Optimismo en el Gobierno con un posible cierre en el país del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, afirmó que "se está entrando en los detalles finales" y dijo que podría haber un anuncio en los próximos dos días
Las negociaciones se extienden a contrarreloj. A las 11, varios ministros de los diferentes gobiernos de Mercosur se reunirán, como ayer, en el Palacio San Martín con el objetivo de preparar una nueva oferta para los negociadores europeos. Todo parece encaminado, sueñan en el Gobierno, con el cierre de un acuerdo político y un anuncio cuando Buenos Aires es la sede de la 11ª Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
"Somos muy optimistas. Estamos llevando adelante la negociación", afirmó el ministro de Producción, Francisco Cabrera, en una improvisada conferencia de prensa en la sala 102 del Centro Cultural Kirchner (CCK), que sirve de escenario al Foro de Negocios del MC11.
De la reunión de los ministros del bloque regional saldrá una nueva oferta que los negociadores técnicos llevarán también hoy a los comisarios de la UE de Comercio, Cecilia Malström, y de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan. Luego habrá más reuniones entre los especialistas técnicos y probablemente por la tarde noche, como sucedió ayer hasta la madrugada, de las primeras planas interbloques para volver a pulir las diferencias y encontrar consensos.
"Estamos entrando en los detalles finales", afirmó Cabrera, que dijo además que no hay "reticencias" en la UE. Las diferencias están en los cupos y plazos, entre otros detalles. "Queremos terminar el acuerdo los más rápido posible. Si fuera ahora, mucho mejor", afirmó el ministro de Producción, que se esperanzó con que el cierre llegue en los próximos dos días y se haga en Buenos Aires y no el 21 de diciembre en la reunión del Mercosur en Brasilia.
Los temas que dilatan un acuerdo son los mismos que hace una semana: el tamaño de la oferta de productos, las canastas con plazos de desgravación (la UE quiere que para la mayoría de los productos sean anteriores a los 10 años, mientras que el Mercosur pretende una camino más gradual de 15 años), temas de propiedad intelectual que afectan a varios sectores (fundamentalmente laboratorios y agroquímicos, donde se piden años de exclusividad), las indicaciones geográficas de los productos y las compras públicas, entre otros.
"Los beneficios no tienen que ver sólo con los aspectos comerciales sino con las inversiones que van a llegar si se cierra", anticipó Cabrera. A eso le sumó el aspecto institucional que un acuerdo de libre comercio con Europa fomentaría al Mercosur y a la Argentina.
En el sector privado aún no es claro cuál será el impacto del acuerdo. Por ejemplo, las terminales que producen en el país -y que también están en Brasil- quieren una desgravación de los aranceles en 15 años. Brasil incluso tiene la posición más dura en este sector, ya que quiere que los primeros siete años no haya desgravación alguna. "Está difícil", contó una fuente. Pese a eso, Cabrera usó el ejemplo de Toyota para mostrar que las empresas radicadas en el país, sobre todo las industriales, pueden ser competitivos con el mundo.