No se podrán pagar aportes patronales a cuenta de IVA
Se ahorrarían $ 2400 millones; Baldrich dijo que el aguinaldo se pagará en tiempo y forma Los planes de competitividad se suspenden parcialmente Pero siguen las exenciones al endeudamiento y ganancia mínima presunta No habrá dinero del FMI al menos hasta enero
Un esquema a pedir del Fondo se cocinaba ayer en el Palacio de Hacienda para ahorrar más de 4000 millones de pesos y destrabar el blindaje financiero.
Uno de los ingredientes principales de este plato será que las empresas incluidas en los planes de competitividad no podrán tomar más a cuenta del IVA el pago de los aportes patronales.
Fuentes del Palacio de Hacienda precisaron ayer a LA NACION que, si se tomara en cuenta el universo total de empresas que pueden entrar en estos planes, el Gobierno ahorraría 2400 millones de pesos por esta iniciativa que permitió frenar la suba de la tasa de desempleo.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, se comprometió ante el FMI a ahorrar unos 4000 millones de pesos el año próximo para que el organismo bendiga las cuentas fiscales y vuelva a girar el dinero del blindaje. Para llegar a esta cifra, se estudia, entre otras alternativas, no permitir tomar más a cuenta de IVA el pago del impuesto a las transacciones financieras.
En cambio, el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, negó anoche que el pago del aguinaldo vaya a ser otra variable del ajuste fiscal, al precisar que se pagará en término. "Ya está devengado, no se fraccionará", respondió el funcionario en la Casa de Gobierno.
Otros 4000 millones de pesos se ahorrarán por el canje de la deuda soberana, según las estimaciones del Ministerio de Economía. Fuentes de la cartera confirmaron a LA NACION que en la operación global la tasa será "muy baja" en un primer momento y que luego subirá. El promedio del interés sería del 2 por ciento.
De este modo, el Palacio de Hacienda lograría obtener unos 8000 millones de pesos de ahorro. Así, se llegaría a los 1000 millones de pesos de superávit primario que proyecta el FMI para 2002, frente a los 7000 millones pensados por Economía.
Mientras los técnicos de la Secretaría de Ingresos Públicos fruncían el ceño al ver los alcances de la suspensión de los planes de competitividad (en principio se van a mantener las exenciones a la ganancia mínima presunta y al endeudamiento empresarial), en la Secretaría de Hacienda ya organizaban la próxima negociación con el staff del Fondo para destrabar el giro de $ 1260 millones correspondientes al último tramo del blindaje de este año. En este sentido, fuentes del área daban dos precisiones importantes:
- La eliminación de pagos a cuenta y de los planes de competitividad debería ser suficiente como para conformar al organismo multilateral, más allá de la suerte que corran tanto el presupuesto como el ansiado acuerdo político para disciplinar las cuentas provinciales. "El Fondo no quería que, mientras se les bajaba el 13% a los jubilados, le diéramos incentivos a un grupo de empresas de dudosa competitividad; se trata de una señal en términos distributivos", indicaron.
- El FMI entra en receso la semana próxima, así que es muy posible que hasta la reunión del board de la primera semana de enero de 2002 no se trate el caso argentino. Para entonces, ya estaría redactada la nueva carta de intención entre la Argentina y el organismo.
Dos medidas quedaron a salvo del nuevo paquete prometido por Cavallo ante el Fondo en Washington. Por una parte, no se alterará la rebaja de los aportes personales al sistema previsional de once a cinco puntos. Por otro lado, el Ministerio de Economía desmintió que se vaya a eliminar la devolución de cinco puntos del IVA a los consumidores que paguen con tarjetas de débito desde este mes. En un comunicado, la cartera aclaró que en ningún momento el ministro Domingo Cavallo, en la conferencia de prensa brindada el domingo a su regreso de Estados Unidos, donde logró reencauzar las discusiones con los líderes del FMI, aludió a que se deje sin efecto la devolución del IVA a consumidores y exportadores.
Según Economía, estas devoluciones son "estímulos clave para asegurar un adecuado nivel de demanda interna y externa y hacer fluido y transparente el sistema de pagos de la economía".
Para los técnicos del Palacio de Hacienda, estas excepciones no son menores en términos políticos, para evitar que el nuevo plan sea catalogado de "ortodoxo". De todos modos, la iniciativa de suspender los planes de competitividad ya despertó un fuerte rechazo entre los empresarios y un debate agudo dentro del justicialismo. Un importante diputado y economista del PJ bonaerense dijo a LA NACION que esta medida "termina de hundir a la economía real" y anticipó que Cavallo "no podrá detener la dinámica de la crisis, que desembocará en el default y la salida de la convertibilidad".
En cambio, un analista ligado a los líderes peronistas del Frente Federal y al menemismo recordó que las provincias "chicas" siempre cuestionaron los planes de competitividad. "No tenían ningún beneficio concreto", dijo el ex secretario de Programación Regional Rogelio Frigerio (n.).
Para evitar mayores roces con los gobernadores peronistas, el Palacio de Hacienda decidió que en el presupuesto 2002, que entrará entre hoy y mañana en el Congreso, no se eliminarán los subsidios al gas patagónico y al tabaco. Este proyecto incluirá una proyección del -2% en el nivel de crecimiento, bastante lejos del seis por ciento soñado por Cavallo hace unos meses atrás. Sin contradecir a su jefe, Baldrich aclaró que "ésos son los números de ellos, para calcular la ayuda financiera. Pero nosotros seguimos creyendo que el país va a crecer un 6 por ciento".
Con la colaboración de Gabriela Litre