Preocupación por la deuda brasileña
Traspaso: el gobierno de Cardoso cambió buena parte de su endeudamiento interno de tasa fija a tasa flotante, dijo Aldo Abram, economista de Proeco.
"Brasil pasó en los últimos meses buena parte de su deuda interna de tasa fija a tasa flotante, lo que en las actuales circunstancias de volatilidad casi sin límites no es una buena noticia", dijo ayer Aldo Abram, economista del estudio Proeco a una selecta platea de banqueros.
¿Qué nivel de la deuda?, preguntó uno de ellos. Tenían el 15% y ahora están en el 60%, aproximadamente, es decir cuatro veces más, por lo que el impacto de la actual suba de tasas en estos pasivos es muy fuerte. No hay duda de que eso complica la situación, dijo el economista.
La confirmación sonó como un mal augurio. Y las preguntas sobre una probable devaluación del real no se hicieron esperar. El diálogo se registró ayer durante un encuentro desarrollado en la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), en Reconquista 229, plena City porteña.
Hasta allí concurrieron dos economistas de la consultora (el otro fue Norberto Sosa) que asesora a la entidad. Habían sido convocados especialmente para brindar un diagnóstico sobre la situación en Brasil y sus posibles derivaciones, un tema que preocupa a los banqueros.
Y aunque los analistas dieron una visión medianamente positiva de lo que puede acontecer con la economía del vecino país (especialmente en relación con el cuadro que pintan otras consultoras), un par de datos que dejaron sobre la magnitud de la deuda interna brasileña y su nivel de indexación sirvieron para disparar los peores temores de los banqueros.
Habían recibido el siguiente cuadro:
- La probabilidad de que Brasil devalúe el real es hoy del 25%; pero tras las elecciones de octubre se incrementan hasta el 39 por ciento.
- La gente de Proeco descree que las autoridades brasileñas adopten ese camino, aunque estiman muy probable que Brasil sufra una corrida contra su moneda.
- La devaluación sería descartada como salida porque no hay "ninguna" posibilidad de "controlarla. Si lo intentan, y devaluaran un 15 o 20% repetirán lo que ocurrió a fines del ´94 con México: no podrán enfrentar la corrida y tendrán que dejar que flote el tipo de cambio. Si hoy pagan el 30% por renovar su deuda interna, es probable que el mercado le exija en tal caso una devaluación mucho mayor. Pero ellos lo saben y por eso harán todo para resistir una salida de este tipo", explicaron.
- La deuda interna que deben renovar hasta fines de año está en torno de los US$80.000 millones. Es decir, "a razón de 714 millones por día", dijeron.
- Un plan Bonex como al que recurrió la Argentina en el ´90 es inviable. "Implicaría el canje de toda la deuda (interna y externa) de golpe. Es prácticamente imposible de lograr y tendría un alto costo", juzgó Sosa.
- La salida que tienen es ganar tiempo hasta las elecciones con medidas monetarias y fiscales más profundas de las que intentaron hasta hoy. Luego, buscar un acuerdo con los organismos internacionales de crédito (como el FMI) y lograr un "puente de plata" al estilo del bono patriótico que se instrumentó en la Argentina cuando el tequila nos puso en una situación parecida, y luego trabajar en el reordenamiento de su deuda.
Los banqueros locales dudan de que lo puedan lograr. Y se fueron pensando en qué deberían hacer si el mercado le llegara a ganar una pulseada al gobierno brasileño en una pelea por fijar el verdadero valor del real.
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