Se quejan bodegas por el impuesto al champagne
Volvió a regir, tras dos años de exención
El champagne, la bebida más identificada con la Argentina menemista, se ha convertido en víctima de las necesidades fiscales del gobierno de Néstor Kirchner. En 2000, durante el gobierno de Fernando de la Rúa, entró en vigencia un impuesto interno del 12% a los vinos espumosos, tal como se denomina oficialmente a los producidos en el país, pero al año siguiente se estableció una exención que venció el 31 de diciembre de 2003.
Las compañías productoras de champagne, que prosperaron y mejoraron en calidad y ventas en la década pasada, asumieron el costo del tributo durante este mes, a la espera de una solución satisfactoria, según explica una solicitada que mañana se publicará en diversos diarios con la firma de Bodegas de Argentina. En el documento, la cámara sectorial transmite su preocupación al gobierno de Mendoza, a cargo del radical Julio Cobos, y afirma que no pierde la esperanza de que su reclamo pueda resolverse si llegase a un entendimiento con el Ejecutivo nacional.
Los bodegueros dicen que mantienen buenos contactos con el Ministerio de Economía, pero en la Secretaría de Hacienda niegan novedades sobre el tema desde que volvió a ponerse en vigencia el tributo, el 1° de este mes. El gobernador mendocino, en tanto, ya ha tenido roces con Kirchner al criticar la promoción industrial en provincias vecinas.
Bodegas de Argentina recuerda que las compañías invirtieron US$ 120 millones para responder a los volúmenes que se proyectaban a principios de los 90 y la calidad internacional que se buscaba. También advierte por la suerte de los 1200 viticultores que viven del champagne.
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