Renegociación de la deuda pública y emisiones privadas, bajo la lupa inversora
La atención está puesta en la deuda
Toda la atención sigue puesta en los avances en la renegociación de la deuda, clave de la estrategia de Alberto Fernández -que sigue sin querer mostrar un plan- para impulsar la economía. De acuerdo con el ambicioso calendario del ministro de Economía, Martín Guzmán, esta semana deberían conocerse los bancos intervenientes y comenzar las conversaciones formales. La visita del FMI terminó de la mejor manera para el Gobierno, con un comunicado que le dio la derecha respecto de su posición de que la deuda es insostenible, alentando a los acreedores privados a hacer una "contribución apreciable". Esto no es lo que opinan los inversores -especialmente, del exterior- que consideran que la Argentina podría hacer mayores esfuerzos fiscales para cumplir con sus compromisos, sin por ello impedir el crecimiento.
Será una dura negociación, ya se vio eso con la provincia de Buenos Aires y con el Bono Dual, dada la diversidad de acreedores y sus expectativas, y seguramente también será más larga de lo previsto. En tanto, los precios de los bonos siguieron cayendo, pero se mantienen en un rango de 45/50% de paridades, lo que indica que el mercado espera una salida razonable. Es crucial que los precios se sostengan en estos valores, ya que bajas mayores podrían atraer a los fondos más especulativos y convertir la negociación, que aún es amigable, en una batalla interminable.
Avanzan las emisiones corporativas
La gradual normalización del mercado de deuda soberana en pesos y la baja de tasas impulsó a las empresas -que siguen todavía sin tener acceso para colocar en el exterior- a salir al mercado local a buscar financiamiento en una plaza ávida por nuevas opciones de inversión.
Durante la última semana, Vista Oil, Tecpetrol, AES y San Miguel realizaron colocaciones exitosas. El atractivo de estos instrumentos radica fundamentalmente en el bajo nivel de apalancamiento que mantienen las empresas argentinas. En números, la deuda corporativa no llega al 9% del PBI, muy bajo, si se la compara con el 35% promedio que muestra la región o el 77% que exhibe el grupo integrado por los países emergentes. Se estima que el universo total alcanza los US$37.000 millones, donde más de la mitad es en pesos y siendo YPF el principal colocador.
Hoy, las emisiones en moneda local promedian los 12 meses de duration, a una tasa Badlar+600 -muy por encima de las colocaciones de Hacienda-. En moneda dura, los plazos no superan el año, mientras que las tasas promedian el 8% anual. En tanto, la semana entrante, se contará nuevamente con la compañía John Deere, que buscará financiamiento tanto en pesos cómo dólares, pero a un plazo por encima del promedio (18 y 20 meses).
El coronavirus marca el ritmo en los mercados
A nivel internacional, el coronavirus es el tema que sigue marcando el ritmo de los mercados. Incluso el de Wall Street, que a 10 días del "super martes" –evento que agitará la agenda política de los Estados Unidos– se ha mostrado más volátil que de costumbre frente al desarrollo de este virus. Corriendo del análisis a la renta variable, incluso más optimista, es posible empezar a medir el impacto de este brote a través del mercado de deuda y monedas.
Si se mira el comportamiento de los rendimientos soberanos, se puede ver que siguen retrocediendo y acumulan bajas promedio de 25 puntos básicos desde el inicio del brote. Las monedas, principalmente las emergentes, también ceden ante un dólar que se fortalece. Si bien el euro y la libra esterlina se deprecian, las monedas de Brasil, Chile y Sudáfrica fueron las más afectadas, con caídas acumuladas de entre 4,1% y 4,4%. Es importante entender que el brote de esta enfermedad ya afecta el consumo en China y, por ende, la demanda proveniente de ese país. Un dato no menor es que las exportaciones a China representan más del 25% para Perú y Brasil, mientras que en Chile su participación supera el 33%. Mientras el panorama no mejore, es probable que lkos indicadores económicos comiencen a reflejar el impacto del brote.