No hubo oferta formal al Club de París, pero se avanzó en las negociaciones
Kicillof dijo que la reunión en Francia fue "altamente positiva"; hoy llegará al país y dará una conferencia de prensa; según los acreedores, el ministro presentó "sólo principios para una propuesta"
PARÍS - Aunque no presentó una propuesta oficial, según reconoció el propio Club de París , Axel Kicillof regresó anoche satisfecho de Francia. Para el ministro de Economía, su reunión informal con los autoridades del Club de París "fue ampliamente positiva y consolidó las posibilidades de avanzar con las negociaciones entre las partes".
"No estamos aún ante una propuesta formal. Son sólo principios que pueden servir como base para una propuesta" , advirtió, por su parte, a LA NACION la secretaria general del Club de París, Clotilde L'Angevin, después del encuentro.
Tras 13 años de mora, paréntesis, suspensiones y rupturas en las tratativas para el repago de los 9500 millones de dólares que debe el país a este club informal de acreedores, el tono optimista de Kicillof permite pensar que la Argentina habría modificado su propuesta para saldar por fin las sumas pendientes.
Como se acostumbra en estos casos, el ministro argentino transmitió ayer por la tarde los términos de esa oferta de repago a Ramón Fernández, el actual presidente del Club de París, cuya sede funciona en el ministerio de Finanzas francés.
Del encuentro con Fernández participaron, además, el secretario de Finanzas, Pablo López; el embajador ante la UE y autor del proyecto presentado, Hernán Lorenzino, y el coordinador de la Unidad de Reestructuración de Deuda, Adrián Cosentino. Pero esa gestión no se hizo en el marco de una reunión formal, en la cual también deben participar los países acreedores. "Esto no es todavía un proceso formal de negociaciones. Las discusiones entre la Argentina y el Club de París son parte de un proceso en marcha", insistió L'Angevin.
Fiel a la tradición de guardar el más absoluto silencio sobre las gestiones en curso en el seno de ese exclusivo club, L'Angevin se negó a dar detalles sobre esas conversaciones.
Esos detalles, sin embargo, serán conocidos públicamente hoy en Buenos Aires, cuando el ministro de Economía ofrezca una rueda de prensa a su regreso al país, según anunció en un comunicado al término de la reunión. La delegación argentina, que llegó a París el domingo, partió anoche mismo de la capital francesa.
Hasta ahora, los principales obstáculos de la negociación con el Club de París respondían a los plazos de pago: mientras los países acreedores buscaban que éste fuera de 18 meses como máximo, el Gobierno planeaba un cronograma de hasta diez años, con una quita y la utilización de bonos. El Club de París siempre consideró que si el país no ofrece un plazo corto, debe intervenir el FMI como agente de monitoreo del desembolso, tal como lo establecen sus reglamentos. Esa condición fue rechazada en forma sistemática por el gobierno de Cristina Kirchner.
"El Club de París exigía un pago del 25% de la deuda en efectivo, mientras la intención del Gobierno era refinanciar el resto de la deuda con una quita similar a la que negociaron con las empresas que reclamaron ante el Ciadi, el organismo de resolución de controversias comerciales del Banco Mundial", recordó una fuente allegada al Ministerio de Finanzas francés.
En 2008, la presidenta Kirchner había querido pagar la deuda del Club con reservas, pero el intento se frustró por la crisis internacional. En los últimos tiempos, la mandataria rechazó propuestas que consistían en realizar pagos anuales de 2000 millones de dólares, cuando las reservas estaban por encima de los US$ 40.000 millones. Hoy, con reservas internacionales inferiores a los US$ 30.000 millones -que además tienden a reducirse-, pensar en un pago en efectivo es aún más difícil. "Pero esta vez algunos países acreedores parecen haber flexibilizado un poco su posición, como es el caso de Francia. Y no es absurdo pensar que la Argentina también haya hecho algunas concesiones a cambio", agregó la fuente.
En ese foro, en el que participan 19 países -Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Holanda, Reino Unido, Suecia y Suiza-, Alemania y Japón son acreedores del 60% del total adeudado por la Argentina al Club de París.
La resolución del pago de la deuda al Club es la condición sine qua non para que la Argentina vuelva a tener acceso a créditos de organismos multilaterales para la exportación y probablemente también a un flujo normal de inversiones privadas. Actualmente, la mayoría de los bancos de desarrollo y organismos multilaterales mantiene sus ventanillas cerradas al país.
Para los observadores, si bien un acuerdo definitivo con el Club de París no resolverá los serios problemas de fuga de divisas o de inflación que padece el país, sí contribuirá a su normalización financiera e inyectará una bocanada de aire fresco a la economía.
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