
El grupo Techint presentó en 2003 una iniciativa privada para la construcción de este gasoducto, pero con muchas idas y vueltas, el Gobierno puso a Enarsa al frente del proyecto. Desde Techint manifestaron el "fuerte interés" en participar de la construcción y también en la provisión de tubos. "Para nosotros es muy importante, es un proyecto que venimos impulsando desde 2003, que ya lo considerábamos vital para el desarrollo energético argentino y afortunadamente hoy comienza a tener nueva actualidad", señala un portavoz de la compañía.
La falta de financiamiento es la causa que frenó al tren más veloz que iba a tener la Argentina. En Planificación explican que el financiamiento del tren bala estaba sujeto a que la tasa de los Credit Default Swaps (CDS, certificados que actúan como seguros de deuda contra una eventual cesación de pagos) estuviera por debajo de los 800 puntos básico. Con la crisis mundial superó ese nivel, pero ahora está a 590, por lo que los asesores advierten que ahora habrá que analizar si ese ferrocarril sigue siendo una "prioridad".
En energía eléctrica se incorporaron 5549 megavatios al sistema de generación desde 2004 a la fecha, lo que representa un aumento de 31% de la potencia, según los números oficiales. El Estado puso en marcha las centrales termoeléctricas de Timbúes (Santa Fe) y Campana (Buenos Aires) –ambas con dinero del sector privado–, y la hidroeléctrica Los Caracoles (San Juan), entre otras. A partir de este año se sumarán 4570 MW, de los cuales 3573 se incorporan con la fase final de Yacyretá y la inauguración de la Central Nuclear Atucha II, prevista para el segundo semestre.
Pese a todas estas obras, el ex secretario de Energía Daniel Montamat opina que, conforme como crece la demanda eléctrica, al 5% anual, habría que haber incorporado 1000 megavatios por año, pero como se sumaron poco más de 5000 en los últimos ocho años, hay un déficit de 3000. "Hay un déficit que se lo comieron de la oferta heredada. Por eso el parque eléctrico opera al límite los días de mucho calor o mucho frío", dice.
Montamat advierte que mientras el resto del mundo apuntó a la diversificación en la oferta eléctrica y a la incorporación de energías renovables, la Argentina se concentró en energía térmica, que depende de los hidrocarburos. Al no haber gas, hay un consumo cada vez mayor de fueloil y gasoil, lo que supone más costos y mayor impacto ambiental.
En transporte de electricidad esta gestión construyó 2629 kilómetros de líneas y se incorporarán 2879 este año, con los que se alcanzará una expansión de 60% del sistema. Montamat reconoce que era necesario cumplir, como se hizo, con el plan federal de transporte eléctrico para vertebrar la alta tensión en el país. El tendido de las líneas de 500 kW se inició en la Patagonia y siguió por las regiones del Norte y Cuyo. Las sospechas de corrupción envolvieron a algunas de estas obras: en 2008 la Coalición Cívica denunció el pago de $ 150 millones de sobreprecio para la construcción del tendido entre Puerto Madryn y Pico Truncado. La demanda se basa en la comparación de dos obras similares que demandaron cifras distintas.
En la cartera que encabeza De Vido destacan la importancia de la ampliación de los gasoductos de las transportadoras de gas TGN y TGS, entre 2004 y 2005, que incorporaron 5 millones de metros cúbicos diarios. También en 2010 se inauguró el cruce del estrecho de Magallanes, que duplicó la capacidad de transportar gas desde la isla al continente. Está en construcción el gasoducto Juana Azurduy, de 37 kilómetros, que conectará Bolivia con la planta Refinor, y desde allí saldrá el postergado GNEA.
De acuerdo con números de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano, entre 2003 y 2010 se concluyeron un total de 310.865 casas entre los distintos programas nacionales y provinciales. De ese total, 84.162 fueron por el Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi), que hacen las provincias con fondos que la Nación coparticipa automáticamente. Es decir, aún el Gobierno está lejos de la meta de las 420.000 unidades prometidas para el principal plan de viviendas que se creó, el Federal. Las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero, Mendoza y Chaco fueron las más favorecidas en la distribución.
En materia educativa, los asesores afirmaron que desde el inicio de la gestión se completó un total de 1100 nuevas escuelas (incluidos jardines de infantes, primarias y secundarias) que benefician a aproximadamente 400.000 alumnos. En universidades, tienen 31 obras en ejecución y 131 concluidas, por un presupuesto de $ 231 millones.
La inversión pública en ejecución de obras, tanto presupuestaria como extrapresupuestaria, pasó de $ 3562 millones en 2004 a 47.994 el año pasado, de acuerdo con Planificación. Gasoductos, generación eléctrica, obras viales y viviendas son los ítems más abultados.
Soterramiento
En obras de saneamiento, la inversión del Gobierno creció 250 veces: sumaron más de 8000 kilómetros de redes. También el plan de AySA, con dos obras en ejecución.
En materia de trenes, en Planificación afirman que el Belgrano Cargas ya tiene algunos tramos inaugurados. El postergado soterramiento del ferrocarrill Sarmiento pasó de un proyecto de tres etapas a una sola, y dentro de ella dicen que sólo está iniciada la subetapa I. "Es por una cuestión de financiamiento", explican. La subetapa I incluye la construcción de algunos puentes.
En materia de salud, están levantando dos de los hospitales del Bicentenario, que prometiera la Presidenta en 2007. Este anuncio era de siete hospitales. Un informe de la CC señala los montos excesivos de las obras.
Como estamos en un año electoral, los cortes de cinta estarán a flor de piel durante 2011. Además de Yacyretá y Atucha II, el Gobierno planea inaugurar la primera estación de la prolongación que se hizo sobre la avenida Alem de la línea E de subtes. Se descuenta que se hará antes de octubre.
El Congreso trabaja en la construcción de una agenda federal de la obra pública para que el próximo gobierno tenga consensuadas cuáles son las prioridades por región. El presidente de la Comisión de Obras Públicas de la Cámara de Diputados, Christian Gribaudo (Pro), cuenta que en 2010 implementaron una ronda de reuniones en algunas provincias en las que invitaban a participar a los actores políticos y económicos relevantes. Ya estuvieron en Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, y próximamente van a seguir por Mendoza.
- POCO DE LO GRANDE
6
Son los megaproyectos inconclusos: gasoductos desde Venezuela y Bolivia, trenes a Rosario y Chile, una refinería y el ensanche de la Gral. Paz.
- MUCHO DE LO CHICO
2,9%
Es la participación que tiene el gasto en obras públicas sobre el PBI. En 2003 era el 0,6%. El foco se puso en obras pequeñas y medianas.
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