Deuda. “Damos por sentado que habrá una reestructuración", dice una de las mayores calificadoras globales
"La decisión dura de si vamos a defaultear o no ya se hizo. Ahora hay que ver bajo qué condiciones", dijo hoy Gabriel Torres, vicepresidente y Senior Credit Officer de Moody´s. En una rueda de prensa organizada por la calificadora de riesgo en el hotel Four Seasons, explicó que el país tiene actualmente la calificación Caa2 –tras las PASO descendió del puesto 15 al 18, de 21 calificaciones posibles-, pero "con revisión a la baja".
"Nosotros sabemos que el Gobierno busca reestructurar no solamente la deuda de corto plazo, que ya se hizo, sino la de mediano y largo y no sabemos en qué va a consistir eso. Entonces, como hay riesgo de pérdidas mayores al 20% para los inversores, tenemos revisión a la baja", dijo Torres, y agregó: "Esta calificación la asignamos a fin de agosto y pensamos que en de tres a seis meses se va a definir".
Torres consideró que "no pagar el dinero en el momento que tenías que pagar y en las condiciones que acordaste es default" y señaló que ahora resta definir "cómo se quiere hacer". En ese sentido, dijo que "es cada vez menos relevante lo que quiere hacer este Gobierno y cada vez más relevante lo que quiere hacer el próximo".
En la misma línea, el analista anticipó "pocas chances" de llegar a un acuerdo con acreedores privados. "Si soy un acreedor, ¿por qué negociaría un acuerdo con este Gobierno? Para bien o para mal, esta es decisión del próximo. Este Gobierno indicó que lo único que quiere es extender los plazos. Tal vez el próximo necesite algo más que eso: una quita, un plazo de intereses más largo", sostuvo. Según anticipó, será más fácil lidiar con el 31% de títulos emitidos bajo legislación nacional.
De todos modos, Torres previó que se hará algo "más similar a Uruguay en 2003 que a la Argentina en 2001". "Nadie quiere hoy ese tipo de default en el que estás cerrado a los mercados muchos años y hay quitas muy fuertes. Además las condiciones financieras de hoy son muy diferentes y no tenemos las ventajas del boom de las commodities ni superávit fiscal", analizó.
Torres, encargado de monitorear la economía argentina, consideró que para "medir la pérdida" de los inversores es "clave quién gana las elecciones presidenciales de octubre, qué deciden hacer, qué miembros del gabinete se nombran y qué es lo que se proponen en términos de renegociar deuda". "Pero nuestro escenario base es una reestructuración", insistió.
Como una nota de optimismo, sostuvo que "la deuda argentina no es tan alta comparada con otros países" y que "no justificaría la crisis que tiene". Pero entonces, ¿por qué la genera? "Por cómo se financia la Argentina. No se puede financiar en su propia moneda, cómo sí puede hacerlo por ejemplo Brasil", explicó.
El analista recordó que el programa con el FMI se firmó a mitad de 2018 y que ya se encuentra en el final del período de desembolsos del organismo. El último pago, que estaba planificado para septiembre y por ahora se encuentra en suspenso, es el último grande y luego quedan otros de montos en torno a los US$1500 millones, lo que "no va a hacer la diferencia en capacidad de fondeo". Dijo que tampoco lo preocupa especialmente que no llegue el dinero prometido para septiembre: "Antes de las PASO hubiera estado más preocupado, para prevenir el shock. Pero ese shock ya sucedió", dijo.
Torres desestimó la posibilidad de que, en la renegociación del acuerdo con el FMI, se logre aumentar la cantidad de dinero obtenido en concepto de préstamo. "En nuestras charlas con el Fondo ellos no nos dijeron que sí ni que no, pero el mensaje es claro: el préstamo ya se acerca a los US$60.000 millones y no hay mucho para agregar", apuntó.
Por otro lado, señaló que "el Fondo cuando hace renegociaciones exige algo a cambio". "Te da más tiempo, pero te pide que identifiques cuáles son los problemas fundamentales de tu economía que vas a resolver y exige reformas estructurales. ¿Va el próximo gobierno a aceptar eso? Eso es un desafío grande", se preguntó.
El analista sostuvo que "ningún país paga su deuda", en el sentido de que salvo rarísimas excepciones, "todos emiten deuda para pagar esa deuda" y no la saldan con recursos genuinos. "Entonces, lo importante es tener acceso al mercado y el problema de la Argentina es ese, no el volumen de su deuda", resumió.
Torres también se refirió a la posibilidad de dolarizar la economía. Sostuvo que esa decisión "tiene un costo", porque quita flexibilidad monetaria, pero que "la Argentina ha mostrado un costo enorme de no dolarizar". Torres no quiso decir cuál de los costos le parece mayor, pero dio señales de considerar inviable la alternativa actual. "No hay un solo gobierno desde los años 60 que haya tenido recesión o algún tipo de crisis, entonces es un poco imposible esto, que sea así", concluyó.
Según el "escenario base" de la firma con base en Nueva York, la Argentina tendrá en 2020 una caída del PBI de 2,5%, inflación del 40% y un tipo de cambio promedio de $75, que podría llegar a $85 a fines de diciembre. "Pero hay otros escenarios posibles", advirtió Torres.
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