Presupuesto: el equipo económico se reunió con analistas y bancos para explicar el proyecto, pero dejó más dudas
Fernando Morra, secretario de Política Económica; Rafael Brigo, secretario de Finanzas, y Ramiro Tosi, subsecretario de Financiamiento, intentaron aclarar dudas del programa económico del año próximo
El equipo económico arrancó el miércoles una ronda de reuniones informativas con directores de consultoras y bancos para explicar el proyecto de ley del presupuesto para 2022, como es habitual hacerlo todos los años, según indicaron en el Palacio de Hacienda. Los participantes, sin embargo, se llevaron más dudas que certezas.
¿Cómo reducirán el gasto en subsidios económicos de 2,2% a 1,5% del PBI? ¿Cómo será la segmentación de tarifas energéticas? ¿Cómo será el acuerdo con el FMI? ¿Cómo se financiará el déficit de 3,3% del PBI? ¿Cómo lograrán que la inflación sea del 33%, con la emisión monetaria al tope y con actualización de tarifas? ¿Cómo harán para financiar el gasto previsional, si la inflación tendrá una caída de 48 a 33%? Estas son algunas de las dudas que surgieron, luego de ver las inconsistencias del programa estimado para el año próximo.
Los encargados de contestar las preguntas fueron Fernando Morra, secretario de Política Económica; Rafael Brigo, secretario de Finanzas, y Ramiro Tosi, subsecretario de Financiamiento. El ministro de Economía, Martín Guzmán, no estuvo presente.
En primer lugar, uno de las preocupaciones que mira el mercado es el nivel de reservas del Banco Central, sobre todo luego de que el Tesoro le cambiara los US$4334 millones que recibió el país del FMI por una letra intransferible a 10 años de plazo, lo que debilita el balance de la entidad monetaria. Según la consultora Equilibra —una de las que participó de las reuniones en Economía— el ratio de letras intransferibles sobre reservas internacionales es del 139%, con dólares en el BCRA por US$45.682 millones.
En el equipo económico —según pudo reconstruir LA NACION— la idea es arreglar con el FMI un nuevo acuerdo en diciembre e intentar de esta manera ahorrarse el pago de US$1990 millones que habría que hacer el 22 de diciembre. El objetivo parece “optimista”, según señalan los economistas, ya que no se tiene certeza de que Guzmán tenga el apoyo político dentro del oficialismo para arreglar y también generan dudas la situación de Kristalina Georgieva, la directora del Fondo, que es investigada por favorecer a China en un informe de proyecciones económicas cuando estaba en el Banco Mundial.
Lo único concreto es que el proyecto del presupuesto no contabiliza pagos al FMI ni al Club de París el año próximo, por lo que se entiende que algún tipo de acuerdo se logrará. Además se espera que el país reciba US$12.500 millones de organismos multilaterales, de los cuales una parte sería para inversión financiera. Esta estimación fue considerada “no realista” por el exministro de Finanzas Luis Caputo.
“Ellos dicen que las negociaciones con el FMI son muy constructivas y que el acuerdo está. Pero cuando preguntas del otro lado no hay muchas respuestas. De hecho, Georgieva está en la cuerda floja y en cualquier momento puede salir del Fondo”, indicó uno de los analistas económicos presentes.
Por otro lado, el presupuesto espera un mundo también “beneficioso” para la Argentina, según analizaron los economistas: no habrá más pandemia, las economías comenzarán a abrirse, los precios de los commodities se mantendrán altos y habrá lluvias, lo cual hará bajar el costo de generación eléctrica (porque habrá más energía hidráulica, que es más económica) y una buena cosecha del campo.
Con relación al tipo de cambio, el equipo económico espera volver al crawling peg (devaluaciones graduales) al ritmo de 28% anual. Por el lado de las paritarias, creen que lograrán controlarlas para que cierren en 38%, cinco puntos por arriba de la inflación del 33% que esperan para el año.
“¿Cómo harán para reducir los subsidios económicos?”, fue la gran pregunta. El equipo contestó que ahorrarán US$600 millones por el fin del programa de estímulo de la producción de gas que lanzó el exministro de Energía Juan José Aranguren (la llamada resolución 46), que las lluvias harán caer el costo de la electricidad y que habrá segmentación de tarifas. Sin embargo, ninguno de los tres funcionarios pudo explicar cuál es el modelo que se diseñó para avanzar con la diferenciación tarifaria.
“Tampoco pudieron explicar cómo cierran este año el déficit. Da la impresión de que no manejan las partidas presupuestarias, que no están trabajando en las medidas del gasto que están teniendo. No manejan la política energética ni saben cuánto aumentará el transporte público el año próximo. Parece que manejan un metro cuadrado de un país que tiene un montón de variables que no funcionan”, fue en análisis de uno de los que dialogaron con el equipo económico.
Otra de las medidas que se les escuchó decir a los funcionarios es que seguirán buscando la manera de que los bancos compren bonos del Tesoro y que sustituyan las Leliq del Banco Central. De esta forma, buscarán lograr el financiamiento necesario del mercado para bajar la dependencia de la emisión monetaria.