Mi jefe en el trabajo es más joven que yo
Varias generaciones conforman las empresas y por eso surgen conflictos. ¿Qué tener en cuenta para afrontarlos?
Actualmente, es usual que en las compañías existan tres y hasta cuatro generaciones conviviendo (Gen Y, Gen X, Baby Boomers y Tradicionalistas). En el pasado era usual que las personas de mayor edad ocupasen las jerarquías más elevadas. Por diferentes motivos, es cada vez más frecuente que personas jóvenes ocupen posiciones jerárquicas con personas a cargo y con una importante influencia en la toma de decisiones de la compañía.
En una encuesta observamos que el 72% del total de la muestra considera que existe un problema intergeneracional en su firma. Los resultados también mostraron que un 9% de los directorios de los encuestados está conformado por la Generación Y.
Esto pasa debido a que el mercado, el contexto global, los avances tecnológicos y los nuevos negocios demandan nuevas aptitudes, conocimientos, y en algunos casos otro tipo de formación. Por eso no resulta extraño ver puestos clave ocupados por ejecutivos jóvenes.
No obstante, la experiencia sigue siendo algo muy importante. Por lo tanto, congeniar los conocimientos es fundamental para lograr un ambiente laboral favorable.
Se puede considerar que esta forma de trabajo vino para quedarse y a mi criterio se acentuará. A continuación describimos algunas de las principales diferencias entre las generaciones que podrían ser fuentes de conflicto.
–El estilo de trabajo: los Baby Boomers están acostumbrados a trabajar de una forma rígida. Además valoran beneficios como plan de pensión, salario o el desarrollo que pueda darle la organización. Es una generación de poca rotación y acostumbrada a una jornada laboral poco flexible. La Generación Y valora más un horario flexible y beneficios que le ayuden a cumplir su desarrollo personal. Busca más el balance entre la vida laboral y personal.
–Formas de comunicación: la tecnología continúa siendo una barrera entre las generaciones. En el momento de comunicarse, las generaciones posiblemente prefieren formas distintas: cara a cara, e-mail, teléfono, reuniones de equipo, etcétera. Contemplar estos estilos y adaptarlos a los interlocutores es crucial.
–Compromiso con la organización: los jóvenes tienden a poner el foco en su desarrollo personal y profesional más que en la organización. En tanto, los Baby Boomers se comprometen con la organización.
Las diferencias existen y se acentúan. Lo importante es permanecer abierto a los cambios, ser flexible y poder romper con los paradigmas.
Daniel Iriarte
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