Pronósticos disímiles sobre 2003
Tres empresarios de primera línea, Javier González Fraga (presidente de la fabricante de dulce de leche La Salamandra), Juan Manuel Forn (vicepresidente de Molinos) y Luis Mario Castro (titular de Unilever) disertaron ayer sobre el rol de los ejecutivos en la crisis y se diferenciaron a la hora de manifestar sus planes de negocios para 2003. En un almuerzo organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), González Fraga pronosticó que la actual estabilidad de variables macroeconómicas, "lejos de ser un veranito, puede ser el mejor verano en los próximos cinco años".
González Fraga pronosticó que la Argentina crecerá el año próximo "con un superávit comercial mayor a la salida de capitales y con el regreso del crédito, porque el exceso de liquidez quema en los bancos". El también economista y ex presidente del Banco Central adelantó que La Salamandra planea en 2003 ampliar su gama de productos, enfocarse en la exportación, pero también aprovechar la "cierta recuperación del mercado interno".
Forn y Castro, en cambio, se mostraron mucho más cautos. El vicepresidente de la alimentaria Molinos contó que la semana pasada presentó el plan de negocios de 2003 al directorio de su empresa, controlada por el grupo Perez Companc. "Después me fui directo a la cama con fiebre", reconoció Forn. "La estrategia no es desensillar ni tampoco cabalgar", explicó. Sus objetivos consisten en aumentar "el rigor en la administración del día a día", teniendo en cuenta la incertidumbre cambiaria, y "aprovechar más el tipo de cambio para incursionar en las exportaciones".
Castro admitió que la situación económica obligará a Unilever a estar en guardia "con o sin crisis". Reconoció que este año disminuyó la importancia relativa de la filial argentina en esa empresa angloholandesa. Declaró que en 2003 buscará la rentabilidad, la generación de caja y mantener el "espíritu ganador de la compañía", pero señaló que "es difícil convencer a los inversores" de que apuesten por la Argentina. También recordó que su empresa ya exportaba con anterioridad a la devaluación.