Maternidad y adicción laboral: historias de resiliencia en tiempo de pandemia
La crisis que desató la pandemia obligó a los emprendedores no solo a reinventarse, sino a encontrar la fortaleza e inspiración para poder avanzar en sus negocios ante la incertidumbre constante que se instaló en el mundo y los nuevos desafíos que planteó. La resiliencia, como capacidad para enfrentar la adversidad en el camino a crear una empresa ocupó un lugar destacado en el sexto capítulo del Summit Recursos Humanos que organizó LA NACION conducido y moderado por la periodista Carla Quiroga y el secretario general de Redacción, José Del Rio.
Las emprendedoras Fabiana Jafif y Stephie Becque reflejaron un testimonio resiliente, unidas con sus historias por circunstancias de la vida que las llevaron a emprender con una nueva mirada. En un caso, la maternidad y un diagnóstico sorpresivo. En el otro, una adicción insalubre al trabajo.
“Me convertí en mamá y me encontré con un montón de preguntas. Es un momento bisagra de tantas madres que tienen que ver en lo profesional si buscan un proyecto propio o siguen en su trabajo. Empecé con un blog para compartir esa experiencia y hacer catarsis, pero después se convirtió en algo más”, dijo Jafif creadora del sitio De Madre a Madre.
La emprendedora es relacionista pública desde los 18 y renunció al gigante tecnológico Google para dedicarse a la mentoría en maternidad, una disciplina en la que acompaña a mujeres que son madres y proyectan lanzar su negocio, o ya con un emprendimiento en marcha necesitan herramientas para organizarse.
“Mi rol es ayudar a otras que pasan por lo mismo. Lo que comparto es la idea que con la maternidad se pueden seguir proyectando, pero hay que planificar y organizarse. Lo importante es no dejarse para un después y abandonar los proyectos por el hecho de ser madre. Intento motivar a las mamás a hacerse un espacio y ponerse como una prioridad”, sostuvo.
La emprendedora contó que el mayor problema que enfrentan las mujeres que son madres es poder organizarse cuando no cuentan con ayuda en el día a día. “Es importante no relegar lo que nos hace bien. Hacerse un espacio para nosotras porque al final de cuentas es nuestra vida”, dijo Jafif.
En su camino para desarrollarse como mentora la sorprendió un diagnóstico de esclerosis, una enfermedad autoinmune degenerativa que no tiene cura y afecta a muchos pacientes.
“No entendí por qué me estaba pasando, pero traté de verlo de la manera positiva. No fue fácil y me hizo replantearme muchas cuestiones de cómo vivir la vida y adaptarme a este diagnóstico. No soy psicóloga sino coach y trabajo a partir de mi experiencia, con mentorías en encuentros que trabajan los vínculos desde la empatía para potenciar proyecto en marcha o el de aquellas madres que quieran arrancar un emprendimiento nuevo”, agregó.
Por su lado, la adicción de Stephie Bacque al trabajo presionó su salud al máximo y con solo 24 años tuvo que aprender a escuchar su cuerpo y replantearse la vida profesional con una mirada más saludable. “Siempre fui adicta al trabajo lo que me disparó tres neuralgias y tuve que cambiar mi vida para estar bien. Por más de que consideraba al trabajo mi familia, decidí renunciar y me fui a estudiar a España”, dijo Bacque, especialista en finanzas.
El descanso duró poco para la emprendedora: su tiempo libre decidió volcarlo para estudiar un MBA en finanzas en el exterior para después especializarse en health coaching, una mentoría que combina la salud con el desarrollo profesional. ”Es un asesoramiento en salud holística. Trabajamos con profesionales médicos, psicólogos y nutricionistas en los que nos apoyamos para hacer la asistencia. Recomiendo a todos los adictos al trabajo a tratar de cortar un momento y respirar, algo que es muy básico, pero que necesitamos todos”, dijo Bacque.
Luego agregó: “Hay que crear un balance con el trabajo y el disfrute del día. Yo lo sigo trabajando y a veces tengo días muy estresantes y después recuerdo de hacer lo que aconsejo: frenar y respirar, alimentarse de forma consciente y entender que la vida es una sola”.
La clave para Bacque está en saber que las situaciones no definen las emociones sino que depende en cómo vemos las circunstancias. “Tenemos que limitar el efecto de las emociones que no son positivas ni productivas. También plantearse objetivos realistas y en el presente para llegar a los objetivos y creer en uno mismo”, aconsejó.
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