Prat-Gay admitió que podría superarse la meta de inflación del 25%
Dijo que esa pauta tal vez se cumpla en marzo; pidió "disculpas" a las empresas por el trato recibido en la era K
MADRID.- El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay , desplegó ayer en España una intensa promoción de una "nueva Argentina" abierta al mundo, pidió inversiones y garantizó que el cambio de tendencia en la economía ya empezó, aunque admitió también que quizá los plazos no sean exactamente los esperados.
Por primera vez aceptó dudas sobre la pauta inflacionaria del 25% para este año que pronosticó en enero. "Veremos a fin de año cómo estamos respecto de esa meta, pero no hay que perder el foco del horizonte, que es llegar a una inflación del 5% en 2019 -respondió a LA NACION-. Si el 25% en vez de cumplirlo a diciembre de este año, lo cumplimos a marzo del que viene, vamos en la dirección correcta".
Insistió en que los números macroeconómicos dan "indicios inequívocos" para sostener que en el segundo semestre se notará una mejora en el bolsillo de la gente.
Sostuvo que "la duda que hay en estos momentos" es si el objetivo del 25% se va a cumplir en diciembre o un poco después. "Si el margen de error es un trimestre en un plan de cuatro años no hay que poner tanto el foco ahí", dijo. Aclaró que se refiere a una pauta inflacionaria nacional y no sólo porteña. "Si nos guiamos por los índices exclusivamente de la ciudad de Buenos Aires, no hay ninguna duda de que no va a ser el 25%, porque el impacto del aumento de tarifas fue muchísimo mayor ahí".
No mostró preocupación por el tipo de cambio: para él, la prioridad es bajar la inflación y ordenar la economía. "Muchos de los que decían que el dólar se iba a disparar si abríamos el cepo, ahora dicen que a 14 pesos está bajo -dijo-. Yo me siento cómodo con que esté al nivel de cuando levantamos las restricciones. Ya habrá tiempo de preocuparse por el tipo de cambio".
Un pedido de disculpas
Prat-Gay llegó a Madrid para escenificar en dos días de agenda apretadísima la recomposición del diálogo entre la Argentina y España. Trajo un mensaje fuerte: en su primera exposición pública ofreció disculpas a los empresarios por el trato que recibieron durante el kirchnerismo.
"Quiero pedir disculpas por los últimos años. Sé de los abusos que han sufrido y les agradezco la paciencia", dijo en un salón del Hotel Ritz, ante políticos, ejecutivos y lobbistas que asistieron a un desayuno patrocinado por Telefónica y presentado por la vicepresidenta de España, Soraya Sáenz de Santamaría.
El ministro hizo una alusión explícita a la expropiación de YPF en 2012. Dijo que había sido "un disparate" la forma en que se le quitó la empresa a Repsol, aunque consideró que la compensación pagada dos años después no había sido mala. El eje de su discurso fue mostrar un giro drástico tras "12 años de destrucción sistemática de las reglas más básicas de la economía. Vengo con la promesa firme de que no va a volver a ocurrir", enfatizó.
Al presentar su programa económico, planteó un compromiso con el "gradualismo". Atribuyó al "derroche y la corrupción obscena" del gobierno anterior el déficit que soporta la Argentina. Según él, se necesita un mandato de cuatro años para "acomodar el desorden".
"Desde la derecha algunos nos piden achicar más el déficit fiscal. Nosotros decimos que el único camino es el gradualismo, dada la situación social. Hay 12 millones de argentinos que no llegan a fin de mes, y ésa es la herencia más urgente. Dijimos que vamos a bajar el déficit un punto en el año y ya llevamos una reducción de 0,3 en el primer cuatrimestre", ejemplificó.
También dio motivos políticos para la necesidad de avanzar con cautela. Consideró que "los éxitos" del primer tramo de la gestión "despertaron a la oposición", lo que complicó el trámite de algunas leyes.
"Son muy importantes las elecciones del año que viene para tener mayoría al menos en una de las cámaras y avanzar con proyectos que hoy no podemos ni plantear, como una reforma tributaria", respondió ante una pregunta del auditorio.
Según él, si al gobierno de Macri le va mal "el riesgo es volver al experimento populista". Que, según su visión, llevó a la Argentina "al peor lugar, excepto Venezuela".
Su agenda en Madrid continuó con reuniones reservadas en la residencia del embajador Ramón Puerta, con la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, y el ex presidente socialista Felipe González. Luego cerró el día con una cena a la que estaban invitados directivos de las mayores empresas españolas.
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