Roberto Azevedo, director general de la OMC: "No hay una ola proteccionista dramática"
En una entrevista con algunos medios de habla hispana, lamentó los pocos avances concretos en la conferencia ministerial; admitió el impacto del cambio de posición de los Estados Unidos y celebró el mayor intento de integración de la Argentina
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Roberto Azevedo llega a la habitación del Hotel Hilton rodeado de su gente de seguridad y sus varios voceros. Son las 20.30 del miércoles y apenas pasaron unos minutos del cierre de la 11ª conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se realizó en Buenos Aires y que él, Susana Malcorra y Keith Rockwell (el dueño de la comunicación) clausuraron con una conferencia de prensa en la que se notó más desazón que satisfacción.
En el cuarto 247 lo esperan periodistas de LA NACION, El País y Perfil. Llega agotado, luego de una entrevista con la televisión brasileña y medios de prensa de esa nacionalidad. "¿Qué dejó esta conferencia ministerial?", le pregunta este medio sabiendo que no hubo acuerdo en los puntos más conflictivos, los subsidios a la pesca y a la agricultura. "Fue una conferencia con lecciones importantes, algunas positivas y otras negativas", dice el director general de la OMC.
"Del lado negativo, necesitamos de mas flexibilidad de parte de algunos miembros para conseguir resultados en el contexto multilateral", afirma el brasileño. Sus dardos, como dirá luego, no apuntan sólo a los Estados Unidos sino a varios de los países grandes que congelaron las negociaciones en los temas clave y que desataron las quejas de la comisionada de Comercio de la Unión Europea (UE), Cecilia Malmström, o de la misma Malcorra.
"Por lo positivo, tenemos la disposición de seguir negociando. Eso quedo clarísimo. Hay estados dispuestos a seguir intentando discutir en las mismas áreas en las que no logramos avanzar acá. No fue posible cruzar el puente pero estamos mas cerca", estima el "DG", el modo -en inglés- en el que se lo nombra constantemente por los pasillos de este blindado hotel. Azevedo destaca además que hay varios grupos importantes de países que comenzaron diálogos clave en temas como el comercio electrónico, la facilitación de inversiones, la internacionalización de las pymes o el empoderamiento de las mujeres. Además, recalcó la idea argentina de impulsar un foro de negocios para el sector privado paralelo a la conferencia.
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¿Porqué no se avanzó? Al segundo surgen los Estados Unidos de Donald Trump. Pero Azevedo, como lo hizo Malcorra en la conferencia de prensa, no apuntan a una sola de las 164 delegaciones, aunque reconoce -como anticipaban los negociadores argentinos- que sin Estados Unidos era difícil impulsar algún cambio. "No fue un país apenas. Por supuesto que la posición americana ha cambiado. Y cuando un actor de peso como Estados Unidos cambia hay una necesidad de reorganización de la discusión. Eso seguramente no la facilita. Pero en algunas situaciones eso provocó una dificultad más grande. En cambio, en otras hubo problemas de otra naturaleza. No fue un sólo país fueron varios", aclara.
Y agrega: "Las negociaciones comerciales no son sencillas. En algunas posiciones compartimos las preocupaciones con Estados Unidos; en otras posiciones (su posición) es única y no encontraba eco. Pero eso paso con Estados Unidos y con otros países. No puedo decir que siempre estuvieron aparte o en un rol de liderazgo. Eso cambia de tema a tema".
Como hubo en la inauguración de la conferencia ministerial en el Centro de Convenciones y Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires, hay palabras de aliento para la Argentina, y su intención de una mayor apertura comercial, algo que se vio frustrada, en parte, con la imposibilidad de cerrar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) en el marco del encuentro en Puerto Madero. Tampoco hubo tiempo para apuntalar otro acuerdo cercano, como lo era el del bloque regional y Canadá. Sin embargo, hubo grandes avances en ambos planos.
"Lo que es claro es que hubo una disposición negociadora de la Argentina en un sentido de mayor integración a la economía mundial, con mas interés en discutir la manera de abrir el mercado y de aumentar su competitividad", aclara Azevedo. "Claramente, hay un disposición en la OMC de trabajar en los otros países en cómo puede incidir (la Argentina) de una manera más efectiva en el mercado internacional", completa su visión sobre el país.
El intento de apertura lleva la discusión a la otra cara de la moneda, el proteccionismo y otra vez a los Estados Unidos. Azevedo cuenta que luego de la crisis de 2008 hubo medidas restrictivas al comercio implementadas por varios países. En la actualidad, a fines de 2017, dice, afectan a menos del 5% del comercio mundial. Tres años después de la crisis de 1930, dos tercios del mercado de comercio mundial habían desaparecido, pone como ejemplo.
"No hay una ola proteccionista dramática. Tenemos un proteccionismo muy moderado y nosotros creemos que uno de los motivos que hay de esa moderación es que tenemos un sistema de control y monitoreo por parte de los países", afirma, en parte, para defender el papel mundial de la organización global que él mismo dirige.
"Los que hay es mucho discurso. Pero con la introducción de medidas proteccionistas los países se lastiman a sí mismos. Hay mucho discurso pero no necesariamente acciones. Eso no significa que no haya riesgos porque cuando hay discursos hay presión, hay lobby de sectores. No podemos ignorar los discursos y tenemos que estar siempre monitoreando", cierra.